Luego de haber disminuido significativamente los subsidios energéticos a los usuarios residenciales, el gobierno del presidente argentino Mauricio Macri se dispone a reducir los millonarios desembolsos al sector hidrocarburífero en Argentina, muy beneficiado desde el año pasado a partir de la decisión de mantener un precio sostén del petróleo en el mercado interno.
El barril de crudo cuesta en la Argentina alrededor de US$ 58 cuando el precio promedio anual del mercado se estima en US$ 47. La razón detrás de esta diferencia se sustenta en la decisión de la administración de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner de mantener un precio diferencial para no afectar el nivel de empleo ante la caída global del crudo.
La medida significó una transferencia de US$ 5.000 millones de los consumidores al sector en el 2015 y podría representar unos US$ 3.500 millones este año. Más del 40% queda en el bolsillo de las petroleras, el 12% se direcciona a las provincias petroleras en concepto de regalías y el resto se destina a la cadena de valor, en carácter de mejores salarios y mayores precios a los proveedores.
“Argentina le asegura a las empresas un valor superior al precio de boca de pozo, que es el que reciben las mismas empresas en el resto del mundo. No existe una justificación económica, ni tampoco ambiental. Significa un incentivo para la continuidad de la inversión en la extracción de petróleo. El camino es el desarrollo de energías renovables,” afirmó a Diálogo Chino, Martín Prieto, director de Greenpeace Argentina.
La presión de los gobernadores para mantener las regalías petroleras, condujo a Macri a continuar con el precio sostén durante su primer año de gestión. Pero la pérdida de competitividad en diversas industrias, por pagar el combustible más alto de América Latina y con un déficit en aumento, generó que el gobierno pretenda volver a la cotización internacional del crudo.
La eliminación del subsidio, que podría comenzar este mes, fue virtualmente confirmada por la empresa canadiense Madalena Energy, que opera en Argentina con cuatro plantas. La compañía informó que el precio del crudo se reducirá en un 30%, y aseguró haber recibido esta información de aquellas refinerías a las cuales les entrega el petróleo.
“Los productores de petróleo recibieron una notificación desde las refinerías, anunciando que a partir de este mes se les empezaría a pagar el petróleo en base al precio internacional del mercado. Los sindicatos y las provincias están presionando para que esto no ocurra. Pero todos sabemos que eventualmente, los subsidios tienen que terminar,” sostuvo a Diálogo Chino, David Tawil, fundador del fondo de inversión Maglan Capital, dueño del 17% de Madalena.
La versión de la petrolera también fue confirmada por fuentes del gobierno, asegurando que ya se están desarrollando negociaciones entre los sindicatos, empresas productoras y provincias petroleras para la eliminación del subsidio, algo en lo que también coincidieron expertos en energía cercanos a la administración del presidente Macri.
“La política del Ministerio de Energía es ir abandonando gradualmente el esquema de subsidios. Es una tarea complicada, pero el objetivo es avanzar hacia el precio internacional. Los precios actuales distorsionan artificialmente la competitividad de la energía renovable. El objetivo a largo plazo tiene que ser abandonar los combustibles fósiles,” afirmó a Diálogo Chino, Gerardo Rabinovich, director del Instituto de Energía General Mosconi.
Argentina tiene con uno de los yacimientos hidrocarburíferos más importantes a nivel global. Conocido como Vaca Muerta, posee inversiones de las petroleras más grandes del mundo. Sin embargo, y a pesar del precio sostén, la caída del precio internacional del crudo ha llevado a una significativa reducción de la actividad en el área y también a suspensiones y despidos.
Primeros pasos
La posibilidad de abandonar el precio sostén del crudo llega después de haber tomado una determinación similar en la reducción a los subsidios al gas natural y a la electricidad, a principios de año en Argentina. Esta fue una de las primeras medidas que tomó el gobierno de Macri luego de más de 10 años sin una actualización de precios a los servicios públicos en Buenos Aires.
“El sinceramiento de tarifas en Argentina hace de la en energía renovable una inversión tentadora e invita al ahorro energético. Desde el punto de vista ambiental, era algo necesario. En Argentina se produjo una invitación al derroche energético. No hubo estímulos para el consumo racional de energía,” sostuvo Prieto.
La decisión de las administraciones previas de no subir los precios tuvo como consecuencia una suba extraordinaria de los subsidios energéticos, los cuales pasaron de representar el 0.2% del PBI en el año 2004 al 2.9% en 2014, generando durante ese período un total de 342 millones de pesos, de acuerdo a un informe de la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP).
Pero ese no fue el único problema. El congelamiento tarifario generó que las empresas distribuidoras de energía no inviertan lo necesario ante la falta de liquidez, causando cortes de luz frecuentes en verano y en invierno. Al mismo tiempo, el objetivo de los subsidios que era el de beneficiar a las clases más bajas se terminó desdibujando ya que el 80% se concentró en los sectores de mayores ingresos, de acuerdo a ASAP.
“Los subsidios a la energía se transformaron en el mayor segundo gasto del estado y explica gran parte del déficit de la Argentina. Se gasta más en subsidios a la energía que en salud y educación en conjunto. Además, están mal distribuidos. El 20% del sector más rico es el que se lleva los subsidios y hasta cuatro veces más que el resto. No hay una sola razón que justifique los subsidios a la energía,” afirmó a Diálogo Chino, Rafael Flores, presidente de ASAP.
Al haber reducido los subsidios y no eliminarlos en su totalidad, este año se encamina a finalizar con un nuevo incremento del déficit. En octubre, los subsidios al sector energético registraron un alza del 96% y sumaron un total de 14.6 millones de pesos. En lo que va del año, crecieron un 10% contra el mismo período en 2015 y alcanzaron los 133.000 millones de pesos.
Energía verde
En la Argentina los subsidios al petróleo, al gas natural y a la electricidad se producen al mismo tiempo que el país está apostando por el desarrollo de la energía renovable, luego de años de dejar a un ladoeste sector a pesar del gran potencial con el que cuenta el país. Hoy el 87% de la matriz energética de la Argentina está basada en hidrocarburos, con sólo un 1.8% correspondiente a las energías limpias.
“Tener precios subsidiados de los combustibles fósiles distorsiona artificialmente la competitividad de la energía renovable, la cual es también pasible de incentivos y subsidios de todo tipo, para estar en línea con los fósiles. El objetivo estratégico del sector energético a largo plazo tiene que ser abandonar los fósiles para dar un mayor lugar a las renovables,” sostuvo Rabinovich.
En el 2017, Argentina deberá contar con el 8% de su generación eléctrica basada en electricidad generada por el viento, el sol o las pequeñas centrales hidroeléctricas, entre otras fuentes, de acuerdo a una ley aprobada recientemente por el Congreso. Esta norma impulsa además a que para el año 2020 este porcentaje suba al 20%.
En la actualidad, ya se está trabajando en esta dirección a partir de la adjudicación de 17 proyectos por un total de 1.109MW, de los cuales 12 son de tecnología eólica, cuatro de solar fotovoltaica y uno de biogás. La inversión total será de US$1.8 millones. A esta primera licitación le seguirá próximamente, la adjudicación de otros 600MW ante el gran interés manifestado por el sector empresario.
“Argentina se transformó en un lugar de enorme atracción para los inversores en energía renovable. El tema se volvió una política de estado. La mitad de los mega watts que se liciten en los próximos años van a ser de energía limpia. La diversificación de la matriz energética es el gran desafío del país”, sostuvo a Diálogo Chino, Juan Bosch, presidente de SAESA, empresa dedicada a la comercialización de energía.