Este año, durante 94 días consecutivos, Costa Rica obtuvo el 100% de su electricidad por medio de fuentes renovables, y posee ambiciones realistas de convertirse en el primer país en desarrollo cuya matriz energética consiste completamente de recursos renovables. Este país centroamericano también ha estado a la vanguardia de la protección ambiental, promoviendo los beneficios del eco-turismo tanto como un instrumento para la conservación como así también un estímulo para el crecimiento económico. Mientras los países partícipes del COP21 en París buscan convertirse en economías de bajo consumo de carbono, el ex-presidente de Costa Rica José María Figueres charló con la editora de Diálogo Chino Isabel Hilton sobre cómo su país llego a ser un ejemplo a seguir en términos de desarrollo sustentable, y que pueden aprender los países mas grandes, como China, de su experiencia. Isabel Hilton: ¿Por qué decidió lanzarse Costa Rica por un camino ambiental de bajas emisiones de carbono? José María Figueres: Por decisiones que tomaron las personas que estuvieron en gobierno desde hace 40 años en Costa Rica. Muy rápidamente iniciamos una vida y un estilo de desarrollo mucho mas amigable y en paz con la naturaleza. Los primeros pasos fueron la creación del Instituto Costarricense de Electricidad, el ICE, que se especializó en llevar energía a todo el país y que apostó, desde un principio, por las renovables, empezando con la energía hidroeléctrica. En la medida en que la institución fue evolucionando y que el país fue creciendo se fueron desarrollando también otras energías renovables, como la geotérmica y la eólica, al punto de que hoy Costa Rica es un país que se alimenta en un 98 o 99 porciento de energías renovables. Luego de esa decisión política hace mas de 30 años venimos desarrollando un sistema de parques nacionales que hoy abarcan un 34 porciento del territorio nacional y que se han convertido en el motor económico, en la atracción, de nuestra industria de ecoturismo, que es la segunda industria en importancia en el país y la que mas puestos de trabajo genera, sobre todo en las áreas rurales. Hace 20 años incursionamos en el mundo con un impuesto a las emisiones de carbono. El pago de esos servicios ambientales nos permitió acelerar la reforestación del país pagándole a agricultores por la siembra de árboles, como también nos permitió resguardar otros ecosistemas tales como los acuíferos y las zonas en donde se produce el agua que alimenta nuestras plantas hidroeléctricas. Hace algunos años Costa Rica tomó la decisión de declarar que quería ser carbono-neutral para el año 2021. Esa meta, que es ambiciosa, es una meta hacia la cual debemos trabajar independientemente de que haya mas tiempo o que se necesite un poco mas de tiempo para lograrlo .
IH: Ustedes tienen países vecinos que han elegido otro desarrollo, otro camino. ¿Qué les quieren decir de su experiencia? JMF: Pues, cada país escoge su propio estilo de desarrollo dependiendo de sus necesidades, de sus voluntades, y de lo que quieran hacia su futuro. Costa Rica apostó desde muy temprano por este camino que he mencionado porque veía en él el mayor beneficio, y hoy en día a la vuelta de los años podemos decir que ese ha sido el camino mas beneficioso para nuestro país. En términos sociales tenemos indicadores muy por encima de los indicadores de la región. En términos económicos somos un país de renta media, y en términos ambientales, aunque todavía somos- tenemos mucho por hacer, sobre todo en el sector de transporte, yo diría que en términos ambientales somos una potencia. Hay muchos países en el mundo que han llegado a observar y a entender lo que hemos hecho a través de mecanismos creativos e innovadores que siempre han buscado juntar lo económico con lo ambiental. IH: Uno puede decir que Costa Rica es un país pequeño. No sé si usted cree que su experiencia puede ser útil para cualquier país con cualquier nivel de desarrollo, o países industriales que, mirando a Costa Rica, ¿qué pueden aprender? JMF: Pues Costa Rica es un país pequeño, y al ser pequeño tal vez tenga mayor facilidad para poder moverse rápido como lo hemos hecho en el campo ambiental. Hoy en día sin embargo me parece que en las tecnologías han avanzado lo suficiente y que tenemos suficientes instrumentos financieros adicionales, y no convencionales, para financiar desarrollo que le permiten prácticamente a cualquier país, que quiera avanzar decididamente hacia una economía de bajas emisiones de carbono, el poder hacerlo. Me parece que caminar en esa dirección depende de varias cosas. Primero de una toma de conciencia de que es lo responsable, es lo que demanda el planeta. No tenemos un planeta ‘b’, éste es el único y hay que cuidarlo. Segundo, pienso que hay que concientizar mucho mas acerca de las bondades de un desarrollo con bajas emisiones de carbono, y explicar que se puede hacer a la par de un desarrollo económico en donde sigamos llenando las aspiraciones de bienestar que justamente tienen personas alrededor del mundo. Y tercero me parece que es el adoptar una filosofía de partenariados. Partenariados entre el sector público, el sector empresarial, y el sector de la sociedad civil y a nivel de los países entre las regiones y porqué no con otros países de otras latitudes. Este camino, por el cual vamos a empezar a transitar, que es el camino de evolucionar de 200 años de revolución industrial como un modelo que ya se agotó, hacia un nuevo modelo basado en una economía de bajas emisiones de carbono, es un camino que nunca antes hemos caminado. Por primera vez la humanidad se alista para hacerlo y por ello es importante que aprendamos los unos de los otros, que establezcamos mucha maneras de cooperar para que en cada paso podamos ir desarrollando las mejores prácticas y podamos irlas compartiendo con tal de que el camino para otros sea mas fácil. IH: Usted estaba escuchando las perspectivas de China [en un evento del COP21]. ¿Qué importancia tiene esto para Costa Rica? JMF: Lo que esta haciendo China tiene importancia global. En el mundo de hoy todos los países podríamos ponernos de acuerdo en bajar las emisiones de carbono que si China no lo hiciera también, o no entrara en un acuerdo, pues, tendríamos un incremento en las emisiones de todas maneras y un empeoramiento en las condiciones de cambio climático. O sea, China es absolutamente central e indispensable a cualquier acuerdo a nivel global que logremos en este sentido. Pero China va mas allá de formar parte de un acuerdo global. China está diciendo dos cosas muy importantes. Primero, que está dispuesto a un programa que le permitirá llegar al pico de sus emisiones de carbono para el 2030 y ahí empezar a bajarlas, y eso es adelantar en diez años lo que ya iba a hacer. Eso es importantísimo, es muy significativo, y le da al mundo entero una ilusión y una esperanza adicional con respecto a que podamos efectivamente controlar el cambio climático. Y lo segundo que está diciendo China es que está dispuesto a compartir ese adelantamiento de llegar al pico de sus emisiones y la metodología y el programa de trabajo que empleará para hacerlo realidad con países en el mundo que puedan entonces de ahí derivar lecciones, ojalá, que hacer lo mismo y con eso ayudar a que vayamos a estar por debajo de lo que los científicos han determinado como el umbral que no debemos cruzar, en cambios de temperatura, que es el umbral de los dos grados centígrados. IH: ¿Usted cree que hay decisiones que China puede derivar de Costa Rica, de su protección ambiental por ejemplo? JMF: Yo pienso que todos podemos aprender de los unos y de los otros. Costa Rica ciertamente ha acertado en cuidar mejor su ambiente, pero Costa Rica, independientemente de que es un país pequeño, como a muchos otros países, le cuesta mas moverse rápido. Cuando en China se toma una decisión, el país se mueve, y se mueve de verdad. De manera que, viéndose al futuro, me parece que las decisiones que está anunciando y tomando China, que ya ha incorporado en su décimo-tercer plan quinquenal de desarrollo, que empieza a partir de el primer trimestre del año entrante, son muy importantes, transcendentales, y van a ayudar a que pongamos al mundo sobre una trayectoria mucho mas baja de emisiones de carbono.