Energía

La energía solar china llega a Nicaragua

Los dos países han iniciado una nueva etapa en las relaciones con acuerdos multimillonarios en proyectos energéticos y de infraestructura que despiertan inquietudes en Nicaragua
<p>Primer parque solar de Nicaragua, en La Trinidad, construido con ayuda de Japón en 2013. Se han anunciado tres nuevos parques solares respaldados por inversión china en Nicaragua a partir de 2024, los últimos de una oleada de proyectos desde que ambos países renovaron sus lazos en 2021 (Imagen: AP Photo / Esteban Felix / Alamy)</p>

Primer parque solar de Nicaragua, en La Trinidad, construido con ayuda de Japón en 2013. Se han anunciado tres nuevos parques solares respaldados por inversión china en Nicaragua a partir de 2024, los últimos de una oleada de proyectos desde que ambos países renovaron sus lazos en 2021 (Imagen: AP Photo / Esteban Felix / Alamy)

En San Isidro, un municipio montañoso y rural del departamento de Matagalpa, en el norte de Nicaragua, la inversión china está ayudando a la instalación de la energía solar. Este es uno de los últimos proyectos de una oleada anunciada en los últimos años, en medio del estrechamiento de los lazos entre ambos países.

A finales de junio se otorgó una concesión de 112 hectáreas para la construcción de Enesolar AP-AS 1, una de las tres plantas solares para las que el gobierno nicaragüense ha conseguido el apoyo de inversores chinos.

El hijo y asesor del presidente Daniel Ortega, Laureano Ortega Murillo, afirma que el proyecto de San Isidro, de 92 millones de dólares, marca el inicio de nuevas inversiones chinas en el país centroamericano a través de un modelo de crédito. El proyecto se suma a otra planta fotovoltaica, “El Hato”, en Ciudad Darío, también en Matagalpa, que se construirá con un crédito chino de unos 80 millones de dólares. A principios de octubre se anunció un tercer proyecto solar en el departamento de Masaya por un valor de 70,5 millones.

El contrato de diseño, suministro y construcción de las tres plantas ―que, según se informa, tendrán una capacidad total de 200 megavatios― ha sido adjudicado a China Communications Construction Company International (CCCC), una de las principales constructoras estatales chinas, que ha trabajado en más de 150 países. La expansión de la empresa en el país se produce después de que Nicaragua se convirtiera en el cuarto país centroamericano en sumarse a la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China en 2022, y de que Honduras se convirtiera en el quinto en 2023.

Según la Agencia Internacional de la Energía, Nicaragua suministra alrededor del 60% de su energía total a partir de fuentes renovables, incluidas la eólica, la solar y la geotérmica, siendo la biomasa ―una renovable cuestionada― la que representa la mayor parte, con aproximadamente el 40% del suministro total. “China cuenta con las mejores tecnologías fotovoltaicas del mundo”, afirmó Ortega Murillo al anunciar los proyectos. “Eso nos da a nosotros una garantía de que el proyecto se va a realizar de la mejor forma y que nos va a asegurar el mejor funcionamiento”.

Energías renovables en Nicaragua

Alrededor del 60% del suministro total de energía de Nicaragua procede de fuentes renovables. En 2022, la biomasa (41,8%) representó la mayor parte de la generación. En el sector eléctrico, los biocombustibles (20,4%) representaron la mayor parte de la generación renovable, seguidos de la geotérmica (15,7%), la hidroeléctrica (14,9%) y la eólica (12,8%), también en 2022. La energía solar representó apenas el 0,6% de la generación ese año, mientras que el 35,5% restante se generó a partir del petróleo.

ONGs locales reportan que casi el 20% de la energía se pierde por malas conexiones y sistemas obsoletos, mientras que muchas conexiones informales elevan los costos de distribución. También, las distribuidoras pagan el precio más alto de la región por la energía, un gasto que recae en los consumidores, según el mismo estudio.

El país acordó recientemente elevar sus relaciones con China ―que controla casi el 80% de la cadena mundial de suministro de energía solar― al nivel de “asociación estratégica”. Se produce después de que Nicaragua anunciara en 2021 que había reanudado sus relaciones con China, rompiendo sus lazos con Taiwán, e impulsado por visitas oficiales y una conversación entre el presidente Ortega y el líder chino Xi Jinping.

Desde abril de 2018, Nicaragua se enfrenta a una crisis política y social, marcada por protestas contra el gobierno de Ortega y sus condiciones represivas. La violencia subsiguiente ha causado 355 muertes registradas y ha llevado a un endurecimiento del control estatal. En consecuencia, la llegada de estos proyectos solares ha despertado la preocupación de algunos analistas, por las imposibilidades prácticas de monitorear con transparencia sus impactos medioambientales y sociales. Las evaluaciones medioambientales y de derechos humanos que aquí se ofrecen se basan, por tanto, en experiencias con proyectos anteriores similares.

Impacto ambiental

Según el gobierno, la planta de San Isidro tendrá 112.000 paneles solares. Bajo condición de anonimato, fuentes han declarado a Dialogue Earth que se utilizará una superficie de terreno similar para la planta de El Hato. Un experto en energías renovables del sector privado (que como muchos en el país prefiere hablar en condición de anonimato, por temor a represalias del gobierno), dijo a Dialogue Earth que la construcción de las dos plantas solares requerirá la deforestación de aproximadamente 200 hectáreas de bosque.

Dialogue Earth preguntó a Evan Ellis, profesor de investigación sobre América Latina en el US Army War College de Pensilvania, sobre la trayectoria de este gobierno nicaragüense en materia de concesiones de proyectos energéticos. Se lamenta: “En términos de beneficios para la comunidad, impactos medioambientales, conflictos sociales y otras repercusiones, sobre todo en regímenes que carecen de transparencia, instituciones democráticas fuertes y Estado de derecho, el resultado ha sido desastroso”.

Dialogue Earth también habló con Amaru Ruiz, presidente de la Fundación del Río. Esta ONG fue clausurada en Nicaragua por informar y criticar el historial medioambiental del gobierno, y ahora opera desde Costa Rica. Basándose en el enfoque habitual del régimen sobre la minería, Ruiz afirma que “no hay estudio de impacto ambiental o social que detenga los intereses del gobierno”.

Ruiz añade que “el gobierno tiene un largo historial de violaciones a los derechos de las comunidades indígenas y represión a las voces disidentes, y en este caso tristemente no será diferente”.

Dialogue Earth intentó hablar con líderes comunitarios e indígenas en Matagalpa, pero se negaron por temor a represalias.

La electricidad verde crece, pero el precio se mantiene alto

Desde hace más de una década, el gobierno en Nicaragua comenzó a generar incentivos para la inversión extranjera y apostó por las energías renovables gracias a su abundancia de recursos naturales, como fuertes vientos, luz solar y el calor geotérmico.

En 2009, Nicaragua experimentó un boom de inversiones en energía eólica de unos 300 millones de dólares. Se construyeron cuatro grandes parques eólicos en el sur, en la franja de tierra entre el lago Cocibolca y el océano Pacífico. La financiación provino de una combinación de inversores nacionales e internacionales. Por ejemplo, el parque eólico de Amayo fue financiado por un consorcio de empresas de Nicaragua, Guatemala y Estados Unidos. Esta nueva región de energía eólica, que se ganó los elogios del secretario general de la ONU durante una visita en 2014, ha atraído desde entonces pequeños proyectos hidroeléctricos conocidos como “filo de agua”, que aprovechan los cauces naturales de los ríos.

turbina eólicas en una zona costera
Un parque eólico costero en San Jorge, al sur de Nicaragua. El viento en una de las principales fuentes de energía renovable del país (Imagen: DOF / Alamy)

El país pasó de que el 25% de su matriz energética procediera de fuentes renovables en 2007 a cerca del 50% en 2016. Aunque el país sigue importando combustibles fósiles, la producción de energía renovable representa la mayor parte del mix energético nacional.

Además, Nicaragua ofrece incentivos fiscales a inversores nacionales e internacionales en energías renovables como la importación libre de impuestos de bienes de capital y exenciones fiscales sobre la renta y la propiedad. “Es decir, exonera de impuestos a las plantas de generación renovables que se instalen en el país y durante diez años no pagan el IVA, no pagan el Impuesto sobre la Renta en toda la fase de preinversión, inversión y un poquito la operación”, comentó el experto del sector privado nicaragüense.

“La proyección [del gobierno] es que en 2035 la energía solar se va a triplicar al 3%”, comentó el experto en energías. “La joya que tenemos es la geotérmica”, agregó.

Mientras que la energía solar es inconsistente por naturaleza y la escasez de lluvias de los últimos años ha mermado el potencial hidroeléctrico de Nicaragua, su extensa cordillera volcánica impulsa con fiabilidad el sector geotérmico. La Cordillera de los Maribios forma parte del “Cinturón de Fuego” del Pacífico y contiene varios volcanes activos. El gobierno calcula que el potencial geotérmico de Nicaragua es de 2.000 megavatios.

La Empresa Nacional de Transmisión Eléctrica, ENATREL, busca transformar la matriz energética de Nicaragua, enfocándose en energías renovables y fortaleciendo el sistema de transmisión con su plan de expansión 2022-2037. En este plazo se añadirán una serie de nuevos proyectos verdes, con el objetivo de mantener una matriz de electricidad de un 70% de fuentes renovables y un 30% de no renovables.

El plan reconoce las repercusiones del cambio climático, como la sequía y los impactos en los cultivos, particularmente en la energía hidroeléctrica y la bioenergía. “El potencial que tienen las renovables es enorme y ahora hay más acceso a los sitios, es decir, se han mejorado las vías de penetración”, comentó el experto local.

A pesar de su matriz energética verde, el costo de la electricidad en Nicaragua es un desafío para hogares y empresas. Las tarifas varían según el sector y tienen potencial para subir debido a los complejos acuerdos sobre tarifas y subvenciones cruzadas. Según un estudio de Forbes que hace referencia a datos de 2018-2022, el precio de la energía en Nicaragua fue de 0,33 dólares por kilovatio hora (kWh), lo que lo coloca como el más alto entre los países de la región. Por ejemplo, en El Salvador el precio es de 0,20 USD/kWh, mientras que en Costa Rica es el más bajo con 0,14 USD/kWh.

La proyección es que en 2035 la energía solar se va a triplicar al 3%, pero la joya que tenemos es la geotérmica
Experto en energías renovables del sector privado

Este alto costo de la energía impacta negativamente en la competitividad de las industrias y el bienestar de los hogares, según un estudio de 2015 de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Las tarifas más elevadas limitan el acceso a servicios esenciales, aumentan los costos de producción y afectan el crecimiento económico. Además, en un país donde la pobreza aún es alta, los precios de energía desproporcionadamente elevados aumentan la carga financiera sobre las familias, especialmente en las áreas rurales, afirma el organismo.

“No hay una relación directamente proporcional o coherente entre el precio de la energía eléctrica y el nivel de ingresos de la población o de las empresas”, concluyó el experto.

China y Nicaragua abren un nuevo capítulo de relaciones

Las relaciones entre China y Nicaragua han sido fluctuantes a lo largo de la historia. Los vínculos establecidos con Taiwán en 1930 se rompieron a favor de la República Popular China en 1985, durante el primer mandato de Ortega como presidente. La lealtad diplomática con Taiwán fue restablecida en 1990 por la entonces presidenta nicaragüense Violeta Barrios de Chamorro, hasta que en 2021, de nuevo con Ortega, se pasó a China.

personas en traje izando una bandera china
Reapertura de la embajada china en Managua, Nicaragua, el 31 de diciembre de 2021, después de que ambos países reanudaran sus relaciones diplomáticas. En los tres años desde entonces, se ha anunciado una oleada de inversiones chinas en infraestructuras y energía (Imagen: Xinhua / Alamy)

Desde el restablecimiento de relaciones, Ortega ha calificado estos lazos como un “regalo navideño” y se han materializado rápidamente en un Tratado de Libre Comercio firmado en agosto de 2023 y una “asociación estratégica”. Desde 2021, China ha otorgado a Nicaragua aproximadamente 850 millones de dólares para diversos proyectos de infraestructura, incluyendo un préstamo de 399,6 millones para la construcción del aeropuerto internacional “Punta Huete”, así como inversiones en plantas de almacenamiento de gas, trenes, carreteras, una nueva ruta marítima comercial y proyectos habitacionales para comunidades desfavorecidas.

“Los proyectos solares se explican por los intereses de la política industrial de China”, afirmó Margaret Myers, directora del programa Asia y América Latina del Diálogo Interamericano, una organización sin ánimo de lucro que facilita las relaciones intergubernamentales en América Latina y el Caribe. “La industria solar es una de las tres industrias a las que China ha dado prioridad”, agregó. Junto con las baterías de litio y la fabricación de vehículos eléctricos, la energía solar es conocida en China como parte de “las tres nuevas”.

“Pero en realidad Nicaragua ha sido un entorno de inversión problemática para China”, dijo Myers. Las idas y venidas diplomáticas con Taiwán han sido un problema, así como el colapso del controvertido proyecto del Gran Canal Interoceánico, diseñado para atravesar Nicaragua y rivalizar con el Canal de Panamá. Su concesión había sido ganada en 2013 por el empresario chino Wang Jing a través de su empresa, HK Nicaragua Canal Development Investment. Prevista para durar al menos 50 años, la concesión fue revocada este año sin explicaciones. También se informó que Wang se había declarado en quiebra.

“Lo que China está haciendo en Nicaragua creo que es parte de una estrategia más amplia que vemos en toda la región. Algunos de estos proyectos parecen muy alineados con los objetivos económicos de China que necesita encontrar mercados, incluso en países pequeños como Nicaragua”, concluyó Myers.