Clima

Manuel Pulgar-Vidal: ‘El debate climático está en un momento de pandemia’

Es hora de revisar el proceso de negociación del cambio climático, sostuvo el presidente de la COP20 y ex ministro de Ambiente de Perú a Dialogue Earth
<p>Un delegado sostiene una pelota de fútbol desinflada durante un evento sobre deporte y cambio climático en la COP29 en Bakú, Azerbaiyán. El ex presidente de la COP, Manuel Pulgar-Vidal, habló con Dialogue Earth de la necesidad de pasar de los compromisos voluntarios a las acciones obligatorias en los procesos climáticos de la ONU (Imagen: <a href="https://www.flickr.com/photos/unfccc/54148471908/in/album-72177720322018828">Habib Samadov</a> / <a href="https://www.flickr.com/photos/unfccc/">UN Climate Change</a> / <a href="https://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/2.0/">CC BY-NC-SA</a>)</p>

Un delegado sostiene una pelota de fútbol desinflada durante un evento sobre deporte y cambio climático en la COP29 en Bakú, Azerbaiyán. El ex presidente de la COP, Manuel Pulgar-Vidal, habló con Dialogue Earth de la necesidad de pasar de los compromisos voluntarios a las acciones obligatorias en los procesos climáticos de la ONU (Imagen: Habib Samadov / UN Climate Change / CC BY-NC-SA)

Este año se cumplen diez años de la conferencia de cambio climático de Naciones Unidas COP20 en Lima, Perú. Allí, los países presentaron sus primeros planes climáticos, también conocidos como Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDCs, por sus siglas en inglés), lo que dio el puntapié a la creación del Acuerdo de París, el tratado global para evitar que la temperatura suba más de 1,5°C.

Manuel Pulgar-Vidal era en ese momento el ministro de Ambiente de Perú y el presidente de la COP20. Desde allí, se ha transformado en una de las voces líderes de América Latina en las negociaciones climáticas, hoy en su rol como líder global en Clima y Energía en la organización no gubernamental WWF.

En una entrevista con Dialogue Earth desde la COP29 en Azerbaiyán, Pulgar-Vidal sostiene que es momento de revisar el proceso de negociación del cambio climático e impulsar planes nacionales más ambiciosos y obligatorios. Para ello, lograr una nueva meta de financiamiento en la COP29 es central, agrega.

Manuel Pulgar Vidal
Manuel Pulgar-Vidal, director mundial de Clima y Energía de WWF, señaló a Dialogue Earth la necesidad de renovar las negociaciones climáticas (Imagen: WWF)

Dialogue Earth: En varias intervenciones en la COP29 mencionaste que estamos viviendo una etapa de desconfianza sobre el proceso de negociaciones climáticas. ¿A qué responde eso?

Manuel Pulgar-Vidal: El Acuerdo de París, que es muy valioso, es de base voluntaria. No es un instrumento que tenga los mecanismos necesarios para hacer más mandatorio en la parte pública. Las NDCs deberían ser políticas públicas obligatorias en todos los países. Al no serlo, el mundo todavía no está alineado con la meta de 1,5°C.  Lo mismo ocurre en la parte privada, con metas de carbono neutralidad que no son reales. El proceso tiene que evolucionar a convertirse en algo más mandatorio, exigible, con mecanismos de medir progreso.

Hay otros factores que también influyen en esa desconfianza. Primero, la política mundial cambió y vemos emerger partidos de derecha negacionistas del cambio climático, lo que termina siendo un poco absurdo. El cambio climático tiene muchas evidencias de sus impactos. Segundo, si bien muchos asistimos a estas cumbres, la gente no siente que se esté abordando el problema, por ejemplo, para salir de los fósiles. La gente se empieza a cansar de estos diálogos sin que se materialicen acciones concretas.

¿Puede ayudar a revertirlo un cambio de estructura de la ONU, hoy con clima, biodiversidad y desertificación como organizaciones separadas?

Siempre insistí en que no fue malo que en 1992 [en la Cumbre de la Tierra] se decida crear tres organismos separados. En ese momento habían pasado cuatro años de la creación del IPCC [Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático] y los científicos empezaban a considerar la causa humana del clima. Necesitabas una convención para madurar ese proceso y se creó la de cambio climático. Lo mismo ocurrió con biodiversidad, primero se hablaba solamente de conservación, pero luego los científicos dijeron que también tenía que ver con cómo se manejaban los recursos y cómo se accede a los recursos genéticos. Era un proceso que tenía que madurar.

Sin embargo, luego nos dimos cuenta de que hace falta mirar cómo conectamos a las tres convenciones. Si pensamos en naturaleza y cambio climático la relación es clara. Tenemos que buscar puntos de encuentro y se ha evolucionado en la COP16 [de biodiversidad] en ese sentido. Pero no creo que estemos en un momento para que las tres convenciones se puedan fusionar. Eso sería un error. Distraería del proceso de madurez necesario. En el amor las dos partes de la relación deben tener su propia mirada y puntos de encuentro donde se fortalece la relación. Acá es igual.

Estamos empezando el proceso de actualización de las NDCs, con Brasil ya presentado la suya en la COP29. ¿Que deben tener esas NDCs para subir la ambición?

Las NDCs son un instrumento colectivo que pretende que en base a las realidades de cada país puedan establecerse metas y planes ambiciosos para que los países alcancen carbono neutralidad y resiliencia y contribuyan al objetivo global. Hasta ahora las NDCs no lo han logrado y hay dudas de lograrlo en el próximo ciclo.

Hay elementos pendientes para armar un sistema que haga que las NDCs sean más exigibles. Eso a nivel global. A nivel doméstico, las NDCs son producidas por equipos chicos y poco influyentes del ministerio del Ambiente y no son parte de equipos del ministerio de Finanzas o de Producción o de Industria. Tenemos que hacer que las NDCs sean parte de políticas fiscales, económicas, de energía para que sean realmente planes implementables con la más alta ambición posible.

vista de un puerto y de edificios en una ciudad
El centro de la ciudad brasileña de Belém, sede de la COP30. Pulgar-Vidal espera que la reunión del próximo año en Brasil aporte una “vacuna” para superar las dificultades políticas a las que se enfrenta el debate climático (Imagen: Christian Braga / Dialogue Earth)

El debate climático está en un momento de pandemia, pero el mundo aprendió a combatir la pandemia. Del mismo modo que Europa instaló el concepto de reconstruir mejor y lanzó metas claras, el debate climático tiene que hacer lo mismo y Brasil juega un rol fundamental. En la pandemia aprendimos a hacer un mapa genético del virus y entender dónde está el problema y lograr una vacuna. Espero que Brasil sea el momento de una vacuna para sortear las dificultades políticas del proceso y llegar al 2030 celebrando éxitos.

¿Es posible lograr eso a pesar de la fragmentación de América Latina, con diferentes miradas sobre la geopolítica y el cambio climático?

América Latina no ha podido romper su fragmentación. Hay tres grupos de países en la región y no creo que se logre la unidad que se necesita para llegar a la COP30. Supimos ser un líder en el proceso climático, pero hoy estamos fragmentados. Tenemos que estar orgullosos de nuestra diversidad y mostrar liderazgo a partir de eso. Construyamos desde la diversidad un mínimo denominador común. Debemos tener claridad de qué queremos lograr en Belem [donde tendrá lugar la COP30]. Tiene que ser el momento donde se impulsa el proceso de cara al 2030 y se sortean dificultades políticas.

¿Qué resultados deja la presidencia del G20 de Brasil para la agenda climática de cara a la presidencia del país de la COP30?

Desde hace un tiempo el G7 y el G20 están incorporando un fuerte contenido de clima y de naturaleza y esa es una evolución natural. El debate climático solía darse cada dos semanas una vez por año en la COP, ahora se da en cada foro regional, subregional o multilateral. Es positivo entonces lo que viene impulsando Brasil. En bioeconomía particularmente, [una parte clave de la] agenda de Brasil, hay que tener cuidado de que no signifique una promoción de monocultivos como caña para etanol o soja.

A partir del resultado de las elecciones de Estados Unidos la manera en la que planteamos nuestros objetivos para la COP30 tiene que cambiar. Hay que saber sortear las dificultades políticas que pueden ocurrir. En política una cosa es la campaña y otra es el mandato. No podés prejuzgar lo que ocurra en Estados Unidos por anuncios de campaña. El proceso climático tiene que mostrar su resiliencia. Brasil tiene que definir una agenda que le de impulso al proceso para los próximos cinco años.

¿Por qué es importante para América Latina cerrar la COP29 con una meta de financiamiento actualizada y más realista a sus necesidades?

No hay forma de encaminar las transiciones si no es con financiamiento. El costo de la transición energética, por ejemplo. La región depende de combustibles fósiles y para instalar más renovables necesita financiamiento. Por eso la nueva meta de financiamiento es fundamental. Eso implica también reformar el sistema financiero. El dinero climático no solo es el bilateral sino también el privado. Y si hablamos de fondos privados hablamos de inversiones, no solo de donaciones. Entonces tenemos que pensar cómo le damos valor a la naturaleza para que los inversionistas apunten a ese sector. Ese es el debate más contencioso que no se logró en la COP16 y generó decepción.