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Mineras apuestan a la energía solar para extraer litio en Argentina

Proyectos de litio contemplan la generación de energía a través de paneles solares, lo que le permite a las empresas cumplir con sus metas de descarbonización y al país expandir la energía renovable
<p>Piscinas de salmuera expuestas a la luz solar durante la producción de litio en el Salar de Olaroz, en la provincia de Jujuy, Argentina. (Imagen: Planet Labs, Inc. / CC-BY-SA-4.0)</p>

Piscinas de salmuera expuestas a la luz solar durante la producción de litio en el Salar de Olaroz, en la provincia de Jujuy, Argentina. (Imagen: Planet Labs, Inc. / CC-BY-SA-4.0)

Debajo de las llanuras del noroeste de Argentina se encuentran algunas de las reservas de litio más abundantes de la Tierra; desde arriba, este rincón bañado por el sol del país se encuentra entre las regiones con el potencial de energía solar más alto del mundo. Para los productores de litio del país, esta podría ser una combinación ganadora.

En varios sitios de Salta y Jujuy, las empresas mineras están explorando el uso de paneles solares para generar su propia energía, un enfoque novedoso que daría a las empresas independencia de la infraestructura nacional de gas y la red eléctrica, y ayudaría a facilitar la expansión argentina de la producción de energías renovables.

En su informe de 2020 sobre potencial de generación de energía fotovoltaica a nivel global, el Banco Mundial indica que Argentina “cuenta con excelentes condiciones”. Raúl Righini, integrante del Grupo de Estudios de la Radiación Solar de la Universidad de Luján, explica que “el noroeste del país tiene niveles muy altos de radiación solar durante todo el año, comparables con los mejores sitios del mundo”.

También a favor de los productores están los costos de construcción y generación de electricidad mediante paneles solares, que han ido disminuyendo constantemente. La Agencia Internacional de Energía (IEA) estima que, en todo el mundo, la energía solar se encuentra entre las formas de generación más baratas, en términos de costo por kilovatio. 

Estos desarrollos se producen en medio de una creciente demanda mundial de litio en la transición energética, con altos precios internacionales y cambios en la legislación argentina que desencadenan una serie de inversiones en litio que podrían allanar el camino para que el país se convierta en el principal productor mundial en los próximos años.

Los proyectos

El proyecto de litio que más fuerte apuesta a renovables es Mariana de la empresa china Ganfeng en el Salar de Llullailaco, el cual entraría en operación a fines de 2023. Mariana contará con una planta solar para autogeneración de 120MW, que cubrirá una superficie aproximada de 100 hectáreas. Será el más grande del país fuera de conexión con el sistema eléctrico nacional. 

“Es una zona en donde no hay conexión con las líneas de transmisión eléctrica de alta tensión. Por otro lado, tampoco es posible utilizar el gas del gasoducto de la Puna, porque está a tope de capacidad y no puede incrementar su entrega. Con lo cual hay un aislamiento energético que justifica las iniciativas de generación propia a través de renovables”, afirmó Juan José Martínez, director de Minería de Salta, en relación al proyecto de Ganfeng.

Según detallaron desde Power China, empresa que Ganfeng eligió para construir el futuro parque solar, la energía generada permitiría bombear fluidos de las salmueras, abastecer a la planta química y al campamento de unos 300 operarios. Los paneles serán complementados con un sistema de baterías fabricado por la propia Ganfeng en China.

Trabajador con una carreta llena de sal
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La empresa francesa Eramet, que construye su planta de litio para extraer mineral del yacimiento Centenario-Ratones, en Salta, tiene previsto entrar en producción en el primer trimestre de 2024. Cuando esté en pleno trabajo, la planta tendría un consumo estimado de 17 Mw/h, de los cuales entre 3 y 6 Mw/h se abastecerían con energía solar. No toda la energía que usa podría reemplazarse por solar a causa del diseño de la planta, que utiliza generadores en base a gas natural

“La energía solar puede generar un ahorro de dinero porque la inversión por megavatio instalado es de 700 mil dólares, frente al millón de dólares del equipo convencional, mientras que una vez instalado, la radiación es gratis. Sin embargo, los paneles requieren baterías para el almacenamiento, lo cual eleva mucho los costos”, sostuvo el director ejecutivo de Eramine, filial local del grupo, Daniel Chávez Díaz.

Otro emprendimiento es Minera Exar, empresa formada por Ganfeng, la canadiense Lithium Americas y JEMSE, empresa estatal argentina, y que opera el proyecto Cauchari-Olaroz en Jujuy. Se espera que el proyecto comience la extracción y producción de litio este año y tiene un acuerdo de suministro de energía renovable con la energética estatal YPF Luz. La empresa informó a Diálogo Chino que espera tener el 20% de su matriz energética, equivalente a 4 MW de potencia, con generación renovable.

Otros proyectos que comenzaron la etapa de construcción no plantean de entrada la utilización de renovables, como el caso de la planta de extracción de litio del proyecto Sal de Oro, de POSCO, que utilizará gasoil, y el reciente anuncio de la minera de origen chino, Zijin Mining Group, que inició la construcción de la planta de carbonato de litio en el yacimiento Tres Quebradas.

Los dos proyectos que hasta ahora producen efectivamente litio, Salar de Olaroz (Jujuy) y Mina Fénix (Catamarca), operados por el grupo Allkem en asociación con una subsidiaria de Toyota Motor Company y la sociedad estatal de la provincia de Jujuy, y por la norteamericana Livent, respectivamente, tienen en marcha planes de expansión y se proveen de energía eléctrica a partir del gas natural que obtienen a través del gasoducto de la Puna.

Litio y energías renovables

Los métodos utilizados para la producción de litio están en constante transformación y además, cada salar cuenta con características naturales propias que obligan a ajustar formas. En términos generales, el método hasta ahora más utilizado en Argentina consiste en una primera fase de perforaciones a 200 y a 400 metros de profundidad, dependiendo de cada salar, y el bombeo de fluidos hacia la superficie. 

El resultado es una salmuera con una concentración de litio muy baja, menor al 1%. A través del método de evaporación por la acción de la energía solar en salmueras, en un plazo de entre 12 y 18 meses se incrementa la concentración de litio. Luego se transporta la solución hacia la planta química, en donde a través de procesos de filtros y la aplicación de solventes se llega a concentrados de hasta 99% de pureza. La fase química es la que tiene el mayor consumo energético del ciclo productivo.

“La producción de litio y la energía solar es una buena combinación, con valores de radiación que son premium en zonas de Argentina, ya que incluso en pleno invierno hay de sobra para generar energía. También es cierto que la energía solar exige una inversión de capital que inicialmente es alta”, explicó Ernesto Calvo, exdirector del Instituto de Química, Física, de los Materiales, Medio Ambiente y Energía. 

La fiebre del litio no se puede basar en la baja de costos a cualquier precio

Para Leonardo Pflüger, director nacional de Producción Minera Sustentable del gobierno argentino, la energía solar puede ser una ventaja competitiva para las empresas mineras de litio. “Tienen un incentivo a descarbonizar pero además la propia ley argentina lo exige, porque establece que para 2025 el 20% del consumo energético provenga de renovables,” sostuvo. 

Empresas mineras como Ganfeng etiquetan como “litio limpio” a aquel producido en base a renovables. Sin embargo, organizaciones ambientales advierten que también hay otras variables en juego que afectan la sostenibilidad de la actividad, como el uso del agua y la gestión de residuos.

“Hay un balance hídrico entre agua dulce y las salmueras que es necesario mantener para que no quede afectada el agua para consumo humano y animal, que es la clave de la vida de las comunidades aledañas. Por otro lado, debe haber una correcta gestión de los efluentes,” afirmó Pía Marchegiani, Directora de Política Ambiental de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN)

“La fiebre del litio no se puede basar en la baja de costos a cualquier precio”, agrega.