China, el principal importador de sorgo en el mundo, ha empezado las gestiones para importar toneladas de este grano de México en un momento en el que el país latinoamericano atraviesa un crisis en su producción por condiciones climáticas.
Junto con el maíz y el trigo, el sorgo es un alimento esencial en muchas partes del mundo en desarrollo y se utiliza tanto para consumo humano como para el pecuario, lo cual aumenta su demanda internacional.
“China demanda muchos granos para alimentar a una población tan grande, pero México es, a su vez, el quinto importador mundial [de sorgo], sólo detrás precisamente de China, España, Japón y Sudán”, explica César Soto Morales, profesor de relaciones internacionales en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Soto considera que abrir un mercado de exportación cuando la demanda nacional es tan grande- de más de 8 millones de toneladas por año -es una incongruencia.
En China, alrededor de la tercera parte de la producción de sorgo se destina a la fabricación de bebidas alcohólicas, principalmente de un fuerte licor tradicional, y el resto se divide entre el consumo pecuario y humano.
El país asiático importa 90 por ciento del grano del Estados Unidos, el mayor productor a nivel mundial, pero por las medidas proteccionistas que en las últimas fechas el presidente Donald Trump ha implementado, el país está mirando hacia nuevos mercados.
No hay una regulación que asegure que México tenga el abastecimiento suficiente de sorgo
Déficit del sorgo en México
El sorgo se cultiva casi en todo México, pero los mayores productores son los estados de Tamaulipas, Sinaloa y Guanajuato. El año pasado la producción nacional de sorgo fue la peor de las últimas dos décadas por las malas condiciones climáticas con sólo 4.4 millones de toneladas producidas, comparadas con las 10 millones de toneladas de 2007.
5,600,000
Toneladas de sorgo se redujeron entre 2017 y 2018
Sin embargo, esto no detendría a más de mil quinientos productores mexicanos que buscan enviar entre 50 mil y 100 mil toneladas a China en cuanto se apruebe el protocolo de exportación.
“No hay una regulación que asegure que México tenga el abastecimiento suficiente de sorgo, el gobierno, tanto la anterior como el actual, no está preocupado por mantener el suministro de granos ni de maíz ni de sorgo y por tanto deja al mercado que actúe libremente”, explicó Soto Morales.
Al no haber una regulación, los productores de sorgo voltean a los mercados internacionales, aunque el país necesite de este grano y amplían el déficit.
Para Soto Morales, México debería seguir el ejemplo de otros países que cuidan el abastecimiento de los granos básicos que se consumen al interior, estableciendo medidas como fijar un arancel o cuota de exportación para mantener el abasto nacional de los granos que se consumen.
El protocolo de exportación
Por el momento el sorgo ya se exporta al país asiático, pero es sólo para consumo pecuario. Para poder enviar sorgo a China para consumo humano, se requiere la firma de protocolos sanitarios entre las autoridades chinas y mexicanas, pero esto no ha ocurrido todavía.
“Para que un producto pueda ser viable para ser exportado se llevan a cabo muchas visitas por parte de China, vienen expertos sanitarios a hacer análisis de los campos”, explicó Laura Selene Frías Rodríguez, ex funcionaria del gobierno mexicano quien formó parte de la organización de la primera visita del presidente chino Xi Jinping a México.
China ya envió a sus expertos en inocuidad para analizar los campos. Sin embargo, estos procesos a veces pueden llevar una gestión de cinco a diez años ya que los protocolos fitosanitarios son muy estrictos en la importación de productos frescos para proteger la producción nacional china.
Para Frías Rodríguez, el gobierno chino tiene la última palabra.
“Por una instrucción del presidente Xi, se ha logrado avanzar impresionantemente en materia comercial, como en el caso del tequila, las berries, el aguacate o la carne de cerdo; por ejemplo, para homologar algunos permisos fitosanitarios pasaron 8 años, pero con el tequila se dio en dos o tres años, donde fue la voluntad política la que movió esos plazos”, aseguró Frías Rodríguez, experta en la región Asia Pacífico.
“No hay que dejar dormido el tema, porque con China si te duermes llega otro país, otro mercado y te come el mandado, hay que aprovechar que ya se avanzó tanto para la firma del protocolo”, concluyó Frías Rodríguez, quien interpretó que el tema del sorgo es un reflejo del deseo de China de ampliar sus relaciones con México.
Mirando más allá de los productos primarios
En los últimos años, México ha empezado a abrirse paso en el mercado chino con productos como la carne de cerdo, la harina de pescado, el algodón, el aguacate, los moluscos, langostas y camarones, así como pieles de bovino, entre otras materias primas que luego son aprovechadas por la industria asiática.
Tenemos que mirar más allá de la exportación de commodities, como el sorgo, no solamente la exportación de bienes primarios, sino de productos de alto valor agregado
Frías Rodríguez resaltó que esta es una oportunidad para plantear muy bien las reglas con las cuales se va a regular las exportaciones del sorgo.
“Tenemos que mirar más allá de la exportación de commodities, como el sorgo, no solamente la exportación de bienes primarios, sino de productos de alto valor agregado, es decir, no exportar sólo aguacate, sino aceite de aguacate”, recomendó Frías Rodríguez, ya que esto generaría mayores ingresos a los productores mexicanos.
Diversificar los mercados de exportación para México es una necesidad frente a la presión por parte del gobierno estadounidense, sin embargo, se debe negociar con inteligencia ante China, un país que lleva la ventaja en el comercio exterior.