Bosques

La deforestación, no el Gran Canal, es el “mayor problema ambiental de Nicaragua,” afirma el gobierno

La reforestación compensará el daño que cause el canal, dice alto funcionario

La deforestación generada por leñadores ilegales, cazadores furtivos y mineros en busca de oro es la principal amenaza para el medioambiente nicaragüense, no el controvertido canal interoceánico de 173 millas (278 km), señala Paul Oquist, secretario ejecutivo de la Comisión para el Gran Canal de Nicaragua creada por el gobierno. El canal cortará en dos al país y requerirá una operación de dragado sin precedentes en el lago Nicaragua, el mayor de agua dulce en Centroamérica.

El canal de Nicaragua propuesto ha sido fuertemente criticado por su evaluación de impacto ambiental y social (EIAS), llevada a cabo por la consultora del Reino Unido, Environmental Resources Management (ERM): los críticos dijeron que el estudio fue precipitado y contiene errores. Según ellos, entre sus defectos se cuenta que no incluyó las implicaciones del cambio climático. Pero Oquist, en declaraciones recientes hechas en Londres, afirmó que al nivel nacional Nicaragua promoverá una mayor resiliencia al cambio climático gracias a políticas que acompañarán al canal, como la reforestación, y que esto generará un “impacto ambiental neto positivo.” No entró en detalles sobre cómo se calcularían los impactos ambientales netos del canal.

“El gran problema ambiental que tenemos no es el canal, sino la deforestación,” dijo Oquist a Diálogo Chino.

Pero para el profesor Sudeep Chandra, un biólogo de la Universidad de Nevada y miembro de un panel de expertos invitados a comentar sobre una selección de la EISA, el argumento del Sr. Oquist es miope. El profesor Chandra cree que ERM no consideró adecuadamente el cambio climático en su evaluación. “Por lo que el panel pudo ver, la información relacionada con el desarrollo y la influencia del proyecto del canal y el inminente cambio climático era escasa o inexistente,” explicó.

En 2013, el gobierno nicaragüense otorgó una concesión de 50 mil millones de USD por 50 años –con la posibilidad de renovar el contrato– para construir y controlar el canal a una empresa recientemente creada, el Hong Kong Nicaragua Development Group (HKND), dirigido por un empresario chino relativamente poco conocido: Wang Jing. La finalización de la construcción está programada para 2020.

El Sr. Oquist afirmó que el aumento esperado en los ingresos para el gobierno derivados de la inversión en el canal se empleará para la protección contra la deforestación ilegal en la reserva de Bosawas y otras zonas boscosas. Bosawas es la mayor biosfera de Nicaragua y está ubicada a unos 400 km de la traza planeada para el canal.

Planes con poco sustento científico

El panel compuesto por 15 miembros, que se reunió en la Florida International University (FIU) en marzo de este año, llegó a la conclusión de que los conjuntos limitados de datos de ERM hacen que el estudio sea “científicamente indefendible.” ERM solo puso a disposición del panel 4 de los 14 tomos del estudio y el gobierno nicaragüense todavía no ha anunciado cuando dará a conocer al público el documento completo, aunque según la ley nicaragüense, no está obligado a hacerlo.

Al ser consultado por Diálogo Chino sobre si el plazo de dos años otorgado a ERM para llevar a cabo la EISA le impedía incluir salvaguardas adecuadas contra los “imponderables” del cambio climático, Oquist respondió que “no pensamos simplemente esperar a que el cambio climático ocurra, tenemos un plan integral de reforestación en todas sus formas, para ayudar a mantener elevados los niveles de agua en Nicaragua.”

Según Oquist, cada año se talan entre 50 000 y 70 000 hectáreas de bosques en Nicaragua y solo se recuperan unas 22 000, y enfatizó la necesidad de reducir las tasas de deforestación y aumentar la repoblación forestal para llegar aproximadamente a las 50 000 hectáreas por año.

“Queremos alcanzar, durante esta década y con estos nuevos fondos, un punto de inflexión histórico a partir del cual tengamos al menos más árboles plantados por año que el año anterior,” y agregó que la recuperación forestal es “otra importante actividad colateral” de Nicaragua.

Pero los bosques nuevos o recuperados tal vez no compensen a los que destruirá el canal. Al referirse a los hábitats animales en la traza del canal, el panel declaró que: “Muchos de los impactos por la construcción y el funcionamiento del canal serán de largo plazo, y algunos, irreversibles.”

Crecen las protestas

Mientras Oquist recorría el mundo presentando los planes del canal a posibles inversores, quienes se oponen al proyecto en Nicaragua también hicieron oír sus preocupaciones. Entre 15 000 y 30 000 manifestantes –en lo que constituyó la mayor protesta hasta el momento– marcharon en la ciudad de Juigalpa, ubicada a 30 km tierra adentro desde el límite nororiental del lago Nicaragua. Los manifestantes acusaron al presidente Daniel Ortega de vender el país a los chinos.

A pesar de la resistencia a las inversiones chinas expresadas por los manifestantes, Oquist afirmó que “no hubo tensión” entre HKND y los sindicatos nicaragüenses, y agregó que la empresa china es “muy sensible en términos sociales.” Pero concedió que el déficit educativo y de capacitación en Nicaragua implica que no se considerará a trabajadores locales para los puestos más especializados, como los de conductor de trenes de mercancías, que requieren hasta 20 años de entrenamiento. Oquist admitió que será necesario monitorear la asignación de los puestos.

En otras partes de Latinoamérica, la inversión china en nuevos proyectos a veces supeditada a que cierta cantidad de puestos de trabajo sean asignados a ciudadanos chinos.