La humanidad, a través de la expansión de actividades como la agricultura, ha terminado con el 60% de las poblaciones de animales vertebrados en un plazo de menos de medio siglo, según un informe de la organización World Wide Fund for Nature (WWF).
89%
de poblaciones de animales vertebrados para la región de América Central y del Sur, se han perdido.
El porcentaje de disminución de peces, anfibios, aves, reptiles y mamíferos es aún más marcado para la región de América del Sur y Central, donde llega a 89%.
Se trata del reporte Planeta Vivo 2018 de WWF, en el que se dan cuenta de este y otros efectos de la actividad humana sobre la biodiversidad en la Tierra en el período de 1970 a 2014.
“Las tasas actuales de extinción de especies son 100 a 1000 veces más altas que el valor de la línea base, la tasa estándar de extinción en la historia de la Tierra antes de que la presión humana se convirtiera en factor prominente”, señala el trabajo.
Sin embargo, deja espacio para el optimismo, con la condición de que se actúe de manera urgente.
“Tenemos ya el conocimiento y los medios para redefinir nuestra relación con el planeta. No hay excusas para no hacer nada. No podemos seguir ignorando las señales de alerta; ignorarlas sería a riesgo propio”, afirma en el prólogo Marco Lambertini, director general de WWF Internacional.
La actividad humana ha afectado gravemente en las últimas décadas los hábitats y los recursos naturales de los cuales dependen la vida silvestre y la humanidad, como los océanos y los bosques.
Hay que agudizar el ingenio y asumir que no podemos crecer ilimitadamente en un mundo con recursos limitados
De entre los grupos de fauna estudiados, los más afectados por la actividad humana han sido los de agua dulce, que han disminuido un 83% desde 1970 y que además cuentan con “la tasa de extinción más alta” en el siglo XX entre los vertebrados a nivel mundial.
“Tenemos una situación muy compleja. Está identificado el problema, pero no muy claro cómo resolverlo. Hay que agudizar el ingenio y asumir que no podemos crecer ilimitadamente en un mundo con recursos limitados” sostuvo Manuel Jaramillo, director general de Fundación Vida Silvestre Argentina, asociada a WWF.
A nivel mundial, la naturaleza proporciona servicios por un valor aproximado de US$ 125 mil millones al año, al mismo tiempo que ayuda a garantizar el suministro de aire fresco, agua potable, alimentos, energía, medicamentos y otros productos y materiales.
Causas y amenazas
En los últimos 50 años, la huella ecológica de los seres humanos –una medida del
consumo de recursos naturales– ha aumentado casi un 190 por ciento. La creación de un sistema más sostenible requerirá grandes cambios en las actividades de producción, distribución y consumo.
Las principales amenazas para las especies identificadas en el informe están directamente relacionadas con las actividades humanas como la agricultura y la conversión de suelo, incluida la pérdida y degradación del hábitat y la sobreexplotación de la vida silvestre.
La agricultura es responsable de la mayor parte de la conversión de los bosques, de acuerdo a WWF. La disminución en superficie y calidad del bosque tienen impacto sobre las plantas y los animales que lo habitan.
“El informe confirma la gravedad de la deforestación. Pone números a la destrucción y al impacto sobre la biodiversidad y sobre las comunidades que viven en los bosques y dependen de ellos para su subsistencia, como campesinos e indígenas,” afirmó Hernán Giardini, coordinador de la campaña de bosques de Greenpeace Argentina.
La superficie forestal total del planeta disminuyó del 31,6% al 30,6 % en los últimos 25 años a nivel global, aunque el ritmo se ha desacelerado en los últimos años, de acuerdo a un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Si bien destaca y acuerda con dicha desaceleración a nivel global, el informe de WWF advierte de una mayor deforestación en los bosques tropicales, los cuales albergan algunos de los niveles más altos de biodiversidad de la Tierra.
La agricultura comercial a gran escala y la agricultura local de subsistencia causaron casi el 40 por ciento y el 33 por ciento de la conversión de bosques entre 2000 y 2010, resalta WWF, empujando por una creciente producción de cultivos alimenticios.
Respuestas
Para Gustavo Zarrilli, investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) de Argentina, el informe resalta la necesidad de “reconsiderar cómo producimos, consumimos, medimos el éxito económico y valoramos nuestro entorno natural”.
“La calamidad de las cifras indican que para proteger de forma idónea el medio ambiente y sostener al mismo tiempo desarrollo económico y social, será necesario que los individuos, los empresarios y las corporaciones junto con los gobiernos efectúen con urgencia un cambio de sistema”, agregó.
El informe de WWF resalta que sin un cambio drástico que traspase los
límites del escenario actual, la disminución severa actual de los sistemas naturales que sustentan las sociedades modernas continuará sin freno.
A fin de mes se celebrará en Egipto la XIV Conferencia de las Partes del Convenio sobre la Diversidad Biológica y será, de acuerdo con WWF, un momento “clave” para sentar las bases de un acuerdo global para la naturaleza, “tal como se hizo en torno al clima en París en 2015”.
Junto a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) estipulados por Naciones Unidas para 2030, ambos procesos normativos suponen una oportunidad “para revertir este impacto” sobre los sistemas naturales aunando la labor de gobiernos, empresas, financieros, investigadores, sociedad civil e individuos, concluye el informe.
“Hay que regular los sistemas de consumo, proveer a los consumidores de alternativas de producción sustentable, que respeten las variables ambientales y sociales. Y hay que adecuarse pronto de tal modo que no se pueda ser rentable sin ser sustentable en la producción de alimentos y de bienes y servicios”, sostuvo Jaramillo.