Las temperaturas están aumentando en toda América del Sur debido al cambio climático: se han reducido lluvias en varios países, los glaciares en la Cordillera de los Andes se derriten rápidamente y el nivel del mar sube en las costas del Pacífico y del Atlántico.
El cambio climático y los fenómenos meteorológicos extremos, así como los daños que causan a los ecosistemas sudamericanos, son bastante difundidos, pero quizás sus repercusiones en la salud de las personas no sean tan conocidas. Según un nuevo informe, los efectos del cambio climático en el cuerpo humano van de lo agudo a lo crónico, y las respuestas de los gobiernos regionales a estos riesgos han sido muy tímidas hasta ahora.
El informe de 2022 sobre salud y cambio climático en América del Sur fue publicado el 28 de marzo por The Lancet Countdown, un grupo independiente de expertos que estudia los vínculos entre la salud pública y el clima. El documento explora algunos de los principales riesgos en temas de salud en la región y cómo enfrentarlos. “El cambio climático está afectando la salud de los sudamericanos, por lo que es hora de tomar medidas inmediatas”, afirmó Stella Hartinger, principal autora del informe.
A seguir examinamos cuatro de las principales conclusiones del estudio.
1. Olas de calor provocan más muertes de personas vulnerables
La exposición al calor extremo aumenta el riesgo de muerte por todas las causas, sobre todo por problemas cardiovasculares, cerebrovasculares y respiratorios. Los recién nacidos y las personas mayores de 65 años son los más vulnerables. “Las olas de calor son cada vez más frecuentes e intensas, por lo que constituyen un peligro para la salud y la supervivencia de estos grupos etarios”, afirma la chilena Yasna Palmeiro-Silva, otra de las autoras del informe.
La Organización Meteorológica Mundial ha registrado un aumento de las temperaturas en todos los países sudamericanos, con olas de calor excepcionalmente intensas y prolongadas en Colombia, el centro y noreste de Brasil, el centro de Chile y el centro y sur de Argentina.
El informe de The Lancet estimó que las muertes relacionadas con el calor en América del Sur aumentaron un 160% entre 2017 y 2021 en comparación con 2000-2004, siendo Brasil, Argentina, Colombia y Venezuela los más afectados.
Venezuela no se encuentra entre los países sudamericanos con mayor aumento de temperatura, pero su población tiene una edad promedio más avanzada que la de muchos otros países de la región. Además, el 80% de sus ancianos viven en la pobreza, lo que aumenta los riesgos del calor extremo y dificulta aún más la adaptación.
2. Incendios forestales causan problemas agudos y muertes
Los incendios forestales pueden causar graves daños físicos, como quemaduras, o hasta muerte por inhalación de humo. Pero en otros casos también puede haber problemas de salud a largo plazo. Según un estudio publicado por The Journal of Climate Change and Health, la exposición a partículas finas y sustancias químicas procedentes de los incendios forestales puede aumentar el riesgo de cáncer de todo tipo.
12 países
son analizados en el nuevo informe de The Lancet: Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Uruguay, Venezuela y Surinam. La Guayana Francesa no se incluyó, debido a su condición de territorio de ultramar de Francia.
El nuevo estudio de The Lancet mostró que la exposición a los peligros “muy elevados” o “extremadamente elevados” de incendios forestales — así como sus riesgos para la salud humana — ha aumentado en nueve de los 12 países sudamericanos analizados. Los sudamericanos estuvieron un promedio de siete días al año más expuestos a esos riesgos entre 2018 y 2021 en comparación con 2001 a 2004 — un aumento del 35%. Argentina y Chile se enfrentaron a los riesgos más elevados relacionados con incendios forestales en América del Sur.
La actividad humana es la principal causa de los incendios forestales en la mayoría de los biomas sudamericanos, con excepción del Cerrado brasileño, donde forman parte de la dinámica natural del ecosistema. Pero el cambio climático también puede facilitar las condiciones para el inicio y la propagación de estos incendios, a través del aumento de las temperaturas y la reducción de las precipitaciones y la humedad.
Los biomas de la Amazonía, el Pantanal y el Chaco han sido especialmente vulnerables a los incendios provocados por humanos, lo que ha provocado una gran pérdida de bosques y biodiversidad. Este proceso reduce la captura de carbono y agrava el cambio climático, además de empeorar los riesgos a la salud.
3. Temperaturas más elevadas contribuyen a la propagación de enfermedades infecciosas
El calentamiento global está ampliando el alcance de varias enfermedades infecciosas, entre ellas el dengue. La enfermedad es endémica en Sudamérica, tiene un gran potencial de contaminación y suele ocurrir en ciclos epidémicos, según el informe de The Lancet. Las altas temperaturas, las lluvias y la humedad — condiciones cada vez más intensas en algunas partes de la región — contribuyen para la transmisión del dengue. La urbanización y el flujo de personas también tienen una gran influencia en su propagación.
La incidencia y gravedad del dengue aumentaron sustancialmente en los últimos 30 años en la región, según los científicos de The Lancet, que usaron un indicador de “influencia climática” para la transmisión de la enfermedad desde la década de 1950. Los autores demostraron un aumento constante del dengue en todos los países en los que hay el mosquito Aedes aegypti, excepto en Argentina y Surinam.
En toda la región, la influencia climática para la transmisión del dengue aumentó un 35% entre 2012 y 2021, en comparación con 1951-1960. A medida que aumenta el rango y la frecuencia de las condiciones ideales para la transmisión, “es urgente que los sistemas de salud de América del Sur fortalezcan sus capacidades para hacer frente a este desafío”, dijo Andrés Lescano, otro colaborador del informe.
4. El cambio climático afecta a la producción de alimentos
El cambio climático puede interferir en el crecimiento, aprovechamiento y contenido nutricional de varios alimentos, como el trigo, el arroz, el maíz y la soja. Eso causa pérdidas económicas considerables para productores y gobierno, pero además aumenta el riesgo de inseguridad alimentaria y sus consecuencias para la salud.
Las largas sequías y el aumento de las temperaturas ya dejaron marcas en la agricultura sudamericana. Los productores de Brasil y Argentina, principalmente, han sufrido pérdidas de producción que han afectado tanto a las exportaciones como al consumo interno.
En los últimos años, la región también ha visto un aumento de la inseguridad alimentaria, impulsada por la mayor frecuencia de fenómenos climáticos extremos. También influyen los conflictos políticos, las recesiones económicas, la pandemia del Covid-19 e incluso la guerra de Ucrania.
Según el informe sobre el estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo, publicado por las Naciones Unidas, por lo menos 117,3 millones de personas en América Latina — el 21% de la población de la región — no tuvieron acceso a suficientes alimentos en 2020.
“El cambio climático ejercerá una presión adicional sobre los sistemas alimentarios”, afirma el informe de The Lancet, destacando como amenazas para la producción las sequías más intensas y prolongadas, los fenómenos meteorológicos extremos, el aumento de las temperaturas, el incremento de CO2 en la atmósfera y el acortamiento de los ciclos de producción agrícola. En resumen, alertan para “una grave amenaza para la seguridad alimentaria de la región” y, por tanto, para la salud de sus habitantes.