Si bien Colombia es el único país andino que no ha querido entrar a la iniciativa de la Franja y la Ruta, el gobierno del presidente Iván Duque está intentando acercarse más a China.
Era hasta hace poco uno de los pocos países de América Latina, e incluso del mundo, que no había hecho una visita de Estado a China durante los casi siete años de gobierno de Xi Jinping. Entre tanto, países como México, Brasil, Chile, Argentina y Perú han completado ya varias.
La última visita de un mandatario colombiano a China fue en 2012, cuando el entonces presidente Juan Manuel Santos se reunió con el presidente anterior Hu Jintao. En la cultura diplomática china, que precia la confianza que se construye mediante el contacto entre los jefes de Estado, esa ausencia ayuda a explicar que los dos países tengan una de las relaciones económicamente menos sólidas de la región.
“Las instituciones y empresarios chinos con quienes conversamos recalcaban que el gobierno colombiano llevaba siete años sin hacer una visita a China, y estaban muy positivos y contentos con la visita”, dice David Pérez Rendón, un consultor colombiano especializado en impulsar la exportación de productos agropecuarios a China y gerente general de la exportadora de flores Prime Flowers. Pérez, que vive en Beijing desde hace una década, es parte de un reducido grupo de emprendedores colombianos que conoce el medio empresarial chino.
El boom de los commodities
Aunque varios países de América Latina ya tienen a China como su principal socio comercial, a Colombia le ha costado montarse al tren bala. No solo no ha diversificado sus exportaciones a China, sino que le ha sido difícil identificar productos fuera del petróleo y los minerales que tengan una buena acogida en ese mercado.
El 77,8% de las exportaciones de Colombia a China lo compone un muy rentable flujo de petróleo, que casi se dobló entre 2017 y 2018, pues pasó de 2.211 millones de dólares a 4.056 millones de dólares, según cifras de la agencia estadística nacional DANE. Otro 18,6% corresponde a metales y ferroníquel. Entre el restante 5,5% están el café, el azúcar y el glicerol en bruto.
78%
de las exportaciones totales de Colombia a China son petróleo
La gran promesa aplazada desde la visita de Santos en el 2012 ha sido darle un mayor protagonismo a la agricultura y los productos industriales que se derivan de ella, que al tener valor agregado pueden apalancar un mayor desarrollo del rezagado campo colombiano. En esa visita a Beijing, el ex presidente que firmó el acuerdo de paz con las Farc en 2016 anunció los primeros pasos para un tratado de libre comercio con China, que jamás tomó forma.
“Los acuerdos suscritos durante la visita del presidente Duque son prometedores para mejorar las relaciones bilaterales. Sin embargo, es importante recordar que hace 7 años el presidente Santos también regresó con una docena de memorandos, y faltó un seguimiento serio a los asuntos acordados”, dice el politólogo Benjamin Creutzfeldt, que ha vivido en Colombia por más de una década y actualmente es becario del Woodrow Wilson International Center for Scholars.
Con este trasfondo, Duque repitió algunos aspectos de la visita de Santos, pero volvió con una buena noticia.
La aprobación de los requisitos fitosanitarios para el aguacate Hass, que se venían tramitando desde tiempo atrás, fue el avance más concreto en agricultura. Este fruto, que vive un período dorado en China gracias a que su consumo ha aumentado 30 veces en apenas cinco años, se ha convertido en un producto estrella de Chile, México y Perú, al punto que ha generado preocupación por su ingente consumo de agua.
En Colombia el cultivo ha crecido vertiginosamente en los últimos años y es considerado un producto ideal para regiones rurales que intentan reconstruir sus economías tras décadas de violencia, pero se ha quedado rezagado.
La mayor decepción fue el aplazamiento de los permisos para exportar carne de res, que lleva casi una década en trámite sin lograr la aprobación a causa de que el país perdió el certificado libre de aftosa en 2018. Eso le ha impedido a Colombia seguir los pasos de la mayoría de países latinoamericanos, que encontraron en China un mercado robusto y rentable para la proteína animal, que sin embargo ha traído preocupaciones por el aumento en la deforestación de regiones dedicadas a la ganadería. Desde hace años Colombia insiste en que el permiso está a la vuelta de la esquina, pero esta visita cerró sin ningún avance concreto.
Duque anunció también acuerdos para duplicar o triplicar las exportaciones de café, a un país cuyo consumo de la bebida ha aumentado enormemente. Colombia, el mayor productor de café selecto en el mundo, ha desaprovechado hasta ahora esa oportunidad, habiendo insistido durante años en venderle cafés de menor calidad.
Sin embargo las ventas se duplicaron en 2018 hasta 5 mil toneladas, convirtiendo a Colombia en el segundo proveedor después de Brasil y Vietnam. La meta actual de Duque es elevar esa cifra a 18 mil toneladas de grano en los próximos cuatro años, aprovechando que la demanda china de buenos cafés ha aumentado vertiginosamente y digiriendo la atención a tiendas especializadas como Tmall y JingDong.
Su gobierno también quiere multiplicar por 13 el volumen de exportación de banano, que goza de una bonanza. Entre el 2017 y el 2018, el país multiplicó sus ventas a China por cuatro (pasando de 398 a 1.600 toneladas).
El mercado de flores, en el que Colombia también es líder mundial, genera expectativas entre exportadores. “El impacto más grande de la visita a nivel comercial es que el producto entró en el discurso del presidente. Es muy importante para posicionar el producto que, cuando en China se hable de Colombia, se hable de flores. Hubo una exhibición de flores colombianas en cada evento oficial durante la visita y tuvo un buen impacto, porque los empresarios no sabían que Colombia exportaba flores de tan buena calidad”, dice David Pérez.
Mucho petróleo, poca energía solar
Irónicamente, mientras Colombia insiste en centrar su comercio con China en combustibles fósiles, no ha aprovechado aún el fuerte desarrollo de las industrias de energías renovables de ese país.
2,000,000
de las 48 millones de personas que viven en Colombia no tienen electricidad permanente
Durante su visita, el presidente Duque anunció que China donó 3.000 paneles solares, para 1.500 viviendas en regiones con infraestructura energética deficiente. Aunque el acuerdo de cooperación busca impulsar el comercio de paneles fotovoltaicos en el país, la realidad es que Colombia hasta ahora ha sido tímida en impulsar fuentes energéticas alternas, en parte debido a que el 70% de su electricidad es hídrica y que tiene una de las matrices energéticas relativamente más limpias del mundo.
Sin embargo, en un país donde 2 millones de personas (o el 4% de la población) aún no cuenta con el servicio de energía, según la Misión para la Transformación del Campo de 2015, es una deuda histórica del Estado colombiano que la tecnología china podría ayudar a aliviar. De hecho, lograr proveerles luz a esas regiones es una de las metas centrales del capítulo rural del Acuerdo de paz, del que Duque ha sido crítico y en contra del cual centró su campaña presidencial.
“La donación muestra el interés de la China como el mayor productor mundial de páneles solares en el mercado colombiano. No es una donación gigante, pero tampoco menor. Es simbólica, pero muestra interés en Colombia, y al gobierno nacional le viene bien”, dice Alejandro Lucio, director ejecutivo de Óptima Consultores, consultor en energías renovables y ex director de la Asociación de Energías Renovables de Colombia.
Colombia quiere vías y turistas chinos
Colombia no hace parte de la política bandera de China de la Franja y la Ruta, que busca una mayor cooperación económica y política entre los países y regiones que lo conforman, pero en su visita Duque intentó concretar mayor inversión china en el sector de infraestructura que precisamente está en la médula del BRI.
En concreto, Duque firmó un crédito por 400 millones de dólares con el China Development Bank para financiar el proyecto vial Mar II, que conectaría a Medellín con el golfo de Urabá y en la que trabaja la empresa china China Harbour. También resaltó la intención de empresas chinas de participar en licitaciones como la del largamente postergado metro de Bogotá (donde hay dos consorcios con empresas chinas calificados) o la recuperación de la navegabilidad del río Magdalena que atraviesa al país, que se suman a las flotas recientemente inauguradas de buses eléctricos chinos en Cali y Medellín.
Sin embargo, no hubo ninguna señal de que Colombia quiera unirse a la Franja y la Ruta. Hace dos meses, el embajador chino en Colombia escribió una columna de opinión en el mayor diario nacional instando al gobierno a sumarse, pero el Canciller Carlos Holmes Trujillo ha sido evasivo y vago al referirse al tema. En esta visita no hubo mayor claridad al respecto.
Otros anuncios causaron más desconcierto. Durante la instalación del Foro Económico y Comercial Colombia-China, Duque dijo: “Yo vengo a hablarles de temas puntuales y concretos. Qué podemos alcanzar en los próximos años, qué podemos alcanzar en un año, en dos, en diez y en las próximas cuatro décadas. Mi invitación a ustedes es que en este próximo año podamos establecer el primer vuelo directo entre China y Colombia”.
De establecerse, batiría el récord al vuelo comercial más largo del mundo, que actualmente es de 17 horas y media entre Doha y Auckland, dos ciudades que se hallan a 14.529 kilómetros de distancia. La distancia entre Bogotá y Shanghai, el vuelo que quiere promover Duque, es de 15.706 kilómetros.
El turismo chino hacia Colombia ha aumentado, registrando 16.879 visitantes en 2017 según las estadísticas de Migración Colombia y abriéndose mercados rentables como la fotografía de aves. Durante la visita de Duque, Baidu -la empresa china similar a Google- se comprometió a promover en su plataforma a Colombia como destino turístico.
Con un volumen de 324 turistas chinos llegando por semana, aún quedan dudas sobre su viabilidad. Sin embargo, el país está dando pasos para crecerlo: está intentando posicionar a Colombia en paquetes multidestino (que son una de las maneras en que los chinos más viajan), creó una página sobre el país en la plataforma de viajeros independientes Mafengwo y está trabajando con Baidu para mejorar la información disponible en China.
El resultado final de la visita de Duque, que busca aproximarse a China sin mostrarse inclinado a unirse a la Franja y la Ruta, son acuerdos que –de tener seguimiento y ser concretados- ayudarían a Colombia a venderle a China algo más que petróleo.