Las Bambas fue adquirido en el 2012 por la empresa China Minmetals Group (MMG) por un valor total de US$7,000 millones de dólares. Las Bambas es una de las nueve concesiones mineras que tienen las empresas chinas en Perú -probablemente el proyecto chino más conflictivo en el en ese país – y un gran desafío para el recién electo Presidente Pedro Pablo Kuczynski (PPK) quién ha prometido que su primer viaje oficial será a China. En el marco del Taller “Inversiones Chinas en la Minería: Caso las Bambas” realizado por Cooperación, el Frente de Defensa de la Provincia de Cotabambas y la Iniciativa para las Inversiones Sustentables China-América Latinas (IISCAL) éste pasado Junio, las comunidades manifestaron, contrariamente a lo que acontece en otros proyectos concesionados a las empresas chinas, que no se oponen al proyecto pero que demandan que MMG actualice sus estudios de impacto ambiental y social, tome acciones urgentes para evitar y mitigar los impactos actuales, implemente procesos de consulta sustantivos, y que actúe de buena fe y con transparencia en las negociaciones. Nada de esto debería ser del otro mundo para una empresa líder a nivel mundial por sus políticas de sustentabilidad. MMG ha adoptado los Lineamientos sobre responsabilidad social en la inversión minera china en el extranjero de la Cámara China de Comercio de Importadores y Exportadores de Metales, Minerales y Químicos (CCCMC) y los Estándares de Desempeño del Consejo Internacional de Minería y Metales (ICMM). Ambos instrumentos indican, entre otros aspectos, que las compañías chinas que operan en el extranjero deben respetar e implementar el derecho al consentimiento libre, informado y previo de las comunidades. Penosamente, la realidad en Las Bambas y en el sector minero peruano va por otro camino. A finales del año pasado, y en respuesta a las protestas contra el proyecto minero que dejaron 3 muertos, varios heridos y resultaron en un Decreto Supremo para dictar una Declaratoria de Emergencia en Cotabambas, Grau, Andahuaylas, Chincheros, Espinar y Chumbivilcas, se estableció una Mesa de Desarrollo (en lugar de una Mesa de Diálogo como había sido solicitado por las comunidades). El espacio tripartito arrancó a principios Abril de éste año, sin embargo, los participantes en el Taller expresaron que la falta de respuestas efectivas desde el estado y la empresa y la asimetría del proceso, han socavado la confianza de las organizaciones comunitarias. Para enfrentar tales problemas, las comunidades han propuesto la formalización de mecanismos que aseguren eficiencia en el espacio tripartito y enfrenten la desproporción de poder a través de la creación de un Reglamento de Funcionamiento de la Mesa, un documento sobre acuerdos, avances y compromisos, y un cronograma de ejecución para ser trabajados con las autoridades del nuevo gobierno de PPK. Pero los impases en varios frentes continúan. Uno de los aspectos más graves reside en el plan de reubicación. Cuatrocientas familias provenientes de lo que anteriormente fue Fuerabamba han sido reubicadas en lo que hoy es conocido como Nueva Fuerabamaba, un complejo de construcción barata, con casas pegaditas y sin gracia. Mientras para la empresa este complejo habitacional es motivo de orgullo, para los pobladores de Nueva Fuerabamba es motivo de angustia. Moradores del complejo, que pidieron no ser identificados por temor a represalias de la empresa, han manifestado “…nuestros ancianos no dejan de llorar, no quieren usar el baño ni las cocinas, les da miedo, se pierden cuando salen porque todas la casas y las calles son igualitas nos estamos refugiando en el alcohol, luego nos volveremos locos…les pedimos que hicieran letrinas y fogones pero no nos hicieron caso”. En Los tapiales de las casas son muy altos y los niños no salen a la calle. No hay plantas ni animales, a no ser los que la gente ha dibujado en las paredes de sus casas para poder reconocerlas. Según los pobladores, MMG no ha entregado los títulos de propiedad de las nuevas viviendas pero si 3,800 has de terrenos rocosos como parte de la compensación para la realización de actividades agrícolas. Algunos pobladores sostienen que necesitan que la empresa les de trabajo pero “bien pagado” porque la tierra recibida no es apta para la agricultura y sin animales no pueden comer y deben acudir a los restaurantes del pueblo cercano. Además, ahora deben pagar las cuentas del cable, el agua, la luz, del mantenimiento del carro que les dio la empresa, …y hay que tomar en cuenta que desde que llegó la compañía todo se ha vuelto más caro…” A medida que seguimos conversando la lista de gastos se va agrandado, y aunque algunos comuneros han recibido cantidades significativas de dinero de MMG es claro que a cambio se les ha quitado algo aún más valioso. Es urgente un cambio de fondo en Las Bambas, y en el sector minero peruano, y pronto. En base a información de la Defensoría del Pueblo, se estima que un poco más del 70% de los conflictos en Perú se originan en problemas ambientales en los sectores de minería e hidrocarburos. El gobierno de PPK tiene una rara oportunidad en el mar de los conflictos mineros que aqueja al país. Se ha establecido un diálogo tripartito con la participación del Frente de Defensa de la Provincia Cotabambas, representado por líderes serios y honestos; de CooperAcción como organización asesora del Frente y con una alta capacidad técnica para aportar en el proceso; y la MMG, empresa que se ha comprometido a seguir las mejores prácticas ambientales y sociales de la industria minera a nivel global. Un nuevo gobierno, con una vocación de cambio, podría hacer la diferencia. PPK tiene en sus manos el lograr que, quizá por primera vez en el Perú y probablemente en América Latina, una operación minera apunte a un verdadero desarrollo sustentable y que sea socialmente responsable. Es tiempo de reemplazar el clientelismo empresarial y estatal por el estricto cumplimiento de normas ambientales y sociales de alta calidad.