“Sí hubo despidos. Yo estaba embarazada en ese entonces. A varias amigas despidieron, pero ahora están contratando. Esperemos que todo mejore”, cuenta María, una joven de 30 años que pide no ser identificada con su verdadero nombre para evitar problemas en la empacadora de camarón donde trabaja, en el norte de Guayaquil. “No sabíamos en qué momento nos tocaba”, añade.
Su historia subraya la incertidumbre que han vivido los trabajadores del sector del camarón en Ecuador desde marzo de 2020, cuando la pandemia de COVID-19 empezó a afectar al sector productor y exportador del crustáceo que es apetecido en China, Estados Unidos y Europa y ha sido centro de un auge comercial en los últimos años. Y que ahora también está viendo un auge de robos a manos de piratas acuáticos.
Un año de vaivenes para la industria del camarón en Ecuador
El 2020 fue un año duro para la cadena del camarón en Ecuador debido a la caída de precios internacionales y a la baja en la demanda, sobre todo de China, que en los últimos años se convirtió en su principal mercado, según explica un comunicado enviado por la Cámara Nacional de Acuacultura (CNA) ecuatoriana a Diálogo Chino.
Esas caídas se evidencian en las cifras de exportaciones del crustáceo del gremio camaronero. En julio del 2019, Ecuador envió al país asiático 123 millones de libras de camarón, por 324 millones de dólares. Un año después, envió 98 millones de libras, valoradas en 233 millones. Es decir, unos 90 millones de dólares menos.
De julio a noviembre, sin embargo, las ventas repuntaron: en este último mes, se vendieron 154 millones de libras, por 367 millones de dólares. Y luego el sector cerró el 2020 con otra caída: en diciembre se vendieron 10 millones de libras menos que un año antes y que significaron otros 56 millones de dólares que dejó de percibir el sector.
Esos vaivenes significaron que entre el 16 de marzo de 2020 en que se emitió un estado de excepción en Ecuador para contener la pandemia y el 7 de enero de este año, se perdieron 18 mil plazas en el sector de ganadería, silvicultura y pesca, que incluye a los camaroneros, según cifras del Ministerio de Trabajo.
En medio de la crisis económica por la pandemia, la industria camaronera ecuatoriana también tuvo que sortear problemas de imagen, luego de las sanciones emitidas por China en julio anterior tras el hallazgo de trazas inertes de virus SARS-CoV-2 en la pared de un contenedor, que se sumaban a los rastros de otra enfermedad -el virus de la mancha blanca –que se habían detectado en enero pasado. Las autoridades chinas suspendieron por aproximadamente un mes las importaciones de exportadoras ecuatorianas por esos problemas.
En 2019, Beijing también impuso sanciones a varias empresas ecuatorianas por alertas de brotes de mancha blanca y cabeza amarilla, otra enfermedad de origen viral que afecta a órganos vitales en el animal.
Eso llevó al sector a plantear varios cambios en su manera de trabajar. La CNA implementó protocolos de bioseguridad más rigurosos, que -según explicó a Diálogo Chino- significan que las empresas del sector reforzaron la desinfección en cinco lugares distintos: las áreas de procesamiento del producto, las bodegas de almacenamiento, los empaques, las paredes internas de los contenedores y el personal que tiene contacto con el camarón.
18,000
empleos se perdieron en el sector de la pesca, ganadería y bosques entre el 16 de marzo de 2020 y el 7 de enero de este año
“Estamos trabajando para reforzar la reputación del producto luego de las sanciones emitidas por la autoridad china (…) Estamos convencidos que con el arduo trabajo que estamos realizando el comercio entre ambos países seguirá creciendo”, dijo la CNA en su comunicado.
Adicional a esto, los trabajadores se someten a pruebas PCR para detectar el coronavirus cada 60 días y presentan el resultado a las autoridades sanitarias.
Si se detecta un caso en el área de procesamiento del camarón, la empresa debe paralizar el trabajo por un periodo que le permita limpiar y desinfectar para eliminar cualquier trazo del virus, y ese producto no será exportado, explica el gremio.
Piratas de camarones en Ecuador
El nuevo coronavirus no es, sin embargo, el único problema que afectó al sector camaronero ecuatoriano en el 2020, que está reclamando seguridad al Estado ante una reciente ola de robos en las rutas marinas y fluviales.
Uno de los casos más recientes ocurrió el 2 de diciembre. La tripulación de una embarcación que transportaba camarón a Guayaquil fue interceptada por piratas. En una imagen que difundió la CNA se ve a uno de los tripulantes con el brazo ensangrentado en el piso de la nave. El joven y sus compañeros fueron auxiliados por infantes de marina en el Golfo de Guayaquil, luego de ser atacados por piratas en el sector conocido como Chupadores Grande.
Ese fue uno de los casi 100 robos que los productores camaroneros denunciaron el año pasado en contra de embarques y sitios de producción del crustáceo desde 2017, según los registros de la CNA.
“Insistimos en este tema porque vemos que la Policía Nacional y la Armada del Ecuador, ya sea por falta de recursos económicos, logísticos o de cualquier índole no pueden garantizar la seguridad del sector y sin desligarlos de esta responsabilidad, de alguna manera los camaroneros debemos protegernos ante el embate del crimen organizado que nos golpea a diario”, dijo José Antonio Camposano, presidente de la CNA, en un comunicado de prensa.
Según el gremio, las pérdidas de producto por robo sobrepasan los 2,5 millones de dólares. A esta cifra se suma la inversión en temas de seguridad que supera los 60 millones anuales.
Más allá del problema de seguridad ciudadana, estos robos podrían tener efectos en la salud pública, que también podrían golpear a la industria. Esto porque hay un riesgo de que las cargas robadas sean manipuladas y que la cadena de frío no se mantenga, según le dijeron a Diálogo Chino dos dirigentes y productores del gremio camaronero, que también pidieron resguardar su identidad para evitar represalias de los piratas.
“El camarón es muy delicado: se descuida un poco la cadena de frío y el camarón no es igual”, señala uno de ellos.
La ruta del camarón robado
Esas bandas de piratas atracan a las embarcaciones camaroneras en las cercanías de los puertos, cerca a las islas y ramales de los esteros del Golfo de Guayaquil y el Archipiélago de Jambelí. Luego desembarcan la carga robada, afirman los dirigentes, tanto en muelles regulares en grandes ciudades como en muelles irregulares en sitios de difícil acceso. Solo en el estero Huaylá, la Policía ha identificado 60 puntos.
“Sí, son empacadoras que siguen la misma línea ilegal. Te hago un ejemplo: yo tengo una descabezadora irregular (el lugar donde le sacan la cabeza al camarón previo a su empaque) y, como las empacadoras también se abastecen por diferentes proveedores, mezclan (su carga) con camarón que compran en pequeños lugares y la entregan”, sostiene uno de los productores.
Otro propietario de piscinas camaroneras que ha sufrido robos describe otro modo de ‘lavar’ el camarón. “Es muy fácil de camuflar. Hay casos de camaroneras que tienen los papeles en regla. Son camaroneras pequeñas de 10-15 hectáreas, pero que producen como (si fueran) de mil hectáreas, y se camuflan de esa manera. Dicen ‘aquí está la factura’, presentan la factura, o la guía de remisión de que ese camarón lo sacaron de tal área y entra al sistema de exportación, a las empacadoras. Ciertas empacadoras por llenar sus cupos, se hacen de la vista gorda”, afirma.
Sin embargo, el presidente gremial José Antonio Camposano dice que no es probable que la mercancía robada termine en la carga que se exporta a China, por los controles sanitarios que se realizan a todos los lotes.
“El camarón que va a China va acompañado de una serie de análisis que se hace en el momento de la cosecha y luego en el momento del empaque. Entonces un camarón robado muy difícilmente va a tener ese análisis para mancha blanca, que requiere la autoridad china, si proviene de un hecho ilícito, porque ese análisis muestra el número de la finca y piscina”, asegura a Diálogo Chino. Además, precisa que el país asiático no compra camarón descabezado, por lo que eso también minimiza las posibilidades de una mezcla poco salubre con destino al mercado chino.
“Hoy en día, en vista de las exigencias que ha puesto China sobre la mesa para poder vender producto a su país, es realmente muy difícil que una empresa grande, mediana o pequeña se arriesgue a adquirir un producto sobre el que no tiene control en la cadena de custodia, no conoce la temperatura, no conoce muchas cosas, para empacarlo hoy en día al mercado más exigente”, añade.
Camposano, sin embargo, se suma al pedido de los productores consultados para que las instituciones de seguridad refuercen los patrullajes marítimos y terrestres.
Operación camarón seguro
Esa competencia de brindar protección en el mar está a cargo de la Armada, que tiene un plan de seguridad para el sector camaronero.
“Con base a lo descrito en el Plan de Seguridad Integral y Protección de los Espacios Acuáticos, la Armada del Ecuador a través del Comando de Guardacostas y capitanías de puerto ejecutan las denominadas ‘rutas seguras’. Se cuenta además con el apoyo del Cuerpo de Infantería de Marina y la Aviación Naval, lo que permite brindar la seguridad requerida por los diferentes gremios marítimos cuando exista el requerimiento”, explicó la Armada a Diálogo Chino en una comunicación que detalla varias rutas seguras, cuyos detalles se omiten en este artículo para no alertar a los delincuentes.
Según los registros de la Armada, en el 2020 se organizaron 1.620 operativos de seguridad. La Armada recomienda a los camaroneros usar estas rutas seguras, que trazan corredores fluviales entre las piscinas o fincas camaroneras hasta los puertos y muelles regulares de las ciudades, aunque siguen siendo cuerpos de agua difíciles de patrullar en su totalidad.
El problema es que la crisis económica también ha golpeado al sector defensa. A mediados del año pasado, el ministro de Defensa, Oswaldo Jarrín, ordenó la suspensión de las operaciones de las naves porque no contaban con la cobertura del seguro. El monto que le faltaba al sector era de 8 millones de dólares.
“Cuando existe insostenibilidad financiera o falta de liquidez para cubrir estas cuotas, quiere decir que no depende del Ministerio de Defensa, depende del Ministerio de Finanzas. Por esta razón, al no existir los fondos suficientes, se pidió una extensión (del seguro) de 60 días”, dijo Jarrín ante la Asamblea Nacional el 10 de junio de 2020. La póliza había vencido cuatro días antes y la suspensión de las operaciones navales duró más o menos ese tiempo.
La Armada no es la única institución en implementar la estrategia de rutas seguras para el sector camaronero. El jefe de la Policía en la ciudad de Puerto Bolívar, Wilson Narváez, detalla rondas en muelles irregulares y operativos preventivos con el sector camaronero para que patrulleros custodien las carreteras por donde transitan los camiones que provienen de Huaquillas, en la frontera con Perú, o de otras partes de la provincia de El Oro.
“Por ejemplo, nos dicen que de 3 a 5 de la mañana van a pasar todos los camiones; en esas horas tienen que pasar los camiones con el camarón cosechado para trasladarlo a Guayaquil (…) Hacemos posta. Si salen en Huaquillas, el que está en Santa Rosa tiene que reportar: ‘Pasaron 6 camiones sin novedad’. Cogen algunos sectores hasta que llegan a su punto de destino”, explica a Diálogo Chino.
Además lamentó que muchos asaltos no se denuncian, que los empleadores no les llevan los nombres de sus trabajadores para poder consultar sus antecedentes y que no prohíban preventivamente el uso de teléfonos cuando se realizan las cosechas de camarón.
La trazabilidad
Todos –policías, dirigentes gremiales y productores camaroneros- coinciden en la falta de controles en los muelles irregulares y la ausencia de un sistema completo de trazabilidad en los embarques de camarón.
“El camarón lastimosamente no se maneja con un código. No podemos decir que este camarón es de tal camaronera, no existen estas documentaciones. Hay cierto grupo de camaroneras que sí la utilizan, pero otros no. No existe una regla clara. Con decirle que todavía tenemos un código (Código de Policía Marítima) que sanciona en sucre”, dice el policía Narváez. Ahí está la ironía: Ecuador dejó de usar esa moneda en el 2000, pasándose al dólar estadounidense.
Un sistema integral de trazabilidad, con controles presenciales de las autoridades de instituciones como el Viceministerio de Acuacultura y Pesca, también permitiría detectar posibles cargas robadas, según los productores consultados.
“Acercarse a los muelles y pedirles: ‘A ver señores, ese camarón que se ve no es camarón de mar”, comenta un productor, explicando que es posible distinguir al camarón panamei (Litopenaeus vannamei) de piscina del camarón pomada (Protrachypene precipua) que se recoge en el mar. “Es de diferente calidad y tamaño. Ellos deben justificar, pero nadie los controla”, añade.
El líder gremial Camposano insiste en la falta de servidores públicos para los controles in situ, un hecho que incide también en la proliferación de actores que comercializan mariscos y que se desenvuelven bajo la informalidad.
Pese a esto, él se muestra optimista con la vigencia del Reglamento de la reciente Ley de Acuicultura que contempla un registro obligatorio ante el Viceministerio de Acuacultura para los comercializadores. Luego de obtener su autorización en esa institución, ellos podrán tramitar un Registro Único de Contribuyente (RUC) en el Servicio de Rentas Internas (SRI). “A través de ese control usted puede cruzar la venta de camarón con las guías de remisión emitidas y con eso verificar que no se está blanqueando camarón robado”, dice.
Diálogo Chino solicitó una entrevista al Ministerio de Producción, Comercio Exterior, Inversiones y Pesca, bajo cuya ala está el sector camaronero, pero no recibió respuesta.
El gobierno ecuatoriano es, en todo caso, más optimista frente a la trazabilidad. El 24 de noviembre anterior, el ministro de Producción, Iván Ontaneda, aseguró en la AquaExpo de Guayaquil que “el camarón ecuatoriano es el primero en el mundo en incorporar la tecnología blockchain para garantizar la completa trazabilidad de su producción”. Según el ministro, “al escanear el código QR que viene en cada empaque, cualquier persona en el mundo podrá saber quién, cómo y dónde fue cultivado el camarón que va a consumir”.
Trece empacadoras ecuatorianas, que representan el 36% de las exportaciones, cuentan en la actualidad con esa tecnología en su sistema de trazabilidad, según Camposano. “El resto, si bien es cierto no tienen la trazabilidad a través del código QR, igual, a través del código del producto que está impreso en la caja, usted puede ingresar a una página web o escribir a la empresa”, afirma.
En medio de esa preocupación por la trazabilidad y por los piratas, los productores camaroneros están soñando con que las ventas y precios del 2021 se parezcan más al 2019 -cuando los ingresos bordearon los 2 mil millones de dólares- que al año de la pandemia.