El gobierno de Guillermo Lasso busca atraer inversionistas que construyan y operen proyectos de generación y transmisión de energía eléctrica en Ecuador. Por ello, el 10 de diciembre de 2021, el régimen ecuatoriano abrió la convocatoria para la licitación de tres Procesos Públicos de Selección (PPS). Esto les permitiría cumplir con los objetivos al 2031, que implica la implementación de proyectos que aprovechen el recurso hídrico, así como la radiación solar y el viento, como dice el Plan Maestro de Electricidad (PME).
La primera de estas licitaciones solicita inversores para un bloque de proyectos de energías limpias (hidráulica, eólica, solar y biomasa) con una capacidad total de 500 megavatios, que se ubicarán en todo el país. El segundo busca asegurar el suministro energético con la construcción y explotación de una central termoeléctrica de gas natural de 400 MW. El tercero, por su parte, está enfocado en la construcción de una línea de conexión de energía limpia entre el sistema nacional interconectado y los sistemas eléctricos aislados del sector petrolero, en el Oriente.
92%
de la generación eléctrica de Ecuador en 2021 provino de fuentes hidroeléctricas
En suma, se prevé que la inversión privada ascienda a unos USD 13 mil millones en los próximos 10 años. Por el momento, las licitaciones de esos tres procesos públicos de selección recibirán unos USD 1.800 millones. Luego se sumarán otros proyectos hidroeléctricos, como Cardenillo, que requiere una inversión de USD 2.200 millones; y Santiago, cuyo presupuesto es de unos USD 3 mil millones, según el Ministerio de Energía dijo a Diálogo Chino. Actualmente, más del 90% de la energía producida en Ecuador procede de fuentes hidroeléctricas.
Rafael Soria, investigador del tema de energías renovables y docente de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ), considera oportuno que desde el Estado se busque esa diversificación de producción energética, ante los potenciales efectos de un cambio climático que hasta ahora deja más dudas que certezas sobre lo que pueda pasar a mediano y largo plazo.
“Hay estudios que dicen que el Ecuador va a ser más húmedo, otros estudios dicen que va a ser más seco. Se trata de diversificar la matriz para no depender de un único recurso que pueda verse afectado a largo plazo por el cambio climático”, indica Soria a Diálogo Chino.
La energía de Ecuador en marcha
Después de seis meses, la convocatoria inicial ha generado interés en decenas de potenciales inversores extranjeros, según José Medina, subsecretario de Generación y Transmisión de Energía Eléctrica del Ministerio de Energía.
“Han accedido al portal del Ministerio alrededor de 140 personas (interesadas), pero de los cuales al momento hay 25 inscritos que ya han comprado el derecho de acceso (a los pliegos de la licitación)”, detalla el funcionario a Diálogo Chino, que confirma que los interesados podrán enviar sus ofertas hasta el 28 de octubre de este año y se conocerán a los ganadores de estas adjudicaciones alrededor de la quincena de enero de 2023.
Los seleccionados construirán la obra o ejecutarán los trabajos definidos en el proyecto y tendrán un derecho de concesión: 30 años, para las obras hidráulicas; 25 años, para las obras eólicas y fotovoltaicas; y 20 años, para las obras biomasa (generación de energía a partir de la quema de plantaciones), según contó Medina.
En el 2021, el sistema de generación de energía eléctrica en Ecuador produjo 27 mil gigavatios por hora. El 92% de esa energía fue producida por hidroeléctricas, un 7% por termoeléctricas y el 1% restante corresponde a energía de proyectos no convencionales como campos eólicos y de tecnología fotovoltaica, según los registros del Ministerio de Energía.
¿Se conoce cuánta electricidad se puede producir a partir de esos recursos? La respuesta es no.
Actualmente, Ecuador cuenta con unas 16 hidroeléctricas, entre grandes, medianas y pequeñas centrales. También hay 3 sitios de captación de energía solar y 3 lugares de aprovechamiento del viento, de menor tamaño. El 30 de abril pasado, Lasso participó en la firma de un contrato de inversión para impulsar el proyecto eólico Villonaco III, de 110 MV, que se construirá en el emplazamiento Huairapamba, en Loja. Villonaco I, financiado por el Banco de Desarrollo de China y construido por Xinjiang Goldwind Science and Technology Company Ltd., se convirtió en el primer parque eólico de Ecuador cuando se inauguró en 2013. Pero está situado en el bosque protegido de la Hoya de Loja Occidental y las infracciones de las leyes medioambientales locales han generado críticas de las ONGs regionales. Ahora, se está buscando inversión extranjera directa para la totalidad del costo de la tercera fase del proyecto, que asciende a 181 millones de dólares. Con 110 MW, será la mayor central eólica del país.
La segunda licitación, para la central de gas natural de 400 MW, cuenta actualmente con 65 interesados, mientras que la tercera, para las obras relacionadas con el sistema de transmisión nororiental que conectará las operaciones petroleras con la red nacional, otros 44 han presentado su interés, según el Ministerio de Energía.
Para Medina, las licitaciones supondrán un apoyo muy necesario para el desarrollo energético del país. “El Estado ya no tiene que preocuparse en la inversión de toda la infraestructura en el sector eléctrico, sino promoverá que la iniciativa privada sea la que invierta en la generación que necesitamos de aquí a 10 años”.
Estudios sobre el potencial energético
Según José Medina, el Ministerio de Energía impulsa las licitaciones con base en estudios y recopilación de información de años atrás que garantizan dónde existe mayor radiación solar y vientos aprovechables.
Estima que Ecuador tiene un potencial aprovechable de 660 MV fotovoltaicos (a partir de la energía solar), que se identificó, según Medina, con un “análisis multicriterio y con información secundaria disponible, considerando lugares con alto nivel de irradiación, factibilidad de conexión y zonas que no presenten limitaciones ambientales, sociales, etc.”.
El potencial eólico a corto plazo ronda los 884 MV, particularmente en Guayas, Chimborazo, Loja, Cotopaxi, Pichincha, Imbabura y Carchi; y, en las islas Galápagos, 7 MV. Los nueve proyectos eólicos identificados por el gobierno tienen una capacidad de generación de electricidad de entre 25 y 100 MV cada uno.
“Los mapas de recursos eólicos, hidroeléctricos, solares fueron realizados preliminarmente por el Instituto Nacional de Energía (INE) de 1981 a 1985, posteriormente se han realizado varias acciones para validar lo que existía, incluyendo la elaboración de actualizaciones de mapas”, expone a Diálogo Chino, Juan Peralta, profesor de la Facultad de Ingeniería Mecánica y Ciencias de la Producción de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol) y especialista en energías renovables, que además se pregunta y se responde: “¿Ecuador conoce cualitativamente su recurso, espacialmente ubicado? Sí. ¿Conoce cuánta electricidad se puede producir a partir de esos recursos? La respuesta es no”.
No obstante, Peralta cree que hay más posibilidades de aprovechamiento de la energía solar, tanto por su facilidad de implementación en una variedad de zonas del país y por sus costos más accesibles que la tecnología eólica. “Si yo comparaba lo que pasaba en el 2010 con lo que pasaba en el 2021 ha habido un importante descenso de los costos”, indica.
Así lo recoge también un informe del Banco Interamericano de Desarrollo de 2019, que proyectaba para el 2023 “una reducción de precios de módulos (panel solar) a US$ 0.15- US$ 0.18”. En 2017, los módulos de los principales proveedores costaron una media de 0,45 dólares.
Otro factor que el Gobierno debe tener en cuenta, dice Peralta, es el alto costo de construir centrales hidroeléctricas en zonas de difícil acceso, cuyas distancias a los núcleos de población o a los puntos de distribución de la red nacional aumentan también la posibilidad de pérdidas de energía en la transmisión. Dada la infraestructura hidroeléctrica existente en Ecuador, los lugares más factibles, en su mayoría en el este del país, ya han sido explotados.
“Se trata no solo de diversificar los recursos, sino también los lugares donde se pretende utilizar para la generación. El mayor potencial hidroeléctrico remanente, que aún queda por desarrollar, está en la Cuenca Amazónica. Y los proyectos más grandes de la Cuenca Amazónica están cada vez más lejos, sobre todo en la Amazonía Sur. Entonces hay que pensar en otros proyectos, basados en otras energías renovables”, precisa el catedrático de la USFQ.
Otra fuente para generar energía eléctrica, refiere el especialista, es aquella que se pone en marcha con la quema o combustión de materia orgánica, como los residuos de la caña de azúcar. Sin embargo, los expertos coinciden en que se debe estructurar con precisión la cadena de producción, logística y operación de un sistema de este tipo para que el proyecto sea viable y rentable. Por ejemplo, que el área de las plantaciones esté cerca de las calderas donde se aprovechará ese material y las turbinas que aprovechan el vapor para generar la electricidad tengan una ubicación estratégica con los puntos transmisión, entre otros detalles.
Desde el Gobierno se afirma que han pensado en este y otros factores para aprovechar el máximo potencial de las formas no convencionales de generar electricidad. “Está todo planificado y optimizado para que las pérdidas sean mínimas”, comenta Medina.