México lanzará este año un sistema de comercio de emisiones de carbono en el que está previsto incluir unas 500 empresas. Su objetivo es financiar proyectos ambientales para frenar el cambio climático, que ya está afectando a diferentes zonas del país.
Alrededor de 100 empresas ya están participando en un mercado real en California para determinar cómo se fijarán los precios del mercado de carbono en México, indicó el subsecretario de Planeación y Política Ambiental de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) de México, Rodolfo Lacy.
“Aquellos que se excedan del límite de 25 mil toneladas de carbono podrán reducirlo a través de medidas directas de mitigación o pueden adquirir créditos de reducciones de otras empresas”, dijo Lacy a Diálogo Chino. Además, agregó que estas empresas deben registrar sus emisiones y presentar ante el gobierno federal una propuesta de reducción.
Entre las empresas que ya deben cumplir con ese registro se encuentran las refinerías, las termoeléctricas, la industria del cemento y la industria acerera, así como los grandes transportistas como los ferrocarriles y las compañías de aviación.
De piloto nacional a conductor regional
El lanzamiento del proyecto piloto indica otro paso destacado a cargo de México en el combate contra el cambio climático. México fue el primer país en desarrollo en anunciar sus objetivos de reducción de emisiones de carbono ante la ONU en 2015.
Si bien las empresas en México podían participar desde el 2013 y de manera voluntaria de un proyecto piloto de mercado de carbono a nivel nacional, a través de la Plataforma Mexicana de Carbono (MÉXICO2) en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), recientemente el Congreso modificó la Ley General de Cambio Climático para que esta iniciativa se vuelva obligatoria para todas las compañías que emiten más de 25 mil toneladas de carbono.
“Pensamos que puede haber 500 participantes o más en el mercado de carbono de nuestro país que emitan más de 400 millones de toneladas y ante el nivel de oferta y demanda se establece el precio”, explicó Lacy.
MÉXICO2 se aplicó al sector privado para desarrollar y determinar el funcionamiento del comercio de créditos para la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
Esta plataforma es considerada como el primer mercado de bonos de carbono del país y abre la puerta para que las empresas que operan en el territorio nacional reduzcan el impacto de los “impuestos verdes”, en vigencia desde enero de 2014. También los recursos de esta iniciativa posibilitan el financiamiento para proyectos ambientales en el país.
Ese mercado que hasta ahora operaba de manera voluntaria se convertirá en obligatorio para todas las empresas en el transcurso del 2018, aunque todavía se realizarán simulacros sobre el funcionamiento real de este programa.
“Durante esta fase piloto realizaremos transacciones reales en las empresas y probaremos lo que funciona y lo que no”, explicó Lacy.
Una vez que se haya lanzado el mercado nacional de carbono, el gobierno federal tiene la intención de vincularlo con el de California y la provincia de Quebec, en Canadá, y al cual ya se sumó Ontario.
“Hemos conversado sobre la creación de un mercado para América del Norte, estableciendo vínculos, pero para que esto suceda tenemos que consolidar nuestro mercado bajo las mismas reglas. Eso estamos haciendo en la Bolsa Mexicana de Valores ya que hay estándares internacionales para todo lo que es mercadeo”, dijo Lacy.
Actualmente, México le vende a California bonos pactados en tres dólares la tonelada de carbono, un precio promedio a nivel internacional, aunque estos bonos no son parte de la subasta formal.
“Por ejemplo, Disney nos está comprando reducciones de gases de efecto invernadero en los bosques de Oaxaca. Para hacerlo, Disney le pidió a los comuneros oaxaqueños que siguieran un protocolo de trabajo para garantizar que estas reducciones se logren en un periodo de tiempo determinado. Se establecen garantías, pero en un mercado de carbono formal no se hace de esta manera sino de una forma abierta al igual que cuando se compran acciones en la bolsa”, declaró el funcionario.
Los mercados de carbono, cuyas transacciones a nivel global cuentan con un valor de más de 40 mil millones de dólares al año, representan una estrategia indispensable para lidiar con el problema del cambio climático, indicó Eduardo Piquero, director general de MÉXICO2.
Las subastas sirven para invertir y apoyar a las comunidades más humildes del Estado para instalar paneles solares en los techos de las casas de esas zonas y ofrecer incentivos para la compra de carros eléctricos.
“Nuestro papel dentro de la BMV, desde el sector privado, es apoyar el desarrollo del mercado de carbono en el sector privado. Hace falta una enorme cantidad de información para que las empresas comprendan qué es un mercado de carbono, quiénes participan y quiénes no. Eventualmente puede incidir sobre la política pública para que el mercado de carbono no afecte la competitividad del sector privado”, precisó Piquero.
Detalló que durante el 2018 se determinará cuáles son los sectores económicos y las empresas que participarán en el mercado de carbono.
Rodolfo Lacy informó que México también trabaja con varios países y gobiernos locales del continente americano para presentar una visión conjunta para la cooperación regional sobre la fijación de precios al carbono en las Américas.
En la cumbre “Un Planeta”, organizada en París a mediados de diciembre pasado por el gobierno de Francia, los jefes de Estado y de gobierno de Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, México, así como los gobernadores de California y Washington, de Estados Unidos, y los primer ministros de Alberta, Columbia Británica, Nueva Escocia, Ontario y Quebec, de Canadá, lanzaron el marco cooperativo “Precio al Carbono en las Américas”, en el cual se comprometen a colaborar para fortalecer los sistemas de monitoreo, reporte y verificación de las emisiones de gases de efecto invernadero.
“Este es un paso sin precedentes para México y América Latina. Al adoptar esta declaración, reconocemos el enorme potencial de colaboración en el continente, para continuar ampliando, profundizando y vinculando nuestros mercados de carbono”, dijo el presidente de México, Enrique Peña Nieto sobre la fase piloto del mercado de carbono, cuyo inicio está programado para la segunda mitad del 2018.
Por su parte, la presidenta saliente de Chile, Michelle Bachelet, afirmó que las economías de la región no pueden negar el cambio climático y su impacto. Al establecer un precio al carbono, los países participantes permiten que el mercado impulse la acción climática a un menor costo.
“Cuando los objetivos económicos y ambientales están alineados, el desarrollo sustentable se hace inevitable. Por eso nos alegramos de que el precio al carbono se extienda por el continente americano, así más personas se beneficiarán de la mitigación climática”, aseguró.
El objetivo de este programa es establecer la base necesaria para vincular sus mercados de carbono a lanzarse en los próximos meses.
En el futuro, el grupo de trabajo del Precio al Carbono en las Américas (CPA, por sus siglas en inglés) servirá como una plataforma para la cooperación entre jurisdicciones y tendrá como objetivo identificar oportunidades para aumentar la alineación de los sistemas de fijación de precios al carbono y promover mercados de carbono basados en iniciativas ya implementadas con éxito, como la Partnership for Market Readiness (PMR), entre otras.
El gobierno mexicano indicó que esta plataforma impulsa la acción para fortalecer la implementación de los precios al carbono como un instrumento de política central para la acción climática y el cambio hacia la energía limpia, la innovación y la promoción del desarrollo económico sostenible.
El presidente de la BMV, José Oriol Bosch, señaló que un sistema de comercio de emisiones es una de las formas más efectivas e inteligentes para abordar el cambio climático, fortalecer y preservar la competitividad de los países.
“Conectar nuestros mercados de carbono en las Américas será clave para reducir los costos y proporcionar mecanismos flexibles a todas las empresas de la región”, dijo.
Los gobiernos de México y Canadá, así como la Alianza Climática de Estados Unidos, conformada por 15 estados de ese país, anunciaron en noviembre pasado que trabajarán en un acuerdo climático norteamericano para combatir juntos el calentamiento global. Un avance del proyecto será presentado en septiembre de 2018, en una reunión climática mundial que se llevará a cabo en San Francisco, California.
En esa reunión también se buscará fortalecer las iniciativas para que exista un mayor compromiso para la reducción de las emisiones de carbono en la 24 Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climática (COP24) a celebrarse en diciembre de 2018.
La Alianza Climática de Estados Unidos busca reducir de un 26% a un 28% las emisiones de gases de efecto invernadero, por debajo de los niveles de 2005 para el año 2025. Esto se suma al Sistema de Comercio de Emisiones de la Unión Europea, el mercado pionero de carbono el cual fue inaugurado en el 2005.
Días después del lanzamiento del sistema mexicano de comercio de emisiones de carbono, China, el emisor más grande del mundo, lanzó un mercado de carbón a nivel nacional, que en principio se aplicará al sector energético. Luego se aplicará a ocho sectores. En el 2015 el presidente chino Xi Jinping anunció sus planes para crear un mercado de carbono tras la aplicación de sistemas pilotos en las provincias y las ciudades.
Sólo al cubrir el sector energético, el mercado chino de carbono será el más grande del mundo.