La presencia de China en el sector minero de Argentina dio un paso significativo con la reciente adquisición de Shandong Gold del 50% de la mina Veladero – criticada por sucesivos derrames – de la canadiense Barrick Gold. La compra llega en un momento de encrucijada para el sector en el país, impulsado desde el gobierno nacional pero sin licencia social de gran parte de la población.
Argentina es hoy el productor N° 13 mundial de oro, N° 20 de cobre y N° 10 de plata y exporta la mayor parte de su producción sin procesarla. Del total de las exportaciones mineras, el 96% se corresponde a la minería metalífera, compuesta por un 67,6% de oro, 13,8% de cobre, 12,8% de plata y el 5,8% de otros. La minería representa el 6,1% de las exportaciones argentinas.
Sin embargo, Argentina es todavía un país minero en potencia comparado con vecinos de la región con características similares. Es así que Chile exporta U$S 40.000 millones por año comparado con los U$S 3700 millones de Argentina. Con ese escenario en mente, el gobierno busca un fuerte crecimiento del sector, ofreciéndoles beneficios a los inversores interesados en Argentina.
El primer paso fue eliminar las retenciones a las exportaciones, argumentando que los impuestos al sector desincentivaban la llegada de inversores. El gobierno espera inversiones en el sector por US$ 20.000 millones y para ello evalúa también firmar un acuerdo federal minero con las provincias, dueñas del recurso y con una mirada heterogénea con respecto a la actividad.
“Hay una voluntad expresa de llevar adelante emprendimientos mineros incluso en provincias donde hay conflictividad social. Estamos muy preocupados. La minería sólo genera renta para las empresas extranjeras, no se crean más puestos de trabajo gracias a la actividad”, sostuvo a Diálogo Chino Enrique Viale, presidente de la Asociación de Abogados Ambientalistas.
Argentina se encuentra entre los países con más conflictos activos en relación a proyectos mineros, de acuerdo al Observatorio de Conflictos Mineros de América Latina (OCMAL). Eso ha llevado a que leyes locales hayan prohibido la minería a cielo abierto en ocho provincias, frenando la expansión del sector deseada por el gobierno.
Al mismo tiempo, el gobierno está finalizando la publicación de los mapas que delimitan las zonas protegidas por la Ley de Glaciares, sancionada en 2011. Cuando ello ocurra, habrá proyectos mineros que deberán ser cancelados por su ubicación en zonas periglaciares, como es el caso de la mina Veladero en San Juan, Viale asegura.
“Las señales del gobierno apuntan a la desregulación del sector, dándole facilidades para promover la inversión. Las empresas se acostumbraron a actuar sin controles en Argentina y cambiar eso va a ser complejo. Se necesita un sistema regulatorio nuevo y otra actitud gubernamental”, sostuvo a Diálogo Chino Andrés Nápoli, director ejecutivo de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN).
El rol extranjero
La minería en Argentina tiene una fuerte participación de actores privados, en especial empresas internacionales de Australia, Canadá, Estados Unidos y China, con un creciente rol. Las minas son dominio del estado pero éste no puede disponer de ellas. Es por eso que las minas deben explotarse mediante concesiones mineras.
Varias firmas asiáticas están haciendo trabajos prospectivos para medir futuros negocios. China Metallurgical Corporation está haciendo prospección en Neuquén y Jinchuan está rastrillando el suelo de Catamarca, Jujuy y Salta para evaluar factibilidad de futuras inversiones. El gran atractivo es el litio, del cual Argentina tiene el 37% de las reservas mundiales junto a Chile y Bolivia.
“China está especialmente interesado en litio, cobre y oro. La estrategia que aplica es conseguir concesiones en forma directa o asociándose con empresas que ya están trabajando. China absorbe todos los minerales que pueda encontrar ya que los necesita para crecer”, afirmó a Diálogo Chino Ernesto Fernández Taboada, director ejecutivo de la Cámara de Comercio Argentino China.
La minera canadiense Barrick Gold anunció recientemente el traspaso del 50% de la mina de oro y plata de Veladero a la empresa estatal china Shandong Gold. Con U$S 960 millones mejoró la oferta de su competidora, la también china Zijin Mining Group. Este fue el primer paso en un acuerdo que cooperación que vienen negociando desde abril de 2016.
La alianza con Shandong, nombrada por el gobierno chino como empresa amiga del ambiente, puede aportarle una lavada de cara a Barrick luego del reciente derrame en Veladero, el tercero en un año y medio. El más grave fue en 2015 cuando millones de litros de una solución con cianuro y otros metales pesados cayó al río Potrerillos.
El Estado Nacional debe garantizar un ambiente sano y preservarlo para las generaciones futuras, de acuerdo a la Constitución de Argentina. Es por eso que desde el estado se presentó una demanda ante la justicia por los sucesivos derrames. Mientras tanto, grupos ambientalistas piden por el cierre de Veladero ya que al tercer derrame una mina debe ser cerrada, de acuerdo al Código Minero.
“El rol de Barrick siempre ha sido lamentable en Argentina. Se ganó la mala fama en la que coinciden todos. Hasta el propio gobierno le soltó la mano con la demanda. Shandong se está comprando un problema al invertir en Veladero ya que el lugar donde está la mina está prohibido por la Ley de Glaciares”, sostuvo Viale.
Señales mixtas en América Latina
Mientras que Argentina busca impulsar la minería, América Latina presenta un panorama diverso, con países que comparten el entusiasmo por la actividad y otros que la han prohibido luego de sucesivos derrames. Sin embargo, el denominador común es la conflictividad social en los lugares donde se desarrollan emprendimientos.
El Salvador prohibió recientemente la minería metálica, volviendo ilegal la extracción, explotación, exploración y procesamiento a cielo abierto y subterráneo. El 90% de las aguas superficiales del país están contaminadas por lo que el gobierno tendrá una difícil tarea para restaurar las fuentes de agua en los próximos años.
Mientras tanto, Ecuador ha impulsado abiertamente la minería al considerar al sector estratégico para la economía del país luego de la caída del precio del petróleo. El presidente Rafael Correa sostuvo que el país “pasará a una nueva era minera” ya que Ecuador está “sentado en un saco de oro”. Sin embargo, los cinco principales proyectos mineros todavía no han dado sus frutos y el mandato de Correa está por terminar.
“Todos los países de la región se han percatado que la ciudadanía está preocupada por la minería. No podemos terminar con la industria ya que dependemos de ella pero tienen que cambiar las regulaciones. Las empresas mineras tienen que ser parte de la solución y aceptar que son vistas como parte del problema”, afirmó a Diálogo Chino René Mauricio Valdes, representante residente del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).