Las negociaciones sobre cambio climático en Lima duraron dos días más de lo programado antes de que los países participantes llegaran a un acuerdo. Todos los países, incluyendo las naciones de América Latina y China, han sido invitados a presentar sus propuestas de contribuciones determinadas a nivel nacional (INDCs por sus siglas en inglés) antes de marzo de 2015, como parte de lo que se acordó en Lima. Sin embargo, las relaciones entre Latinoamérica y China, las cuales están centralizadas en sectores como la minería y la extracción de combustibles fósiles, podrían debilitar los esfuerzos de los países de América Latina en proponer contribuciones nacionales más ambiciosas.
Las contribuciones nacionales serían un componente central de un nuevo acuerdo de cambio climático, que finalizara en París en diciembre de 2015. Este nuevo acuerdo entrará en efecto en el año 2020. Las contribuciones incluirían planes para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, y de cómo adaptarse al impacto del cambio climático. Estas contribuciones nacionales podrían llevar a cambios significativos en la economía, especialmente en los sectores más contaminantes. Las contribuciones podrían ser integradas con las iniciativas para reducir la pobreza y la desigualdad, incentivando al sector privado a invertir en estos esfuerzos.
Mientras las negociaciones sobre el cambio climático entran en la etapa final antes de la conferencia en Paris; las relaciones entre China y América Latina podrían influenciar las propuestas de los países de la región y hacerlas más ambiciosas o modestas. Los avances en las políticas nacionales sobre cambio climático desde ambas partes podrían ser de ayuda para obtener propuestas más positivas. Sin embargo, la presencia predominante de China en la región, la cual favorece las actividades carbono intensivas, amenaza con llevar a América Latina en una dirección no sostenible. Esto podría apaciguar el apetito de países Latinoamericanos por desarrollar contribuciones climáticas nacionales de largo alcance.
El foro entre China y la Comunidad de Estados Latino Americanos y Caribeños se reunirá por primera vez el próximo año en Beijing. Un nuevo plan de cooperación entre la CELAC y China será inaugurado para los años 2015-2019. Este plan probablemente se enfocara en temas de energía, infraestructura, agricultura, y manufactura, dejando por fuera otros puntos claves.
El foro y el plan de cooperación tienen el potencial de ser un mecanismo transformativo para revertir la asociación de alto-carbono entre Latino América y China, y promover oportunidades de desarrollo de bajo carbono los dos actores. Este foro representa una oportunidad importante para coordinar el desarrollo de contribuciones nacionales desde ambas regiones y como estas contribuciones afectarían el comercio y el intercambio entre ellas.
China y América Latina han expresado su interés en colaborar en cuanto al cambio climático en declaraciones previas; sin embargo aún no se desarrollan iniciativas específicas. Con proyecciones de crecimiento económico mas conservadoras, las discusiones del foro probablemente se enfocarán en incrementar niveles de crecimiento. El enfoque económico amenaza con desplazar temas de cambio climático en la agenda.
China y los países latinoamericanos deben enfocarse en el cambio climático por dos razones. Las dos regiones tienen un papel crítico en las negociaciones sobre cambio climático, ya que las dos representan aproximadamente el 40% del total de las emisiones de gases de efecto invernadero. La presencia de China en América Latina tiene una huella alta de carbono generando un impacto ambiental sustancial y a su vez podría consolidar un modelo de desarrollo de alto carbono, exponiendo a las dos regiones a mayores impactos negativos a causa de cambio climático.
Siguiendo la publicación del reporte, Economía del Nuevo Clima, el cual resalta los beneficios de reducir riesgos climáticos, y explotar el potencial de crecimiento de bajo carbón; el Foro y el Plan de Cooperación deberían ayudar a minimizar el impacto ambiental de estas relaciones y maximizar oportunidades de desarrollo de bajo carbón.
Según el Banco Inter-Americano de Desarrollo (BID), la dotación de recursos de energía renovable de América Latina y el Caribe como energía solar, eólica, y geotermal es suficiente para cubrir más de 22 veces la demanda eléctrica proyectada para el 2050. Por lo menos 14 países latinoamericanos tienen metas de energías renovables, mientras que el BID se ha comprometido a invertir el 25% de sus préstamos en apoyo de iniciativas para combatir el cambio climático y energías renovables en América Latina. Debido a la presencia creciente de China dentro del banco, y su posición como líder global en energías renovables, China debería incrementar dramáticamente el financiamiento de proyectos de energía renovable latino americanos. El foro entre China y la CELAC debería considerar la creación de una entidad que apoye este objetivo.
Actualmente, América Latina es la región mas urbanizada del mundo, con emisiones de transporte que incrementan rápidamente por el crecimiento de las compras de automóviles. La urbanización y contaminación acelerada de China representan una crisis de salud pública. Los dos actores podrían beneficiarse ampliamente usando el Foro para compartir experiencias sobre el transporte urbano sustentable, reduciendo la contaminación del aire, y cooperando en transporte eléctrico y opciones de vías rápidas.
China y América Latina necesitan reducir drásticamente el gran impacto ambiental y la huella de sus emisiones de carbón causadas por sus relaciones, mientras mejoran el rendimiento económico y a la vez protegen políticas ambientales y climáticas. Los guías de inversiones deben ser fortalecidos para minimizar o eliminar los impactos sociales o ambientales negativos. Necesitan mejorar drásticamente para poder incorporar la participación de los pueblos indígenas y comunidades vulnerables al desarrollo del cual siempre son segregados.
Mientras las negociones sobre cambio climático se aproximan al plazo acordado, el Foro de China-CELAC podría ser una plataforma transformativa para limitar asociaciones de altas emisiones de carbono y aprovechar oportunidades de desarrollo de bajo carbono. Al priorizar la acción en cambio climático, el Foro podría generar un impulso económico para fortalecer las relaciones entre China y América Latina y de esta manera construir contribuciones nacionales ambiciosas en el 2015.