Los líderes del G20, las diecinueve economías más grandes del mundo, más la Unión Europea, han llegado a la ciudad de Hangzhou, en el este de China, para la cumbre anual del grupo con el cambio climático como el tema relevante de su agenda. La modernizada ciudad, proporciona un sereno telón de fondo para la reunión, pero la necesidad del grupo para hacer frente a las emisiones globales de carbono, a las cuales contribuyen en un 75%, es cada vez más urgente, según un nuevo informe de Climate Transparency (Transparencia Climática), una coalición liderada por expertos alemanes. En los últimos años, China ha conducido su acción climática bajo la promesa de limitar sus emisiones de carbono y abandonar su dependencia al carbón, pero todos los países deben mejorar en una variedad de áreas, incluyendo la inversión en energías renovables, la reducción de energía y la intensidad de carbono (la cantidad de energía y el carbono consumido por cápita) y la eliminación de subsidios a los combustibles fósiles, según el informe titulado Brown to Green: Assessing the G20 transition to a low-carbon economy (De Marrón a verde: Evaluación de la transición G20 a una economía baja en carbono). Entre 1990 y 2013 las energías relacionadas con las emisiones dentro del grupo aumentaron un 56%, pero el crecimiento ha disminuido en los últimos años. “El G20 ha demostrado que puede ser ágil, y activo en las cuestiones económicas, por ello instamos a estos países a hacer lo mismo en el área climática,” dijo Alvaro Umaña, co-presidente de Transparencia Climática y ex ministro de medio ambiente y energía de Costa Rica. Mientras que el informe destaca la importancia de la sustitución del carbón y otros combustibles fósiles por las energías ‘verdes’, los perfiles de los países miembros de América Latina exhiben que los desafíos a los cuales se enfrentan son distintos. El cambio en el uso de la tierra, especialmente en la agricultura y la deforestación, son algunas de las principales fuentes de emisión en Brasil, mientras que en México y Argentina deben aumentar la proporción de energías renovables en el mix energético, según el informe. El rol de China China, el anfitrión del G20 que es responsable del 24% de las emisiones globales de carbono, recibió una marca especialmente alta en la evaluación del informe en términos de inversión en sistemas de energía verde. Pero a pesar de las reducciones dramáticas en la intensidad energética de la economía, la alta proporción de carbón en la generación de energía significa que todavía hay mucho trabajo por hacer. China genera el 68% de su energía en base a la energía de carbón, el doble de la media del G-20 que es del 34%. Y mientras el mayor emisor mundial está poco a poco abandonando el carbón en su propio país, sigue invirtiendo en una serie de proyectos de carbón en el extranjero. Estas cifras dejan al G20 muy por debajo de la meta del cumplimiento de los objetivos establecidos por el Acuerdo de París necesario para limitar el calentamiento global a 2C. El nivel comparativamente bajo de la energía generada por el petróleo y el gas en China significa que la proporción de energías renovables también es muy superior al promedio del G20 que se encuentra en el 15-20% de la combinación. Los desafíos de América Latina Brasil, México y Argentina, los miembros de América Latina del G20, registran actualmente niveles de carbono e intensidad energética por debajo de la media del grupo, pero parecen estar moviéndose en la dirección equivocada. Además de estos desafíos, la mayor economía de la región, Brasil, necesita reducir sus emisiones a partir del cambio en el uso del suelo en el sector agrícola, que en los últimos años se ha ampliado con el fin de satisfacer la demanda china de soja. Brasil ha logrado avances significativos en la reducción de las emisiones de carbono a partir de la pérdida de bosques, que ahora representan el 28% de los gases de efecto invernadero y desde 2011 ha sido superada por el sector de la energía (30%). Las emisiones de metano constituyen otro 28%. Junto con el recién confirmado presidente de Brasil, Michel Temer, el presidente argentino Mauricio Macri y el de México, Enrique Peña Nieto se reunirán por separado con el presidente de China, Xi Jinping, en el marco de la cumbre del G20. Macri y Peña Nieto han lanzado recientemente licitaciones con el fin de atraer inversiones en el sector de las energías renovables en sus respectivos países, que han considerado para disminuir el nivel en sus energías combinadas. En 2014, México aprobó la Ley de Transición Energética, cuyo objetivo es generar el 35% de energía con fuentes limpias para el 2024. En Argentina, el presidente Mauricio Macri lanzó recientemente el plan RenovAr, un proyecto de energías renovables que se propone a lograr un 20% de energía limpia para el año 2025. México y Argentina tienen perfiles similares de emisiones con emisiones relacionadas a la energía en constante aumento. A pesar de que generan sólo una cantidad mínima de energía a partir del carbón (un 5% y 1%, respectivamente), el uso intensivo de petróleo y gas en ambos países significa que la intensidad de carbono del sector se posiciona cerca de la media del G20.