Por inverosímil que parezca, no hay escasez de energía en la Amazonía peruana. Menos del 20% de las 2,703 comunidades nativas que habitan esta selva tropical disponen de alumbrado eléctrico conectado a la red pública, pero este importante déficit se ha compensado con fuentes de energía comunales como paneles solares o generadores eléctricos, presentes en 850 comunidades. Ante este panorama, las energías renovables han surgido en los últimos 10 años como una forma de llevar energía a una mayor proporción de hogares amazónicos, una población que a menudo se ha sentido olvidada.
“El potencial de las energías renovables para la Amazonía es enorme”, dijo a Diálogo Chino Miguel Incháustegui, exministro de Energía y Minas de Perú. “Actualmente en esta región la mayor proporción de energía se obtiene del uso de combustible fósil, lo que es perjudicial para la salud y el medioambiente. Es necesario y urgente promover con mayor énfasis las energías renovables para que sean usadas con más amplitud”.
En los últimos años, se han lanzado varias iniciativas para promover y proporcionar acceso a las energías renovables en las comunidades amazónicas. Diálogo Chino visitó recientemente algunos de los proyectos más destacados, que han hecho uso de la energía solar para mejorar el acceso a la educación, han llevado la electricidad a escuelas, hogares y centros de salud, y han apoyado los negocios de la comunidad con fuentes de energía sostenibles.
Radios que educan en la Amazonía peruana
Durante los dos primeros años de la pandemia de Covid-19, uno de los sectores más perjudicados fue el educativo. Aunque el Estado peruano impulsó programas de aprendizaje a través de televisión, radio e internet, y distribuyó más de 1 millón de tabletas con contenido educativo a nivel nacional, alrededor del 42% de niños y jóvenes entre 6 y 16 años en la Amazonía no pudieron asistir a clases remotas debido a la falta de electricidad y conectividad.
En esta vasta región, según el INEI, el instituto nacional de estadísticas, alrededor de 2,604 comunidades nativas cuentan con alguna institución educativa, el 17.1% (444) tiene alumbrado eléctrico y el 13.7% (358) usa panel solar, mientras que el 64.3% (1,675) no tiene acceso a ninguno de estos servicios.
Muchos hogares, centros de salud e instituciones educativas utilizan generadores como fuente de energía, que es costosa y requiere gasolina (que muchas veces no está disponible). Como consecuencia de ello, las comunidades gastan gran parte de sus pequeños ingresos en combustible y mantenimiento de los generadores.
En 2021, el vicariato apostólico de Iquitos, una misión católica con sede en Iquitos, la ciudad más grande de la Amazonía peruana, se propuso contribuir a mejorar el acceso a la educación mediante la elaboración y distribución de radios solares para que los jóvenes siguieran la formación ofrecida por el Ministerio de Educación (‘Aprendo en Casa‘) y de la Dirección Regional de Educación de Loreto (‘Aprendiendo al Son del Manguaré’) a través de las emisoras radiales locales y de la emisora radial del vicariato, ‘La Voz de la Selva‘.
Desde 2021, se repartieron 6,000 aparatos en 54 comunidades rurales del vasto departamento de Loreto –la región más extensa de Perú pero también la menos poblada– y en los distritos de Alto Nanay, Fernando Lores, Belén, Indiana, Iquitos, Las Amazonas, Mazán, Nauta, Parinari, Punchana y San Juan.
“Las radios son ecoamigables. Son elaboradas con material reciclable y cuentan con placas solares y baterías recargables incorporadas, lo que potencia su uso”, añade Fuertes. Las radios no dependen de las pilas y son relativamente económicas comparadas con los precios de computadoras y teléfonos móviles, ya que su fabricación cuesta entre USD 20 y USD 25. El siguiente paso del vicariato es construir 16 radioemisoras a lo largo de la región Loreto, todas con energía solar.
Light Up the Amazon
Quien también se interesa en acortar la brecha de desigualdad en educación es Light Up the World (LUTW), organización benéfica registrada en Canadá que en 2020 inició el proyecto ‘Light Up the Amazon’. Luego de identificar y evaluar comunidades indígenas sin acceso a electrificación, decidieron ejecutar proyectos de electrificación mediante sistemas solares en las comunidades wampis Soledad, Cucuasa y Dos de Mayo, ubicadas en el distrito de Río Santiago en la región Amazonas.
Actualmente las escuelas cuentan con sistemas que van desde 500 a 1,300 watts de módulos solares instalados, suficiente para alimentar simultáneamente pequeños aparatos como ventiladores, iluminación y computadoras. La obra eléctrica se instaló en cada una de las aulas, oficinas y baños con focos de 5W y enchufes para el uso de laptops, celulares, TV, radios, proyectores y licuadoras.
Luz en casa
Acciona Perú fue creada por iniciativa de la Fundación Acciona de España, organización española que promueve el acceso a la energía y el agua, como parte de su proyecto Luz en Casa Amazonía. En 2021 puso en funcionamiento una planta solar fotovoltaica en la comunidad nativa de Copal Urco, del pueblo indígena kichwa, en la cuenca del río Napo, en Loreto. Con sus 33.5 kilovatios (kW) de potencia instalada brinda energía eléctrica a 60 hogares, locales comunitarios y alumbrado público. Las viviendas cuentan con seis horas de luz al día, tres horas más que antes. Las escuelas, el centro de salud y el local comunitario tienen electricidad las 24 horas, y el alumbrado continúa durante tres horas.
El proyecto también busca evitar la emisión de más de 50 toneladas anuales de CO2, y para ello es fundamental su sistema de almacenamiento de electricidad en baterías de litio de 110 kWh. El diésel, el combustible de uso frecuente para los generadores, queda relegado a solo casos de extrema urgencia si es que hubiere alguna falla en el sistema fotovoltaico.
“Nuestro modelo de negocio es una microempresa social”, dijo a Diálogo Chino Jessica Olivares, gerente de Acciona Perú, y añadió que tanto la economía sostenible como el bienestar son importantes para el proyecto. “Cobramos una cuota asequible por el servicio que brindamos”.
Según cálculos del proyecto, los habitantes de Copal Urco gastaban entre USD 5 a USD 7 mensuales para abastecerse de energía (comprando diésel, velas, kerosene). Ahora la tarifa trimestral es de USD 2.5.
Estos hogares se atienden a través del centro Luz en Casa, dirigido por un emprendedor de la zona a quien Acciona ha capacitado para el desempeño del trabajo, desde asesoramiento, reparación o gestión del cobro de cuotas hasta la generación de códigos prepago para el desbloqueo de los sistemas y la venta de aparatos eléctricos. Allí es donde las familias compran por adelantado una cantidad de energía a consumir sin plazo determinado.
“Cuando está a punto de agotarse, el usuario recibe un mensaje de texto, enviado por el software prepago vinculado al medidor de su vivienda, con el aviso correspondiente”, agrega Olivares.
Pescados frescos
El río Pastaza, que fluye por el noroeste de la Amazonía peruana, es rico en recursos acuícolas, lo cual es aprovechado por las comunidades nativas de la provincia de Datem del Marañón (Loreto), quienes se dedican a la pesca para alimentarse y lograr ingresos económicos.
Para que las especies pescadas puedan durar por lo menos un mes, la mayoría de comunidades utiliza la sal para conservarlas en buen estado. Es útil para el consumo local, pero no para la comercialización, que exige otros estándares de calidad.
Es en ese marco que en 2019 inició el proyecto ‘Construyendo resiliencia en los humedales del Datem del Marañón’, impulsado por Profonanpe, el fondo ambiental privado más importante del Perú, con el propósito de modificar ese modelo de comercialización mediante el uso de mecanismos más eficientes basados en tecnología limpia.
Durante 2021 Profonanpe proporcionó 240 paneles solares y construyó dos plantas de hielo alimentadas por energía solar en las comunidades indígenas kandozi de San Fernando y Musa Karusha. Entre las dos producen 1.000 kg de hielo. Las plantas –construidas con un costo aproximado de 400.000 dólares cada una– tratan el agua del río para su purificación y uso industrial, la filtran y almacenan antes de procesarla, y el agua tratada se comprime después en moldes que se congelan para producir bloques de hielo sólido. Las plantas funcionan 14 horas al día y pueden producir 30 kW de energía, de los que 10 kW se han utilizado hasta la fecha.
Actualmente los pescadores de estas comunidades movilizan toneladas de pescado fresco a menor costo y de manera sostenible.
Por ahora, el desarrollo de proyectos sostenibles en la Amazonía peruana está siendo impulsado por la cooperación privada e internacional, con una notable falta de ayuda gubernamental, afirmó Pedro Gamio, ex viceministro de Energía. Destacó que las empresas privadas se han mostrado dispuestas a invertir en energías limpias a mayor escala, pero lamentó la falta de voluntad política del Estado peruano.
“Desde hace tiempo hablamos de energías renovables, pero no se avanza como los países vecinos”, dijo Gamio a Diálogo Chino. “Hay también muchas barreras burocráticas, y, por cierto, un lobby que procede de los intereses de los negocios fósiles”.