Tras un 2021 irregular, con una mezcla de falsos comienzos y pequeñas victorias, el mundo espera un 2022 más estable. La resiliencia y la recuperación de la pandemia de Covid-19 pueden seguir dominando las noticias y la toma de decisiones en América Latina y el Caribe, pero también es probable que se produzcan avances importantes en materia de medio ambiente y en las relaciones regionales con China. Diálogo Chino habló con especialistas de toda la región para conocer las historias a las que prestarán atención en el próximo año.
Gabriel Boric asume la presidencia de Chile
Gabriel Boric fue elegido nuevo presidente de Chile en diciembre, tras una segunda vuelta electoral, y asumirá el cargo en marzo. Boric, un joven diputado de la coalición de izquierdas Apruebo Dignidad, ha centrado su campaña principalmente en el medio ambiente, los derechos humanos y la necesidad de generar más lazos con otros países latinoamericanos.
Andrés Bórquez, coordinador del programa de estudios chinos en la Universidad de Chile, dijo que Boric mantendrá una buena relación de trabajo con China. Dado que los dos países se centran ahora en la búsqueda de un desarrollo más sostenible, esto podría ser una oportunidad para un nuevo tipo de colaboración, agregó.
“China seguirá siendo un actor clave para el comercio de Chile, y también un socio inversor de primer orden. No espero que Boric se posicione más cerca de China o de EE.UU.”, dijo Borquez. “Es probable que haya normas más estrictas para las inversiones extranjeras, que tendrán que ser más sostenibles y crear valor añadido para el país”.
El Acuerdo de Escazú celebra su primera cumbre
El Acuerdo de Escazú, el primer acuerdo medioambiental regional de América Latina y el Caribe, entró en vigor el pasado mes de abril tras ser ratificado por 12 países de la región, con el objetivo de aumentar la protección de los defensores del medio ambiente y garantizar la participación pública en las decisiones medioambientales. Los gobiernos están dando ahora los primeros pasos para aplicar el acuerdo, y se reunirán con miembros de la sociedad civil en la primera cumbre de Escazú, que se celebrará el próximo mes de abril en Chile.
Aída Gamboa, coordinadora del programa de la Amazonía de la ONG peruana Derecho, Ambiente y Recursos Naturales (DAR), dijo que las organizaciones latinoamericanas están preparando propuestas para llevar a la cumbre, mientras hacen un seguimiento de los países que aún no han dicho sí a Escazú, como Chile, Colombia y Perú.
“Los países que han ratificado el acuerdo están avanzando en su aplicación, trabajando estrechamente con la sociedad civil. México, Ecuador, Santa Lucía y Argentina están entre los más avanzados. Contar con recursos del Estado será muy importante para lograr un cambio real para los defensores del medio ambiente”, dijo Gamboa.
¿Pueden las elecciones cambiar la relación de Brasil con China?
2022 es un año crucial para los brasileños, que elegirán a su próximo presidente el 2 de octubre. El actual mandatario, Jair Bolsonaro, aspira a un segundo mandato, pero los sondeos muestran hasta ahora una clara ventaja para el candidato de la izquierda y ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, que tuvo dos mandatos entre 2003 y 2010.
Hasta entonces, el enfoque de Brasil hacia China podría cambiar poco, según Tatiana Prazeres, investigadora principal del Centro para China y la Globalización (CCG), un instituto de estudios con sede en Pekín. Espera que 2022 sea un año de continuidad, sin “gestos bruscos” por parte de Brasil. “El embargo de la carne [que China aplicó durante tres meses en 2021] hizo que mucha gente se diera cuenta de los riesgos de esta relación. No veo un cambio de 180 grados en la actitud de Brasil hacia China este año”, dijo.
De este punto de vista se hace eco Maurício Santoro, profesor de la Universidad Estatal de Río de Janeiro (UERJ), quien notó un cambio significativo en el enfoque de Bolsonaro hacia China con el inicio de la campaña de vacunación en Brasil en enero de 2021. Anteriormente, Bolsonaro había enviado señales contradictorias al visitar Taipéi -y no Pekín- durante su campaña presidencial de 2018 y hacer una serie de declaraciones poco diplomáticas sobre el país asiático en 2020.
No veo un cambio de 180 grados en la actitud de Brasil hacia China este año
“No sólo han ganado relevancia nacional otros políticos, como João Doria [el gobernador de São Paulo], sino que Brasil se dio cuenta de lo dependiente que es de los suministros chinos, como respiradores, equipos médicos y mascarillas. Eso obligó a Bolsonaro a adaptarse”, dice Santoro.
El escenario político puede cambiar si Lula gana las elecciones, desplazando la política exterior brasileña del actual aislacionismo hacia el multilateralismo. En caso de que el ex presidente tenga éxito, Santoro cree que es “perfectamente posible” que Brasil se una a la Iniciativa de la Franja y la Ruta.
Este año, Brasil también puede sufrir las consecuencias de la crisis inmobiliaria china y la ralentización del crecimiento económico. Como uno de los mayores proveedores de minerales de China, cualquier cambio en el sector de la construcción del país asiático puede afectar significativamente a la industria minera brasileña. Sólo el mineral de hierro supuso el 9% de las exportaciones brasileñas a China en 2020.
El menor crecimiento económico de China “tendrá un impacto muy negativo en Vale y otras empresas mineras de Brasil”, dijo Santoro.
¿Impulsará la CELAC la cooperación regional con China?
Un foro virtual entre la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y China tuvo lugar discretamente el pasado mes de diciembre, pero culminó con un Plan de Acción Conjunto para la Cooperación en Áreas Clave (2022-2024). El documento esboza los objetivos de la cooperación entre China y las naciones latinoamericanas, y sirve de guía para las prioridades de los próximos años, pero sus aplicaciones se han considerado “poco claras“.
La CELAC es un mecanismo intergubernamental de diálogo y concertación política del que forman parte los 33 países de América Latina y el Caribe. Según Evan Ellis, profesor de investigación de estudios latinoamericanos en el Instituto de Estudios Estratégicos de la Escuela de Guerra del Ejército de Estados Unidos, el último plan deja claro que China ve a la CELAC “como un vehículo estratégico para el compromiso multilateral con el hemisferio, y abraza explícitamente el fortalecimiento de la CELAC como institución”.
El plan esboza amplios objetivos en seis áreas de trabajo. Resulta especialmente interesante la intención de China de apoyar proyectos que beneficien al desarrollo económico y social sostenible, “favoreciendo en particular a los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo, los Países Costeros de Baja Altura y los países del Istmo Centroamericano”. El plan también destaca: la atención al desarrollo ecológico; la continuación de la construcción de infraestructuras, telecomunicaciones y generación de electricidad; el fortalecimiento de los intercambios y la cooperación en materia de energía y tecnología nuclear; las colaboraciones en materia de cambio climático; y la continuación de la colaboración en la Antártida, entre otros.
La Franja y la Ruta avanza en América Latina
Tras un paréntesis de dos años provocado por la pandemia en la unión de países latinoamericanos aa la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) de China, el emblemático plan global de infraestructuras podría recuperar un impulso significativo y conseguir importantes victorias diplomáticas en 2022, mientras la región busca reconstruirse y recuperarse. Según Guo Cunhai, coordinador del Centro de Estudios sobre China y América Latina (CECLA), tanto la BRI como otros marcos de desarrollo de China relevantes para América Latina podrían poner un renovado énfasis en la sostenibilidad.
El desarrollo verde estará en la lista de prioridades de la cooperación entre China y América Latina y el Caribe en 2022
“Con la incorporación de Nicaragua al BRI en enero de este año, y el alto potencial de Argentina a incorporarse durante la visita oficial del presidente Alberto Fernández a China en febrero, el BRI está listo para expandirse en la región en 2022”, dijo Guo a Diálogo Chino.
“Al mismo tiempo, la ‘Iniciativa de Desarrollo Global’, propuesta por China en la Asamblea General de la ONU en septiembre, también se incluyó en el Plan de Acción Conjunto CELAC-China para 2022-2024, lo que significa una mayor cooperación en materia de medio ambiente y desarrollo sostenible. El desarrollo verde estará en la lista de prioridades de la cooperación entre China y América Latina y el Caribe en el nuevo año”, añadió Guo.
Más minería, más conflicto social
En toda América Latina, las explotaciones mineras pueden experimentar un renovado auge en 2022, trayendo consigo también conflictos, según José de Echave, economista peruano y ex viceministro del Ministerio de Medio Ambiente del país. “Estamos entrando en un ciclo de bonanza minera, como el que vivimos entre 2003 y 2012. Y esta situación generará una presión muy fuerte donde se desarrollen estas actividades”, dice a Diálogo Chino.
Los defensores de la minería, añadió de Echave, “buscarán acelerar los proyectos y los procesos de producción, y todo esto genera conflictos sociales. Sucede en todas partes del mundo y los gobiernos, así como las empresas mineras, tienen que tenerlo muy claro.”
En medio de esta potencial “bonanza”, las actividades requerirán un control más estrecho y, a menudo, acciones contundentes por parte de las autoridades, que también deben desempeñar su papel para garantizar el reparto de los beneficios y evitar los daños. “Las empresas tienen que cumplir con el pago de sus impuestos y someterse al control y la supervisión del gobierno. Y el gobierno, a todos los niveles, debe gestionar bien sus ingresos y satisfacer las necesidades de la población. Sólo así se evitarán los conflictos que se producirán”, afirma de Echave.
Según el economista, las reformas fiscales en el sector minero ya se están discutiendo en varios países de América Latina, como Perú, Colombia, México y Chile. “Los países van a buscar captar más ingresos. En Perú, el Ejecutivo está pidiendo al Congreso facultades para realizar esta reforma que le permita al país tener mayores ingresos y aprovechar esta bonanza”, explica de Echave. “Veremos qué pasa”.
La agricultura colombiana y su oportunidad de diversificación
Colombia se encamina a las elecciones del próximo mes de mayo, y uno de los temas ambientales latentes en la agenda es frenar la deforestación en todo el país. “El fracaso de Juan Manuel Santos e Iván Duque en este tema es enorme”, dijo a Diálogo Chino Manuel Rodríguez Becerra, reconocido ambientalista y primer ministro de Medio Ambiente de Colombia (1993-1996).
“La única manera de evitar la deforestación es con la presencia del Estado en todas partes. Y para lograrlo, se necesita una inversión de millones de dólares”. Sin embargo, Rodríguez Becerra señala los desafíos en este sentido: “Movilizar a los militares, a la policía, proveer bienes públicos como la salud, la educación, generar empleo. Es algo muy complejo y costoso, que Colombia no está en condiciones de hacer, y menos en la situación en que nos está dejando la pandemia”.
El ex ministro de Medio Ambiente propone una forma de ayudar al país a aumentar sus ingresos: “Tenemos 10 millones de hectáreas de tierra para dedicar a la agricultura. Somos un país cuya economía se basa en el carbón y el petróleo, y tenemos que diversificarnos. Tenemos que buscar una agricultura que resista los embates del cambio climático, aumentar la productividad y generar más empleo”.
Somos un país cuya economía se basa en el carbón y el petróleo, y tenemos que diversificarnos
“Para ello, necesitamos invertir en ciencia y tecnología, necesitamos innovar. El sector privado será clave y el gobierno entrante debe promover la inversión privada, porque el déficit actual es muy grande”, dijo Rodríguez Bercerra. Según dijo a Diálogo Chino, la inversión china en Colombia “aún no es significativa”, pero la agricultura podría ser una oportunidad “interesante” para incrementarla.
Todos los ojos puestos en el litio: la fiebre de los minerales se acelera
A pesar de que la pandemia provocó graves contracciones económicas en muchos países, la industria de los vehículos eléctricos (VE) siguió creciendo en 2021, lo que aumentó los intereses geopolíticos de la producción de litio. Según Thea Riofrancos, profesora adjunta de Ciencias Políticas en el Providence College, la respuesta política popular a este proceso intensivo en agua y a menudo altamente contaminante también se hizo más fuerte.
A pesar de que la pandemia provocó graves contracciones económicas en muchos países, la industria de los vehículos eléctricos (VE) siguió creciendo en 2021, lo que aumentó los intereses geopolíticos de la producción de litio. Según Thea Riofrancos, profesora adjunta de Ciencias Políticas en el Providence College, la respuesta política popular a este proceso intensivo en agua y a menudo altamente contaminante también se hizo más fuerte.
“En todas las dimensiones [de la industria del litio], hay cambios significativos y algunos son preocupantes, tanto desde la perspectiva de la cooperación global como de los impactos ambientales a nivel local”, dijo Riofrancos a Diálogo Chino. “Hay una huella bastante concentrada geográficamente en sólo un pequeño grupo de países”, agregó, refiriéndose al llamado “Triángulo del Litio” de Argentina, Bolivia y Chile.
“El litio se considera un mineral clave para la electrificación del transporte. A diferencia de otros materiales para baterías, actualmente no es sustituible. Todas las baterías recargables que van en los vehículos eléctricos -todos los tipos de química catódica- implican litio”, dijo Riofrancos. “Eso significa que todos los ojos están puestos en el litio”.