Naturaleza

Yaku Pérez: ‘Debemos defender a Yasuní’

El activista indígena se presenta una vez más como candidato a la presidencia de Ecuador, buscando un cambio respecto a los gobiernos de Correa y Lasso que permitieron la exploración petrolífera en la Amazonía
<p>Yaku Pérez en el Congreso de Ecuador en septiembre de 2022. El actual candidato presidencial quedó tercero en las elecciones de 2021 (Imagen: <a href="https://flickr.com/photos/asambleanacional/52341431774/">Fernando Sandoval</a> / <a href="https://flickr.com/photos/asambleanacional/">Congreso de Ecuador</a>, <a href="https://creativecommons.org/licenses/by-sa/2.0/">CC BY-SA</a>)</p>

Yaku Pérez en el Congreso de Ecuador en septiembre de 2022. El actual candidato presidencial quedó tercero en las elecciones de 2021 (Imagen: Fernando Sandoval / Congreso de Ecuador, CC BY-SA)

Yaku Pérez entró en el radar de la política ecuatoriana en 2009, cuando fue detenido por encabezar grandes protestas contra la explotación no regulada del agua en la ciudad de Cuenca, provincia de Azuay. Por aquel entonces, el abogado y activista indígena del pueblo Cañari era conocido como Carlos, pero cambió su nombre por Yaku, que significa “agua” en la lengua indígena quechua.

Desde entonces, ha sido detenido en otras ocasiones por participar en protestas y vio cómo su pareja, la politóloga brasileña Manuela Picq, fue obligada a abandonar Ecuador en 2015, según él, en represalia por cubrir manifestaciones contra el gobierno de Rafael Correa (2007-2017).

Pérez fue elegido gobernador de Azuay en 2019 y se presentó a las elecciones presidenciales de 2021 por el partido Pachakutik, uno de los movimientos indígenas más antiguos y poderosos de la región andina. En esas elecciones, quedó en tercer lugar, perdiendo un puesto en la segunda y última ronda frente al actual presidente Guillermo Lasso por solo 32.000 votos, o el 0,3% del electorado.

Yaku Pérez dando un discurso rodeado de activistas medioambientales
Pérez discursa durante la campaña presidencial de 2021, elecciones en las que no pasó a la segunda vuelta por pocos votos (Imagen: Alamy)

El ecologista no ha renunciado a su sueño de convertirse en el primer presidente indígena de la historia de Ecuador. Actualmente está segundo en las encuestas sobre las elecciones previstas para agosto.

Los desafíos para quien tome el relevo serán enormes: el próximo presidente tendrá menos de dos años para gobernar, ya que el mandato sólo se extiende hasta mayo de 2025. Esto se debe a que en mayo Lasso disolvió el Congreso para evitar un proceso de destitución por presunta corrupción, y entregó el cargo alegando “una grave crisis política”.

El pueblo indígena Pachakutik es el que más puede perder con el decreto de muerte cruzada de Lasso: el movimiento consiguió 27 bancas de diputados tras las grandes movilizaciones contra el gobierno anterior, pero puede tener dificultades para repetir esta hazaña histórica.

Durante la entrevista con Diálogo Chino a finales de mayo, Pérez criticó la falta de logros del partido en el Congreso y dijo que se presentaba por su nuevo movimiento político, Somos Agua, y la coalición Claro que se puede. Dos semanas después, sin embargo, el movimiento Pachakutik anunció su apoyo a Pérez. 

Además de elegir al próximo presidente en las elecciones, los ecuatorianos también votarán a favor o en contra de la exploración petrolífera en el Parque Nacional Yasuní. Símbolo del país, el parque nacional amazónico alberga una de las biodiversidades más importantes del mundo. Aunque la consulta lleva aplazada una década, la empresa estatal Petroecuador ya opera en la zona junto a la empresa china Chuanqing Drilling Engineering Company Limited.

Hablamos con Yaku Pérez sobre su nueva candidatura, los retos de la política medioambiental ecuatoriana y sus discrepancias con el expresidente Correa, el presidente Lasso y el propio movimiento indígena.

Aunque usted no haya pasado a segunda vuelta, los candidatos indígenas tuvieron una gran votación en 2021. ¿Qué lograron efectivamente hasta ahora? ¿La reciente disolución del Congreso puede echar a perder esas conquistas?

¿Qué han conseguido los 27 asambleístas [indígenas] electos, cuando antes eran cuatro o cinco? Parece que nada. Ellos tendrían que responderlo. Pero si le pregunta a la opinión pública, el gobierno nacional tiene un respaldo del 8% y la Asamblea Nacional del 4%. De eso podemos sacar la conclusión que el trabajo legislativo quedó debiendo.

Personas con barbijo frente al Congreso ecuatoriano
Bancada de Pachakutik en noviembre de 2021, a las afueras del Congreso ecuatoriano. El partido indígena obtuvo la mayor votación legislativa de su historia en las elecciones de ese año (Imagen: Christian Medina / Congreso de Ecuador, CC BY-SA)

En aquellas elecciones, usted representaba a Pachakutik. ¿Cuáles fueron los desacuerdos con el partido que le hicieron decidir presentarse de forma independiente? ¿Y en qué se diferencia su nuevo proyecto de Pachakutik?

Yo milité toda la vida en Pachakutik, no reniego de mi ascendencia indígena. Respeto profundamente el movimiento como tal, pero lo que hicieron los asambleístas, una vez que llegaron como nunca antes a la Asamblea, fue bifurcarse en el camino: unos hacia la derecha neoliberal de Guillermo Lasso y otros hacia el populismo autoritario de Rafael Correa.

Nosotros le propusimos al país una tercera vía sustentada en la filosofía de la vida, es decir, el cuidado de la naturaleza, el cuidado de la biodiversidad, del agua, del planeta, el respeto a los derechos humanos y los derechos de la naturaleza. En vez del autoritarismo, la democracia. En vez del extractivismo, la productividad. En vez de la corrupción, la honestidad y la ética.

Nota de la redacción: el lunes 12 de junio, Pachakutik anunció apoyo a Yaku Pérez en las elecciones presidenciales. Dadas sus declaraciones sobre el partido, le pedimos un comentario a su equipo de campaña. Esta fue su respuesta: “Yaku nunca ha tenido desencuentro con las bases de Pachakutik, de las que siempre ha recibido apoyo. Sin embargo, ha tenido fuertes discrepancias con los asambleístas que siguieron el autoritarismo del expresidente Correa y la derecha neoliberal del presidente Lasso, porque Yaku representa la tercera vía”.

¿Cree que la rivalidad con el grupo del expresidente Correa podría perjudicar su desempeño en las elecciones de agosto?

El expresidente Correa empezó bien en 2007, pero creo que el poder es tóxico y cuando uno no está suficientemente preparado, puede confundirse y perderse. El filósofo chino Confucio dijo: “Si quieres conocer a un hombre, dale poder” [La frase se atribuye en realidad a Robert G. Ingersoll, político estadounidense]. Y ahí está: él criminalizó la protesta social.

Hubo 850 personas criminalizadas en Ecuador [por protestas pacíficas], yo fui cuatro veces encarcelado injustamente por defender el agua y se me acusó de terrorista, de saboteador. A mi compañera Manuela [Picq] la expulsaron del país por ejercer la profesión de periodista. Se rompieron las organizaciones sociales de izquierda, como el FUT [Frente Unitario de los Trabajadores]. Eso partió en dos a los trabajadores. Desapareció la organización gremial de los profesores. A la organización indígena, Correa intentó varias veces fracturarla — de hecho, en parte lo consiguió, pero no del todo.

Han cerrado medios de comunicación, han concedido miles de hectáreas de tierra a empresas mineras y petroleras transnacionales, y ha habido una constante violación de los derechos humanos. Eso es lo que resintió a la mayoría de los ecuatorianos, aunque hay un grupo que sí lo apoya, evidentemente. Él quiso la reelección indefinida, seguir los pasos de [Hugo] Chávez, [Nicolás] Maduro, Daniel Ortega, y ese es el motivo de la resistencia en su contra.

La consulta sobre Yasuní se debe a los jóvenes soñadores que no abandonaron su lucha.

Usted menciona los errores de los gobiernos anteriores. ¿Qué propone de diferente, especialmente en temas ambientales? ¿Cuál es su opinión sobre el tratado de libre comercio firmado con China, el canje de deuda por naturaleza en Galápagos y la consulta popular sobre la exploración petrolera en Yasuní?

Todos los tratados internacionales son bienvenidos, si no renunciamos a la soberanía nacional, a la soberanía alimentaria.

Galápagos no debería tener sólo esa pequeña franja de reserva, debería ampliarse más. Todos los estudios demostraron que el espacio marino [protegido] debería multiplicarse por diez.

La consulta pública sobre Yasuní no es obra de Lasso ni de Correa. Juntos iniciaron y profundizaron la exploración petrolera. La consulta sobre Yasuní se debe a los jóvenes soñadores que no abandonaron su lucha. ¿Por qué debemos defender a Yasuní? Porque allí hay una riqueza de biodiversidad, de las más importantes del planeta. Hay hermanos indígenas no contactados: los Tagaeri y los Taromenane. Es parte de la Amazonía, que a su vez provee de oxígeno y agua dulce al 20% del planeta. Cuidar a Yasuní es cuidar a la Amazonía, cuidar el planeta.

¿Qué haríamos distinto? Pues eso, apostar por el cuidado del planeta para no sucumbir ante el colapso climático. También queremos corregir las gigantescas asimetrías sociales, combatir la delincuencia — y parte de la delincuencia también es la evasión de impuestos, que representa US $7.600 millones a cada año, cerca del 7% del PIB en el Ecuador.

¿Quiénes han frenado la consulta popular sobre Yasuní durante estos diez años?

Correa. Él fue presionado por los ecologistas para dejar el petróleo de Yasuní bajo tierra. Pero la presión de las multinacionales le dobló el brazo y traicionó lo que él defendía, ya que se declaraba un ecologista. Es el responsable de la exploración petrolera en Yasuní. Dio la concesión a los chinos [la multinacional Chuanqing Drilling Engineering Company Limited]. Ahora, Lasso la continúa.

Correa también abrió la frontera a las transnacionales mineras suecas, canadienses, australianas y, sobre todo, chinas.

extracción de petróleo en el Parque Nacional Yasuní, en la Amazonía ecuatoriana
Extracción de petróleo en el Parque Nacional Yasuní, en la Amazonía ecuatoriana. Junto con las elecciones presidenciales de este año se votará una consulta pública sobre la actividad petrolera en la región (Imagen: Alamy)

Si es elegido presidente, ¿cuál será su plan para conducir la transición energética en Ecuador y alejarse de los combustibles fósiles?

Tenemos una visión postextractivista. Ni las minas ni el petróleo se siembran. Y por culpa del extractivismo, seguimos siendo un apéndice de otros países, como los nórdicos y los surcoreanos, que en 1960 tenían una economía más pobre que Honduras, Bolivia, Ecuador y Argentina. Nosotros nos quedamos rezagados. Por eso hay que apostar por la agroecología; por la agroindustria corregida, vigilada; por el turismo; por la manufactura. Hay que apostarle también a la educación: esa es la clave para salir del rezago económico y social en el que vivimos.

Bajo su mandato, ¿cuál sería el futuro de obras controversiales como las centrales hidroeléctricas Coca Codo Sinclair y Toachi Pilatón?

Haremos un diagnóstico para ver si se pueden remediar en términos económicos. Haremos una auditoría para ver quiénes son los responsables de esos contratos millonarios y dejaremos que la justicia se encargue. No voy a perseguir a nadie, pero tampoco pueden quedar impunes los actos reñidos con la Constitución y la ley.

Ecuador ya firmó y ratificó el Acuerdo de Escazú, pero para que se cumpla se necesita voluntad política. ¿Cuáles serán sus medidas prácticas para proteger a los defensores del medioambiente en el país?

Los defensores del agua y la naturaleza serán parte de nuestro gobierno. Necesitan un reconocimiento público porque han sido criminalizados, marginados y estigmatizados. A los ecologistas nos han llamado infantiles, pero también cavernícolas, atrasados, ignorantes, saboteadores, terroristas. Nos han dicho que somos agentes de la CIA, sólo por defender el agua y la naturaleza.

No somos dueños de la Tierra. Pertenecemos a ella.

Pero si tenemos una tercera vía ecológica postextractivista, que sigue la corriente de nuestros abuelitos y abuelitas, sacralizamos la naturaleza. No somos dueños de la Tierra. Pertenecemos a ella. Un sabio abuelo decía que la piedra no es muda, solo guarda silencio. La piedra tiene vida, el agua tiene vida, el planeta es un ser vivo… es como lo dijo Stephen Hawking: si nosotros no hemos colonizado otro planeta, esta es la única casa donde podemos habitar y quedarnos, tanto nosotros como nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos. Por lo tanto, la Tierra es sagrada, bendita y hay que cuidarla, protegerla y criarla como ella nos crió.