El anuncio de la instalación de una planta de biocombustibles en Paraguay, la más grande de América del Sur, divide aguas en el país. Mientras que la empresa y el gobierno destacan el impacto económico del proyecto y que la soja utilizada no será de deforestación, organizaciones ambientales dudan de los compromisos.
La planta Omega Green busca producir diésel renovable (HVO); combustible renovable para aviación (HEFA-SPK); y subproductos del proceso (propano, butano, pentano, nafta, gases ácidos y hexano). Se espera que comience a funcionar en 2025 y se ubicará en la ciudad de Villeta, a 33 kilómetros de la capital del país, Asunción.
Los biocombustibles son considerados combustibles renovables al ser producidos por materias primas de origen agropecuario o residuos orgánicos. En el caso de Omega Green, serán producidos a partir de grasas animales, aceites usados de cocina y soja.
Varias aerolíneas ya han comenzado a probar y utilizar biocombustibles en un intento por reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero. Se espera que ello lleve a un aumento masivo en la demanda de aceite de palma y de soja, lo que generaría siete millones de hectáreas de deforestación a nivel global para el 2030.
¿Qué son los biocombustibles?
Son combustibles producidos a partir de materias primas de origen agropecuario o residuos orgánicos, y por eso son considerados renovables. Algunos de los más utilizados son el biodiésel y el bioetanol.
El proyecto en Paraguay es impulsado por la empresa brasileña BSBIOS/ ECB Group. La empresa fue fundada en 2011 por el empresario brasileño Erasmo Carlos Battistella. Conocido como “el rey del biodiesel”, Battistella quiere expandir más su producción. Algunos de los negocios de la empresa han sido denunciados en Brasil.
Si bien fue anunciado en 2019, la construcción se demoró por la pandemia del Covid-19 y ahora está pautada para empezar en diciembre de este año con una inversión de US$1 mil millones. Voceros de la empresa sostuvieron a Diálogo Chino haber elegido Paraguay por su seguridad jurídica, estabilidad financiera y los bajos costos energéticos.
La ubicación de la planta en Paraguay
La planta se ubicará en un complejo industrial de 384 hectáreas, de acuerdo al estudio de impacto ambiental al que tuvo acceso Diálogo Chino. El terreno fue adquirido del ex presidente de la República Luis Ángel González Macchi (1999-2003), de acuerdo con Teodosio Gómez, intendente de Villeta.
En la zona, la industrialización trajo procesos paralelos de despojo de territorio y pérdida de comunidad, señala un estudio realizado por la red global Stay Grounded, Biofuelwatch, Heñói y Global Forest Coalition, que analiza el proyecto de la planta y aborda sobre la realidad de la comunidad de Santa Rosa en Villeta.
El territorio de Santa Rosa, una comunidad de 50 personas, es relativamente el más cercano al lugar donde se instalará la fábrica de Omega Green y donde ya existen hoy varias industrias. Muchas familias se han mudado en los últimos años ante el aislamiento por las industrias cercanas, que al comprar tierras han limitado la libertad de movimiento.
Pobladores del lugar, que prefirieron no ser identificados, manifestaron a Diálogo Chino no estar en contra de la instalación de otro proyecto industrial como el de Omega Green, siempre y cuando no genere daños ambientales para la zona.
El intendente de Villeta reconoció que muchas familias de Santa Rosa optaron por vender sus tierras e irse del lugar ante la expansión industrial y las limitaciones de movimiento. Sin embargo, se mostró a favor del proyecto por sus beneficios económicos. De acuerdo con la empresa, la planta contribuirá al PBI de Paraguay con US$8 mil millones en 10 años.
La operación
El proyecto plantea un volumen de producción de 20.000 barriles al día de diésel renovable, combustible de avión renovable y subproductos, de acuerdo con el estudio de impacto ambiental. BSBIOS/ ECB Group sostuvo a Diálogo Chino que sólo utilizará materia prima certificada, ya que este es un requisito de los compradores de los biocombustibles.
BSBIOS/ ECB Group ya firmó contratos con Shell y BP para el suministro de biocombustibles que deberán ocupar el 90% de la capacidad de la planta, según el Ministerio de Industria y Comercio de Paraguay. La empresa también buscará ofrecer su producción al mercado interno, dependiendo de la demanda.
La planta contará con una unidad de electrólisis para la generación de hidrógeno, materia prima para el biocombustible, utilizando agua y energía eléctrica de fuentes limpias y renovables. Se utilizará principalmente el Río Paraguay para captación de agua fluvial que llegará por aductores hasta la planta de la fábrica.
Para el viceministro de Industria y Comercio, Ramiro Samaniego, Omega Green es ejemplo del tipo de proyecto y de desembarco de inversión que desea Paraguay. La planta le dará valor agregado a la producción nacional de soja, la cual es hoy mayormente destinada a la exportación, agregó.
Samaniego afirmó que se trabaja “muy de cerca” para el cumplimiento del cuidado del medioambiente en relación al proyecto. En este momento, alegó, están trabajando con productores para certificar su producción de soja. Tal es el caso de una cooperativa sojera de Alto Paraná, departamento de donde existe una expansión del monocultivo.
La directora de Evaluación de Impacto Ambiental del Ministerio de Ambiente de Paraguay, Carolina Pedrozo, no quiso dar declaraciones para este artículo.
Las materias primas para los biocombustibles
“¿Qué tan sostenible puede ser el biocombustible para la aviación? ¿Y por qué se estaría construyendo en Paraguay la primera refinería de biocombustible de avión de América del Sur, y una de las más grandes del mundo?,” sostienen organizaciones ambientales en su estudio en relación al proyecto en Paraguay.
El bajo nivel de aviación en Paraguay y el potencial impacto negativo de la producción de materias primas que servirán de insumos, principalmente aceite de soja y grasas animales, en las personas y el territorio, afirman, son los principales motivos de la interrogante.
“Las grasas animales provendrían de los subproductos de la faena de vacunos para exportación. Paraguay es el sexto exportador mundial de carne vacuna. Con apenas 7 millones de habitantes, el país tiene un hato de 14 millones de vacas”, destaca el informe, que vincula la expansión de la ganadería con la deforestación en Paraguay.
Monocultivos como la soja también propician la transformación de masa boscosa en el país, sostienen. El total de superficie del cultivo de soja llegó en el 2021 a 3.701.631 hectáreas, según el Instituto de Biotecnología Agrícola (INBIO). Paraguay es el sexto mayor productor a nivel mundial de la soja y el cuarto en la categoría de exportadores.
Sobre la oleaginosa el estudio señala que cada año se vierten cerca de 60 millones de kilos de agroquímicos para producir soja. Ello ha llevado a la contaminación de aguas superficiales y subterráneas y el deterioro de los suelos, lo que tiene un impacto en los medios de vida de los pueblos indígenas y comunidades rurales.
No puede ser sostenible cuando va a reproducir el modelo vigente de extracción primaria, fundamentalmente de soja y ganado, en un contexto de crisis climática
Aunque no figure en los actuales documentos ambientales pero sí en anuncios realizados por la empresa, otro insumo para Omega Green sería la pongamia, árbol originario de Asia. Es una especie exótica que podría comprometer la biodiversidad de zona del Chaco, donde ya se inició el cultivo del árbol, sostienen las organizaciones.
“No puede ser sostenible cuando va a reproducir el modelo vigente de extracción primaria, fundamentalmente de soja y ganado, en un contexto de crisis climática”, sostuvo Omar Yampey, investigador de Heñói, una de las organizaciones responsables del estudio sobre Omega Green.
Para la empresa, el estudio de las organizaciones ambientales “no tiene base en la realidad” y hace referencia a datos erróneos, ignorando el proceso de certificación de las materias primas. “Es una pieza destinada a difundir tesis contrarias al progreso de Paraguay, su economía y su sociedad. Y eso no sirve para un debate serio sobre el tema del desarrollo sostenible”, voceros sostuvieron a Diálogo Chino.
En medio del desacuerdo, los trabajos preparatorios para la construcción de la instalación comenzaron en noviembre de 2021, cuando el director general Battistella reafirmó una vez más a Omega Green como “de interés nacional” y “fortaleciendo la imagen [de Paraguay] ante los organismos internacionales de inversión”.