El gobierno de Alberto Fernández espera comenzar este año con la construcción de una nueva central nuclear en Argentina. La nueva planta en la provincia de Buenos Aires generará 1.200 MW y costará US$8 mil millones. Se espera que el Banco Industrial y Comercial de China (ICBC) financie la mayor parte del proyecto, y la China National Nuclear Corporation proporcionará la tecnología del reactor.
El proyecto, originalmente presentado en 2015, fue relanzado luego del reciente viaje del presidente Fernández a China, donde Argentina confirmó su adhesión a la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI). El contrato ya fue firmado por ambos gobiernos pero ahora se deberá avanzar sobre los detalles de la construcción y del financiamiento.
En una entrevista con Diálogo Chino, José Luis Antúnez, presidente de Nucleoeléctrica, la empresa estatal que opera las centrales nucleares en Argentina, se refirió a los próximos pasos de la central nuclear y a su construcción. Además, resaltó el rol de la energía nuclear en el marco de la transición energética de Argentina.
Diálogo Chino: ¿En qué estado se encuentra el proyecto y cuáles son los próximos pasos?
José Luis Antúnez: El contrato ya está firmado y ahora estamos trabajando en los pasos necesarios para que entre en vigencia. Tenemos un plazo máximo de nueve meses pero esperamos lograrlo en menos tiempo. Tenemos que cerrar el acuerdo financiero, es decir el detalle del crédito y el cronograma de desembolsos. Esperamos obtener las mejores condiciones posibles de parte de China, especialmente ahora que Argentina se sumó a la Iniciativa de la Franja y la Ruta.
Otro punto importante a acordar es la transferencia de tecnología. China va a proveer el uranio enriquecido necesario para que fabriquemos en Argentina el combustible para la central, supervisado por ellos. Además, al ser un acuerdo de adjudicación directa y sin licitación, hay que demostrar que el precio y el financiamiento son razonables. A ello se suma la realización de un estudio de impacto ambiental.
Una vez cumplidos todos esos pasos, ¿cómo será y cuánto demorará la construcción de la central nuclear?
Ya con las condiciones cumplidas se produce el primer desembolso de China y trabajamos por ocho años para tener la central en servicio. La obra estará dividida en edificios, 19 en total, uno para el reactor, otro para la turbina y otro para la sala de control, entre otros, en un predio de 35 hectáreas. Se adjudicarán compras de suministros por US$500 millones a la industria argentina y capacitaremos a futuros operadores para la central. En el momento pico de la construcción contrataremos a 5 mil personas y en la operación permanente a más de 600. Con la nueva central, Atucha (donde ya se encuentran las centrales Atucha I y II) va a ser el polo nuclear de Argentina.
La central nuclear contará con un reactor Hualong, desarrollado y ya implementado en varias centrales en China. ¿Qué características tiene y qué significa para Argentina, con una larga historia nuclear pero con otras tecnologías?
El reactor Hualong abre un nuevo horizonte para Argentina. Toda central nuclear es un disparador tecnológico y científico. Vamos a adquirir una nueva tecnología y aprovechar lo ya aprendido en otros proyectos. En 2012, el gobierno argentino aprobó la tecnología pero se criticó que en ese momento todavía no había sido probada. Nosotros estábamos seguros que China iba a tener éxito y afortunadamente no tuvimos que arrepentirnos. China ya tiene cuatro Hualong en funcionamiento y seis en ejecución.
El proyecto original de 2015 firmado con China contemplaba también el desarrollo de otra central nuclear pero con reactores Candu, tecnología canadiense en la que Argentina tiene mucha más experiencia. ¿Está en sus planes reactivarlo con financiamiento de China?
Queremos poner en marcha el Hualong antes de hablar de otro proyecto con China. Más allá de eso, la idea es reactivar el reactor Candu. Por ahora, Nucleoeléctrica, con sus modestos recursos financieros, está trabajando en la ingeniería del proyecto. Las compras las vamos a hacer desde la central nuclear de Embalse, que funciona con un reactor Candu. No quiere decir que el reactor se vaya a instalar ahí sino que se va a diseñar ahí.
Además de la nueva central Hualong, Argentina viene cooperando con China en energía nuclear en varios proyectos. ¿Cuáles son los próximos pasos?
China nos contrató recientemente para hacer la ingeniería de extensión de vida de la central Candu de la ciudad de Qinshan. Es la manera de ganar confianza recíproca. Hay dos Candu más en proyecto en China, así que puede haber cosas muy interesantes en los próximos años.
¿Qué rol tiene la energía nuclear para Argentina en su transición energética?
Más del 60% de la energía del mundo se produce quemando dióxido de carbono. El desafío es que para 2050 la energía sea producida con cero emisiones. Es una tarea enorme. La energía nuclear es una tecnología limpia y permite instalar centrales de gran tamaño. Es parte de la solución de la descarbonización. Todas las naciones se están dando cuenta de esto. China fue la primera, con un programa para hacer 150 reactores en 30 años. Argentina va a seguir aumentando no sólo su capacidad nuclear sino también hidroeléctrica, solar y eólica.
A pesar de ello, todavía existe cierto rechazo a la energía nuclear en el país. ¿Qué imagen cree que tiene en Argentina?
Veo mejorando la imagen pero estamos algo desfasados con respecto a otros países. Tenemos grupos ambientalistas que condenan el uso de la energía nuclear y tenemos legislación en provincias que prohíbe su uso. La energía nuclear también tiene sus defectos, es una industria de mucha inversión. Tenemos que seguir mejorando la imagen, trabajando bien y demostrar que ante el cambio climático lo nuclear es parte de la solución.