El Programa de Trabajo del Acuerdo de París (PAWP, por sus siglas en inglés) logró salvarse cuando la cumbre climática de la ONU concluyó un día más tarde de lo acordado en Katowice, Polonia, pero solo en el marco de compromisos que dificultan aún más un abordaje serio de la lucha contra cambio climático.
Con un mundo con cada vez más inundaciones, tormentas y olas de calor, los científicos calculan que las promesas nacionales para controlar las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) no son suficientes. Hay poco dinero para ayudar a los países en desarrollo a adaptarse a los efectos del cambio climático.
Aun así, los negociadores siguen discutiendo en su burbuja. Las naciones ricas se resisten a ayudar a las naciones pobres, aunque la mayoría de los GEI que están calentando el mundo han sido emitidos por ellos desde el inicio de la Era Industrial. Los negociadores de de los Estados Unidos casi han aniquilado cualquier noción de responsabilidad histórica en esta cumbre.
Las disputas que retrasaron el final de la cumbre surgieron porque Brasil quería obtener el crédito por las emisiones que había reducido a lo largo de los años. Estas Reducciones de Emisiones Certificadas (CER, por sus siglas en inglés) son parte del régimen del Protocolo de Kyoto que finaliza en el 2020.
Lo que se resolvió fue un PAWP en virtud del cual todos los gobiernos actualizarán sus planes climáticos para el año 2020. Varios países, en su mayoría de países en desarrollo, anunciaron durante la cumbre, que ya habían comenzado sus preparativos. A partir de esta resolución, el PAWP fue aprobado, lo que significa que el Acuerdo de París puede ser legalmente operativo en el 2020.
Aliviada, la Directora de Clima de la ONU, Patricia Espinosa, dijo: “Esta es una hoja de ruta para que la comunidad internacional aborde de manera decisiva el cambio climático”.
En un mensaje emitido sobre el final de la cumbre, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, sostuvo que sus cinco prioridades serían “ambición en la mitigación, ambición en la adaptación, ambición en las finanzas, ambición en la cooperación técnica y desarrollo de capacidades y ambición en innovación tecnológica”.
Sin diferenciación entre los países desarrollados y en desarrollo.
El programa de trabajo se aprobó solo cuando los países en desarrollo acordaron informar y rendir cuentas de sus acciones climáticas de la misma manera que los países desarrollados. A su vez, las naciones ricas acordaron aumentar la “previsibilidad” del dinero que proporcionarán para este propósito.
Esta última garantía se contrajo ante la oposición de los delegados del gobierno de los Estados Unidos, quienes continúan en las salas de negociación porque el país no puede retirarse legalmente del Acuerdo de París hasta el 2020, aunque su presidente quiera hacerlo.
Algunos participantes y observadores todavía vislumbraron ciertos signos de esperanza. Laurence Tubiana, arquitecta clave del Acuerdo de París y ahora directora de la Fundación Europea para el Clima, dijo: “A pesar de todos los vientos en contra, el Acuerdo de París se mantuvo en la COP24, demostrando el tipo de resiliencia que tiene y para la cual ha sido diseñado.”
Christiana Figueres, ex jefa de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), sostuvo: “Nadie está completamente satisfecho con este reglamento, pero es un paso importante. El próximo año es crítico”.
La realidad china
Luego de un repunte de las emisiones de China, el país se encuentra bajo presión para incrementar la acción climática.
Li Shuo, Oficial Senior de Política de Clima y Energía de Greenpeace en Asia del Este, sostuvo: “Los líderes de Beijing deben tomar medidas urgentes para eliminar las emisiones del camino ascendente al que han regresado después de tres años de estancamiento y disminución.”
Al mismo tiempo, Bai Yunwen, Director de Greenovation Hub, China, agregó: “El mundo está viendo una tendencia creciente a la descarbonización. por lo tanto, la inversión de China bajo la Iniciativa de la Franja y la Ruta debe estar en línea con el Acuerdo de París “.
Ella Wang, Responsable de Prácticas del Clima, Energía y Finanzas Verdes, en WWF China, afirmó: “El progreso actual no es suficiente ante la emergencia climática. El gobierno nacional, las ciudades y los socios comerciales necesitan acelerar la transición energética en China y en los países de una Franja y una Ruta para poder cumplir con el NDC y más allá”.
La sociedad civil responde
Con los países desarrollados luchando para adaptarse al cambio climático, los líderes de la sociedad civil demostraron decepción con la cumbre de este año.
Harjeet Singh, líder mundial en cambio climático de ActionAid International, dijo: “Nuestros gobiernos nos han fallado. Algunos de los países más poderosos del mundo están liderados por negadores del clima, reaccionarios y cuyas sus opiniones han permitido diluir la ambición y la cooperación necesarias para evitar un cambio climático catastrófico”.
Al mismo tiempo, el presidente del Grupo de Países Menos Desarrollados, Gebru Jember Endalew, sostuvo: “Este año se ha dejado muy en claro que ningún país es inmune a los impactos del cambio climático, pero son los casi mil millones de personas que viven en los 47 países menos desarrollados los que a menudo se encuentran más afectados”.
Anirban Ghosh, Director de Sustentabilidad en Mahindra Group, India, agregó: “Los responsables políticos deberían regresar de la COP con un mensaje claro: un aumento en la ambición de los compromisos climáticos, junto con señales de políticas claras y confiables para las empresas, que permitirá a las compañías a contribuir al cumplimiento de los objetivos del Acuerdo de París”.
Algún margen de esperanza
Si bien el resultado de las negociaciones en la cumbre de la ONU decepcionó a muchos, también hubo muchos momentos brillantes.
El Banco Mundial anunció que duplicará las inversiones en acción climática a alrededor de US$200 mil millones a partir del 2021. Se prometieron más fondos para el Fondo Verde para el Clima y el Fondo para los Países Menos Desarrollados, mientras que el Fondo de Adaptación cruzó por primera vez la marca de los USD $100 millones.
Maersk, la compañía de transporte de contenedores más grande del mundo, prometió cero emisiones para el 2050. El gigante energético estadounidense Xcel Energy se comprometió a cero emisiones de carbono para el 2050, mientras que el Grupo IKEA se comprometió a reducir las emisiones de carbono de los procesos de producción en términos absolutos para el 2030 a partir de los niveles del 2016.
Además, unas 43 marcas de moda líderes, minoristas y organizaciones proveedoras lanzaron la Carta de la Industria de la Moda para la Acción Climática para abordar colectivamente el impacto climático del sector de la moda en todas sus cadenas de valor.