Con más del 41% de sus aguas ya cubiertas por áreas marinas protegidas (AMP), Chile ha propuesto la creación de una AMP de alta mar en las cordilleras de Salas y Gómez Nazca, dos cadenas montañosas submarinas que se extienden 2.900 kilómetros por el Pacífico sudoriental y comparten una de las mayores biodiversidades marinas del planeta.
La idea fue presentada por el presidente Sebastián Piñera en la cumbre climática celebrada por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en abril. Piñera dijo que “no es suficiente” proteger sólo las aguas nacionales (conocidas como Zonas Económicas Exclusivas), sobre todo teniendo en cuenta el llamamiento mundial a proteger el 30% del océano para 2030.
En la actualidad, menos del 1% de las aguas de alta mar están protegidas por AMP. La mayor parte se encuentra en la zona del Mar de Ross, en la Antártida. Los países quieren avanzar mucho más rápido mediante la creación de un tratado mundial para la alta mar, que se está negociando actualmente en el marco de las Naciones Unidas.
Waldemar Coutts, director de Medio Ambiente y Océanos del Ministerio de Asuntos Exteriores de Chile, dijo: “Aunque la Organización Regional de Pesca del Pacífico Sur participará en el proceso, el nuevo tratado de alta mar de la ONU pretende incluir un organismo internacional que supervise la gestión a largo plazo de las AMP”.
Alex Muñoz, responsable de National Geographic Pristine Seas para América Latina, cuestionó el carácter unilateral del anuncio, al no incluir Chile a países vecinos como Perú y Ecuador. La creación del AMP requerirá ahora un “intenso trabajo diplomático” entre todos los países de la región, añadió.
La importancia de la zona
Expertos en océanos agrupados en la Coalición de Arrecifes de Coral de Alta Mar llevan mucho tiempo abogando por una AMP en las cordilleras de Salas y Gómez Nazca. Aislada por la corriente de Humboldt y la fosa de Atacama, la zona cuenta con más de 110 montes submarinos con ecosistemas únicos. Casi la mitad de las especies que se encuentran allí son endémicas, lo que significa que no viven en ningún otro lugar.
“Es un oasis en medio del Pacífico. Y aún queda mucho por descubrir. Cada vez que vamos allí encontramos muchas cosas nuevas”, dijo Carlos Gaymer García, experto en conservación marina de Chile y parte de la coalición. “Tenemos que proteger la zona. Hay mucha pesca en los alrededores y hay interés por la futura explotación minera”.
La zona ha sido identificada como candidata principal para la conservación por numerosas organizaciones internacionales. En una investigación realizada el año pasado, Pew destacó 10 lugares de todo el mundo que ayudarían a salvaguardar la biodiversidad más allá de las aguas nacionales, siendo las cordilleras de Nazca de Salas y Gómez una de ellas.
Liz Karan, jefa del proyecto de alta mar de Pew, dijo que las cordilleras también ofrecen refugio a especies migratorias como las tortugas laúd y las ballenas azules, que acuden a la zona para reproducirse. “No se trata de las montañas en sí, sino de la importancia que tienen para las especies endémicas que viven allí”, añadió.
Cuando se cree, el área se conectará con las AMP existentes en la ZEE de Chile al este (Nazca-Desventuradas) y al oeste (Rapa Nui). Aunque no podrá hacer frente a los impactos del cambio climático, apoyará la resiliencia ecológica y abordará los impactos directos de las actividades humanas en la biodiversidad marina.
“Es el tipo de propuesta audaz que los océanos necesitan desesperadamente al enfrentarse a la presión del cambio climático”, dijo Lisa Speer, directora del programa de Océanos Internacionales del Consejo de Defensa de Recursos Nacionales (NRDC). “Incluir los océanos en una cumbre climática de alto nivel demostró un verdadero liderazgo por parte de Chile”.
Un tratado de alto nivel
A nivel mundial, un grupo de organismos y tratados internacionales gestionan los recursos de los océanos y la actividad humana en zonas más allá de la ZEE de cualquier Estado. Estas áreas a menudo se superponen, pero prácticamente no existen mecanismos de coordinación entre zonas geográficas y sectores. Esto ha hecho que la creación de AMP en alta mar sea un reto legal y logístico.
En 2018 se iniciaron las negociaciones formales para desarrollar un tratado para la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad marina en las zonas situadas fuera de la jurisdicción nacional (ABNJ, por sus siglas en inglés), también conocido como el Tratado de Alta Mar. Este tratado debería establecer un marco global para conservar y gestionar la biodiversidad de alta mar, que constituye casi dos tercios del océano mundial.
Las negociaciones se han retrasado debido a la pandemia. Primero se programó una reunión para marzo de 2020, luego se pospuso hasta septiembre y una vez más se retrasó hasta agosto de este año. Ahora se espera que el mes que viene se decida si los organizadores vuelven a retrasar la reunión o la mantienen, y si es presencial o en línea.
“Estoy seguro de que hemos avanzado y de que la pausa impuesta por Covid ha sido útil para mantener conversaciones informales. Aun así, quedan muchos temas que no se resolverán hasta que la gente pueda reunirse en negociaciones formales”, dijo Speer. “Con su anuncio, Piñera está tratando de mantener el tema en el radar internacional”.
Los expertos han dado la voz de alarma en los últimos años por los numerosos retos a los que se enfrentan los océanos del mundo, desde el cambio climático hasta la contaminación por plástico. Tienen la esperanza de que se llegue a un acuerdo para alta mar este año o el próximo y de que se incluyan objetivos ambiciosos como parte de un nuevo marco de biodiversidad que se debatirá este año en la COP15.
Los esfuerzos recientes han despertado el optimismo. La Alianza para la Naturaleza Azul anunció su plan para proteger 18 millones de kilómetros cuadrados de océano en todo el mundo durante los próximos cinco años. El año pasado, 14 naciones que en conjunto supervisan el 30% de la ZEE del océano se comprometieron a gestionar sus aguas de forma 100% sostenible para 2025.