Esta semana un grupo de 14 organizaciones ambientalistas y de derechos humanos – entre ellas Friends of the Earth, Amazon Watch y Global Witness – convocaron a una investigación “justa, transparente y expedita” sobre la muerte del ambientalista y miembro de la comunidad indígena Shuar, José Isidro Tendetza Antun, quien murió el año pasado. En una carta dirigida en forma conjunta al ministro del Interior de Ecuador y al Fiscal de Distrito de Yantaza – el cantón de la provincia de Zamora Chinchipe, donde fue descubierto el cuerpo de Tendetza – las organizaciones puntualizaron la necesidad de procesar a los “autores materiales e intelectuales del crimen”. Los firmantes de la carta también denunciaron una redada policial en la casa de Tendetza a más de una semana de su muerte. Hecho que para los denunciantes se asemejaría a una “demostración flagrante de la fuerza” y destinada de forma deliberada a intimidar a la comunidad Shuar. El cuerpo de Tendetza fue descubierto el 2 de diciembre, días previos a su viaje a Lima para participar de la Cumbre de los Pueblos sobre el Cambio Climático, encuentro alternativo a las negociaciones sobre el clima lideradas por la ONU. Su objetivo era hablar frente tribunal internacional del medio ambiente y exhibir su oposición ante el funcionamiento del El Mirador, mina de oro y cobre de propiedad china ubicada en Zamora Chinchipe, en el sur-este de Ecuador. “Necesitamos tantas voces como sean necesarias para hablar en contra de la injusticia”, declaró Juan Carlos Jintiach, miembro de la comunidad indígena Shuar y representante de la Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA). Jintiach habló con Diálogo Chino sobre la muerte de Tendentza. “Estamos hablando de la vida de alguien. Esto debe ser investigado a fondo, sin importar las consecuencias. Eso es lo más importante. Es trágico y doloroso para mí porque éramos parte de la misma comunidad indígena. Estoy empezando a averiguar sobre cómo murió “, comentó Jintiach, sin entrar en detalles. Después de su desaparición el 28 de noviembre, el cuerpo de Tendetza fue encontrado en un barco enel río Chuchumbletza en Yantzaza, ubicado próximo a El Pangui, el cantón en el cual Tendetza vivió. Según la prensa local, su cuerpo ya había comenzado a descomponerse y no tenía ningún tipo de identificación. Pero de acuerdo a la carta, su cuerpo también mostró señales de haber sido torturado a pesar que el ministro del Interior, José Serrano había declarado que Tendetza había sido estrangulado. Serrano además ofreció una recompensa de US$ 100 mil para cualquier persona capaz de proporcionar información sobre su muerte. Jintiach admitió que el caso es complejo. “Son muchos los factores que intervienen. Pero él es nuestro hermano y su muerte ha tenido un profundo efecto en nosotros. Yo lo conocía porque era un líder. Existen derechos de la naturaleza y derechos de los pueblos indígenas”. Entorno peligroso Los derechos de la naturaleza fueron consagrados en la Constitución de Ecuador desde el año 2008, y establecen que “toda persona, comunidad, pueblo o nacionalidad podrá exigir el reconocimiento de los derechos de la naturaleza ante las instituciones públicas”. Sin embargo, la impunidad de los crímenes cometidos contra los ambientalistas exhiben que estos derechos pueden violarse sin consecuencias. “No sólo sucede en Ecuador. Muchas personas en toda América Latina defienden la naturaleza y no están recibiendo la protección que necesitan “, explica Billy Kyte, activista de Global Witness. Un informe publicado por la organización en 2013 advirtió sobre el hecho que más de la mitad de los asesinatos de activistas ambientales en la última década se produjeron en América Latina y hoy los grupos indígenas se enfrentan a mayores riesgos. “Sus intentos por proteger sus bosques significan que los pueblos indígenas están directamente en la línea de fuego ante las amenazas crecientes que plantea la tala ilegal, la apropiación ilegal de tierras y los grandes proyectos de desarrollo”, argumenta Kyte. “Los pueblos indígenas han sido históricamente marginados en América Latina y la mayoría viven en zonas remotas, exponiéndoles a una condición de vulnerabilidad y a convertirlos en víctimas de la delincuencia”. Resistirse a las actividades mineras en la región es cada vez más peligroso. De acuerdo con la carta y la prensa local, hasta la fecha el conflicto sobre El Mirador ha cobrado tres de las vidas de sus oponentes en la comunidad Shuar. China conduce la expansión minera de Ecuador Las operaciones mineras en El Mirador son responsabilidad de la propiedad china Ecuacorriente SA, adquirida de manera conjunta por las empresas estatales Tongling Nonferrous Metals Limited y China Railway Construction Corporation de la firma canadiense Corriente Resources. Los créditos e inversiones chinas han estado en el corazón de la reorientación de la agenda de desarrollo del Ecuador hacia las industrias extractivas. A partir del incumplimiento parcial de su deuda en 2008, el gobierno de Rafael Correa ha acumulado enormes deudas con China recibiendo US$ 2 mil millones en carácter de pagos por adelantado para desarrollar el sector minero. Se prevé que El Mirador opere por 17 años, a partir de la extracción de un millon de toneladas de cobre y 250 toneladas de oro. La rica biodiversidad que caracteriza a la Cordillera del Cóndor, la sierra y el hogar de las comunidades indígenas en las cuales se encuentra El Mirador, hace que sea una de las regiones con mayor potencial biológico en América del Sur. Es aquí donde el “cinturón de cobre” fue descubierto, siendo una reserva que abarca una superficie de 1.600 km² y es además uno de los mayores depósitos de cobre en mundo que todavía no fue explotado. Investigación Lorena Tapia, ministra ecuatoriana de Medio Ambiente se rehusó a formular declaraciones sobre la muerte de Tendetza. Cuando Diálogo Chino le consultó sobre el caso en diciembre de 2014, ella simplemente hizo hincapié en la necesidad de fortalecer las investigaciones policiales oficiales: “No tengo ninguna información oficial sobre el caso … Le corresponde a las autoridades competentes de Ecuador responder sobre el tema. Como cualquier caso, será investigado, y se debe tener cuidado en la difusión de información que aún no se ha confirmado”. Son estas mismas autoridades – es decir aquellas que responden a las órdenes de la Fiscalía de Distrito de Yantzaza, Galo Arnulfo Rodríguez Abarca – que según la carta se encargaron de asaltar la casa de Tendetza con la esperanza de encontrar las “armas” que podrían explicar de alguna manera su muerte. No hay referencia al descubrimiento de ninguna.