La descarbonización de la economía podría dar lugar a 15 millones de empleos más en América Latina y el Caribe para 2030, según un reciente informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
22.5 millones
de nuevos trabajos se crearían en América Latina para 2030 con el cambio a una economía descarbonizada
La transición acabaría con 7,5 millones de empleos en los sectores de electricidad, extracción de combustibles fósiles y producción de alimentos de origen animal. Sin embargo, estos se verían enormemente superados por los 22,5 millones nuevos empleos en la producción de alimentos de origen vegetal, electricidad renovable, silvicultura, construcción y manufactura.
“La descarbonización es una meta necesaria y factible para América Latina y el Caribe que podría traer muchos beneficios”, dijo Graham Watkins, jefe de cambio climático del BID. “Todos los países de la región podrían crear más empleos que los que se destruirían como parte de la transición hacia una economía descarbonizada”.
Objetivos de descarbonización en América Latina
Estabilizar el cambio climático por debajo de los 2°C y tan cerca de 1,5°C como sea posible es el objetivo del Acuerdo de París de 2015, que requiere llegar a las emisiones netas cero para el 2050. Hacerlo, un proceso conocido como descarbonización, significa reducir en gran medida las emisiones provocadas por el hombre.
América Latina y el Caribe puede lograr una prosperidad sin carbono mediante acciones inmediatas en una serie de sectores, según el informe. Esto incluye reducción de desechos, detención de la deforestación, plantación de árboles, mejora del transporte público y eliminación gradual de los combustibles fósiles, sustituyéndolos por energías renovables.
Esto no sería a expensas del total neto de empleos en la región y los cambios en la dieta podrían ser el principal impulsor de un cambio en el mercado laboral hacia la descarbonización, según el informe de la OIT y el BID.
La clave para hacer compatible el empleo y el medio ambiente es la transición justa
Los cambios hacia dietas basadas en plantas en la región crearían 19 millones de empleos a tiempo completo en la agricultura basada en plantas para el año 2030, eliminando 4,3 millones en la ganadería, las aves de corral, los lácteos y la pesca. Esto también podría ayudar a hacer frente a la deforestación, impulsada por la producción de carne vacuna, especialmente en América del Sur.
“El progreso en esta área permitiría la restauración de los ecosistemas, la agricultura sostenible y, a largo plazo, el ecoturismo”, escribieron en el informe Ana María Rodríguez Ortiz del BID y Moussa Ouamaoru de la OIT.
La pérdida y creación de empleos en el sector de la energía sería modesta en términos de la economía en general, con 60.000 menos en las plantas de combustibles fósiles y 100.000 más en la electricidad renovable. La construcción, la manufactura y la silvicultura también gozarían de una creación neta de empleo.
Más de la mitad de los 22,5 millones de puestos de trabajo que se crearán son de cualificación media (13,5 millones), con un tercio de cualificación baja (8 millones), y un millón en cualificación alta. Estos beneficiarían a una parte sustancial de los 66 millones de personas que actualmente se consideran “infrautilizadas” en el mercado laboral.
Además, muchos de los que perderían sus empleos en los sectores con uso intensivo de carbono podrían hacer uso de sus habilidades en las nuevas industrias tras un breve entrenamiento o formación en el trabajo, según el informe. Las empresas también tendrán que adquirir nuevas habilidades para hacer frente a los impactos del cambio climático.
“La clave para hacer compatible el empleo y el medio ambiente es la transición justa”, dijo Vinicius Pinheiro, responsable de la OIT para América Latina. “Necesitamos una transición que asegure que el paso a una economía sostenible se haga de manera equitativa, garantizando que los trabajadores tengan las habilidades y los medios necesarios para conseguir un trabajo en el futuro”.
Los siguientes pasos
Todos los países de América Latina han ratificado el Acuerdo de París y han presentado compromisos climáticos, también conocidos como NDC, para reducir sus emisiones y adaptarse a los efectos del cambio climático. Sin embargo, muchos se consideran insuficientes para limitar el calentamiento global a 2°C.
La región está trabajando ahora para aumentar su ambición climática mediante nuevos NDC y estrategias a largo plazo para descarbonizar para 2050. Chile y Costa Rica han dado los primeros pasos, el primero actualizando su NDC en abril y el segundo presentando recientemente su estrategia para lograr emisiones netas.
Se espera que haya más. Perú, Costa Rica, México y Argentina, se encuentran entre los que están trabajando en nuevos planes climáticos. Sin embargo, los progresos realizados desde marzo se han visto interrumpidos por la pandemia de coronavirus, lo que probablemente haga que el lanzamiento de nuevos planes se retrase hasta el año próximo.
Los países de toda la región han aumentado las inversiones en industrias no contaminantes en los últimos años. Uruguay, Colombia y México han impulsado las energías renovables y muchas ciudades de América Latina han puesto en marcha un transporte público eléctrico gracias a los autobuses importados de China.
Watkins dijo: “Para detener la crisis climática necesitamos cero emisiones para el 2050. Todos los países de la región estuvieron de acuerdo con ese objetivo y muchos están trabajando en planes para lograrlo. Este es un objetivo factible técnicamente hablando”.