Las quemas registradas en toda la Amazonía batirían un nuevo récord histórico hacia octubre, alertó el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE según su sigla en portugués). La situación de riesgo elevado también preocupa a la agencia norteamericana NASA, que a través de su en su servicio Observatorio de la Tierra llamó la atención hacia sobre el actual panorama.
«Hasta el momento se registra el valor más alto de la serie. Si el uso del fuego continúa así, es probable que se bata el récord histórico», afirmó a Diálogo Chino Alberto Setzer, coordinador del monitoreo de quemas voluntarias del INPE.
Hasta el momento, el número de casos en todo el país es un 57% superior al registrado que se registró en el mismo período del año pasado. «Pero todavía es poco, en relación a cerca de lo que podría pasar», agregó Setzer, recordando que la temporada de incendios se intensifica a partir de julio y continúa hasta octubre.
En otros países de América Latina, la tendencia se acentúa todavía más: en Bolivia, por ejemplo, el aumento de focos de incendio es de un 355% y; en Perú, de un 110%.
Emisiones peligrosas
Según el Instituto Brasileño del Medio Ambiente y Recursos Naturales (IBAMA), Brasil actualmente se encuentra entre los países con el mayor número de quemas en todo el mundo, con una media histórica de 169 mil focos de calor por año.
«Esta cantidad de incendios forestales posiciona coloca a Brasil entre uno de los emisores de efecto invernadero más importantes a nivel mundial, repercutiendo directamente en las metas internacionales de reducción de emisiones«, señaló Gabriel Zacharias, coordinador del PrevFogo, programa de prevención y combate a los incendios forestales del IBAMA.
Debido a esa probable superficie récord de bosques en combustión, las emisiones de CO2 del país podrían aumentar, destacó Gilvan Sampaio, investigador del grupo de Cambio Climático del Centro de Previsión del Tiempo y Estudios Climáticos (CPTEC). «Como ya conocemos esa condición, si no se adoptan políticas públicas para minimizar y prevenir las quemas en Brasil, potencialmente el número de quemas intencionales sería muy superior a la media y se producirían más emisiones hacia la atmósfera».
Cuando se produce una quema, además de liberar dióxido de carbono (CO2), también se liberan gases traza como el metano (CH4), el monóxido de carbono (CO) y el óxido de nitrógeno.
El fuego, que consume principalmente la Eco-región del Cerrado (36,9%) y el Amazonas (33,6%), es intencional o sea, es decir, es provocado por acciones humanas. «Las ocurrencias son de quemas intencionales, las cuales están prohibidas por la legislación. Si las autoridades controlan, disminuirán mucho», destacó comenta Alberto Setzer.
En la Amazonía el número de focos de quemas no ha seguido la tendencia de la deforestación, que cayó un 70% durante la última década, según observó el investigador de la Universidad de San Pablo (USP) Paulo Artaxo. «Eso podría indicar que hubo un aumento en la frecuencia del mantenimiento de quemas de pastizales que ya estaban abiertos en la Amazonía.»
Según Artaxo, la solución incluye la formulación de políticas públicas por de parte del gobierno federal. «El foco siempre estuvo en la lucha contra la deforestación. Pero también son necesarias acciones para inhibir quemas, inclusive en superficies que ya fueron deforestadas, que ocasionan un efecto devastador en el ecosistema, en la salud de las personas, y que además también impactan en la incidencia de lluvias en la región», critica.
Efectos de El Niño
El peligro continúa como consecuencia de la manifestación durante el del año pasado de «El Niño«, fenómeno climático que se caracteriza por el calentamiento anormal de las aguas del océano Pacífico en la región del Ecuador. A Por causa de «El Niño», el volumen de lluvias de la región ha caído considerablemente, provocando una mayor sequía en la cuenca amazónica.
Según los pronósticos, el riesgo de incendios forestales es mayor al registrado en los años 2005 y 2010, durante los cuales el fuego consumió superficies récord de mata. «Hemos tenido un El Niño fuerte esta temporada. Además, venimos observando un déficit de lluvia desde hace bastante tiempo. La combinación de estos dichos factores ha generado nos ha llevado el al cuadro actual», explica Sampaio.
Consecuentemente, la vegetación y el suelo están muy secos, lo que hace que las quemas sean más difíciles de controlar. Otro impacto ya se puede observar a nivel de los ríos de la región amazónica, que podrían registrar los menores índices históricos.
El caso del estado de Acre llama la atención de los investigadores: a pesar de no haber sufrido por los efectos del fenómeno climático El Niño, en el estado se registran bajas en la reserva de agua, principalmente en el río Acre, que bajaría todavía más. «Este caso demuestra que ya hace tiempo que la región viene sufriendo debido a la merma en las lluvias», afirma Sampaio.
Áreas de conservación
Ocho satélites equipados con sensores termales observan el territorio y auxilian a los investigadores del INPE en la emisión de alertas. Alberto Setzer resaltó una cuestión preocupante: actualmente, por lo menos 172 áreas de conservación están siendo consumidas por el fuego.
«Se trata de áreas que deberían estar especialmente protegidas, donde no deberían registrarse ocurrencias de fuego. Y en algunos casos el fuego no pudo ha podido ser controlado en su interior», afirmó el científico. El Parque Nacional de Araguaia, por ejemplo, hace semanas que se está quemando.
Paralelamente al INPE, en 2011 la NASA creó el servicio de previsión de quemas, en colaboración con investigadores brasileños. Además de realizar tareas en Brasil, el equipo de la agencia tiene intenciones de extender su área de cobertura de previsión de incendios hacia las regiones de América Central y del Sudeste Asiático.