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¿Qué pasará con Toachi Pilatón, la represa paralizada en Ecuador?

Empresas brasileñas, rusas y chinas han participado del proyecto hidroeléctrico de mil millones de dólares durante los últimos 15 años, en medio de contratiempos que amenazan los vínculos entre Ecuador y China
<p><span style="font-weight: 400;">Pruebas en la captación del río Pilatón. Durante los últimos quince años, el proyecto de la represa Toachi Pilatón ha sido sometido a diversas pruebas de funcionamiento, pero aún no ha entrado en operación y no hay una fecha concreta. (Imagen: Celec)</span></p>

Pruebas en la captación del río Pilatón. Durante los últimos quince años, el proyecto de la represa Toachi Pilatón ha sido sometido a diversas pruebas de funcionamiento, pero aún no ha entrado en operación y no hay una fecha concreta. (Imagen: Celec)

En marzo de 2022, una noticia remeció Ecuador. El país fue demandado por la constructora estatal china China International Water & Electric Corporation (CWE), la última encargada de las obras de la hidroeléctrica Toachi Pilatón, por USD 100 millones. La razón: la decisión de Ecuador por dar por terminado el contrato con la empresa de forma unilateral. 

CWE denuncia a la holding estatal de electricidad ecuatoriana (Celec) por “incumplimientos en el contrato”, como el atraso en el pago de las planillas. Mientras que Celec acusa a CWE de una serie de irregularidades, como fallas en las pantallas de impermeabilización de la presa, en los sistemas de control e iluminación; acumulación de desechos peligrosos e incumplimiento del plan de manejo ambiental.  

En entrevista con Diálogo Chino, Gonzalo Uquillas, quien hasta esta semana fue gerente de Celec, responde que, pese a los cambios de gobiernos (cinco desde que inició la construcción del megaproyecto en 2008), el Estado ha asumido sus obligaciones contractuales y las “empresas son las que no se hicieron responsables”.

Toachi Pilatón: los inicios

Hablar de Toachi Pilatón es contar la historia de un romance con muchas rupturas y tropiezos. A inicios de los años 60 se realizaron los primeros estudios de viabilidad de esta hidroeléctrica que prometía brindar energía a sectores rurales y urbanos en las alturas de Ecuador. Sin embargo, tuvieron que pasar varias décadas para el inicio de sus obras. 

Durante los tres gobiernos de Rafael Correa (2007-2017), Ecuador anunció la construcción de ocho centrales hidroeléctricas con el objetivo de revisar la matriz energética y promover la seguridad energética. Además de la central Manduriacu, construida por Odebrecht, todas ellas  -Sopladora, Coca Codo Sinclair, Delsitanisagua, Mazar-Dudas, Minas San Francisco, Quijos y Toachi Pilatón- son parcial o totalmente propiedad de contratistas chinos. 

“La posibilidad de que el país se quede sin energía es nula. Ecuador es uno de los países con mayor seguridad energética del planeta”, dijo entonces el ex presidente.

 

Rafael Correa recorre la obra de la hidroeléctrica Toachi Piláton
En 2011, el entonces presidente ecuatoriano Rafael Correa recorrió la obra de Toachi Pilatón. Durante sus diez años de gobierno, se anunció la construcción de ocho hidroeléctricas. (Imagen: Miguel Ángel Romero/Presidencia de la República)

Sin embargo, en la actualidad sólo cuatro: Manduriacu, Sopladora, Coca Codo Sinclair y Delsitanisagua, están en funcionamiento, aunque con problemas estructurales. El resto aún está retrasado, como Toachi Pilatón, uno de los llamados emblemas de esta nueva era energética.

Con mucha expectativa, a finales de 2007, esta obra fue adjudicada a la empresa brasileña Odebrecht, que por aquel tiempo se iba consolidando como la constructora más importante del continente. Sin embargo, no pasó ni un año de la firma, para que esta controversial empresa fuera expulsada de Ecuador, acusada de malos manejos en la hidroeléctrica de San Francisco y otras importantes obras que tenían en sus manos.

“El presidente Correa ha cedido mucho, pero en definitiva Odebrecht no puede estar en el país. Hemos analizado todo y creemos que no es posible continuar con ella”, declaró el entonces ministro coordinador de Sectores Estratégicos, Galo Borja, años antes de hacerse conocida la extensa red internacional de corrupción con la que operaba la empresa brasileña y que también causó señalamientos en el país. ​​

Después de ese controversial inicio, Toachi Pilatón se fue convirtiendo en un sueño que hasta ahora nadie ha podido conquistar y que ha causado más de una ruptura. 

La importancia de Toachi Pilatón

El proyecto está ubicado en el centro del país: entre las provincias de Pichincha, Santo Domingo de los Tsáchilas y Cotopaxi. A dos horas en carretera desde Quito.  Su producción energética es considerada fundamental por el Estado “al ser complementaria a la de las hidroeléctricas de cordillera oriental, cuando estas entran en estiaje”, afirma Celec.

La obra comprende dos centrales de generación: Sarapullo, con 49 megavatios (que debía ser la primera en entrar en operación comercial en abril de 2022) y Alluriquín, con 204 megavatios. 

“Se aprovechará el caudal ecológico vertido por la presa Toachi con la instalación de una mini central de 1,4 megavatios, lo que da un total de 254,4 megavatios de potencia instalada, que aportará al Sistema Nacional Interconectado 1.100 gigavatios – hora de energía media anual”, según un comunicado del Ministerio de Energía de 2019. 

Según el Ministerio de Energía, Toachi Pilatón permitirá la disminución de la generación térmica e importación de energía desde Colombia. También, se prevé reducir la utilización de combustibles derivados del petróleo y la salida de divisas por pago de las importaciones de energía. Y por último, incorporará generación hidroeléctrica y termoeléctrica eficiente en forma urgente, con la eliminación de restricciones o apagones en el Sistema Nacional de Transmisión.

Pese a su relevancia, esta obra ha sido protagonista de varios desencuentros. Los mismos que la han convertido en una gran incertidumbre.

Segundos aires

Luego de la salida de Odebrecht, en 2010 se adjudicó las obras al consorcio chino-ruso CWE e Inter Rao, que tendría un financiamiento proveniente del Banco del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (Biess), y del Eximbank de Rusia. La empresa china se encargaría de la ejecución de la obra y la rusa de la instalación y puesta en marcha de los equipos electromecánicos. Con ellos, Ecuador confiaba que por fin se lograrían los objetivos de esta megaobra.

mapa hidroeléctrica toachi pilatón

Sin embargo, en 2017, otra vez de forma unilateral, Ecuador decidió terminar el contrato con Inter Rao por una serie de incumplimientos. La empresa rusa se vio obligada a paralizar su trabajos y demandar a Ecuador por USD86 millones. Caso que avanza lentamente en los tribunales. Y Toachi Pilatón, que debió culminar en 2015, vio suspendido sus trabajos por los siguientes casi dos años y medio

En 2019, Ecuador firmó otro contrato con la también rusa Tyazhmash, que reemplazaría a Inter Rao en la provisión y montaje del equipamiento electromecánico en la central hidroeléctrica. Así esta empresa se uniría a CWE con la finalidad de entregar de una vez por todas Toachi Pilatón. Sin embargo, en estas últimas semanas, Ecuador decidió rescindir el contrato a CWE y dejar en suspenso la culminación de las obras.

Fallas

Celec decidió romper sus relaciones con CWE por fallas estructurales que no fueron atendidas por la empresa. A ello se suman las observaciones de Contraloría, que denuncian fisuras, grietas y deslizamientos que han comprometido la central y la convierten en una obra que no se puede operar.

Unquillas, el ex funcionario de Celec, explica que CWE “no subsanó los desprendimientos en el revestimiento y el hormigón del túnel de carga de agua, que tiene nueve kilómetros de largo”. 

USD 920 millones


La cifra, sin contar el IVA, de lo que Toachi Pilatón ha costado hasta abril de este año, aún sin haber estado ni un día en funcionamiento.

Del mismo modo, los taludes aledaños a la chimenea de equilibrio superior de Alluriquín están inestables. “Esto impide la operación de la planta”, señala Uquillas. 

“La contratista china no trabajó en las soluciones para estabilizar los taludes. La Contraloría advierte que existe riesgo de colapso de la chimenea. Y el tercer punto tiene que ver con las irregularidades en la ejecución de las pantallas de impermeabilización de la captación de agua Pilatón y de la presa Toachi”, sentencia el representante de Celec.

Diálogo Chino se quiso contactar con representantes de CWE en Ecuador, pero no se obtuvo respuesta. 

Especialistas y exfuncionarios consultados coinciden que Toachi Pilatón es uno de los símbolos del despilfarro de dinero público que se dio en el gobierno de Correa. “Todo empezó mal”, explica Emilio Cevallos, experto en temas hidroeléctricos, a Diálogo Chino. 

“Fue una contratación ideológica: llamaron solo a empresas chinas, rusas o  brasileñas, es decir, las afines al entonces régimen mal llamado socialista de la Revolución Ciudadana que creó Correa”, reflexiona Martín Pérez Algarra, analista político. “No hubo criterio técnico, sino político”, remata Cevallos. 

Ahora, la situación ha empezado a preocupar a expertos y a dirigentes gubernamentales, mientras Ecuador y China tratan de reforzar sus relaciones bilaterales. “Los desencuentros entre las dos compañías estatales ponen en riesgo los acuerdos petroleros, energéticos y comerciales que en su reciente viaje a China (febrero de 2022) ha planteado el presidente ecuatoriano Guillermo Lasso con su homólogo Xi Jinping”, afirma preocupado Cevallos. 

Celec también está demandando a la china Sinohydro por problemas en la planta de Coca Codo Sinclair.

¿Qué pasará con Toachi Pilatón?

Hasta abril de 2022, Toachi-Pilatón ha costado -y sin entrar aún en operación- más de USD 920 millones. Aunque si consideramos los impuestos, como el 12% de IVA, la obra ha costado al Estado más de USD mil millones.

Celec informa que entre diciembre y enero pasados se realizaron las pruebas de sincronización, esto es, que las unidades de generación se conectan al Sistema Nacional Interconectado como actividad previa al inicio del proceso de producción eléctrica. 

“Superando una serie de paralizaciones en el proceso constructivo, finalmente es la primera vez que esta obra entrega energía eléctrica al Sistema Nacional Interconectado”, asegura Gonzalo Uquillas. 

Luego, se prevé que en el segundo semestre de 2022 entre en operación la casa de máquinas Alluriquín, que tendrá una potencia instalada de 204 MW. ¿Cuándo operará por completo Toachi-Pilatón? No hay fecha y tampoco certezas, admite Uquillas. 

Toachi Pilatón es un monumento al despilfarro. Aún no funciona, no genera un solo kilovatio de energía; pero sí causó un cortocircuito en el país.

Actualmente, con las pruebas ejecutadas, su operación no alcanza ni la cuarta parte prevista. Es decir, los retrasos continuarán, aunque Celec prefiere no ahondar en el tema. Analistas como Cevallos creen que la gigante estructura será otro “elefante blanco”, es decir, una evidencia del mal uso de recursos públicos. 

En esa misma línea apunta el investigador Arturo Torres, quien ha seguido el tema para su portal digital, Código Vidrio: “Toachi Pilatón es un monumento al despilfarro. Aún no funciona, sus instalaciones están abandonadas. No genera un solo kilovatio de energía; pero sí causó un cortocircuito en el país. Fue el primer escándalo por un caso de soborno vinculado a un ex funcionario del gobierno de Rafael Correa. El ex ministro de Electricidad, Alecsey Mosquera, recibió –según documentos judiciales- un millón de dólares de la constructora brasileña como gratificación”.  

Con la salida de CWE lo más seguro es que el Estado ecuatoriano deba contratar a otra empresa para que termine lo inconcluso o repare las fallas. Y ante esa coyuntura, lo único seguro es que Toachi Pilatón seguirá esperando, así como todos estos años.