La sabana Rupununi, en el sur de Guyana, es una de las regiones con mayor biodiversidad de Sudamérica, hogar de jaguares, águilas arpías y de las hormigas más grandes del mundo. También es uno de los sitios más remotos. La escritora británica Evelyn Waugh fijó las escenas finales de su novela, “Un puñado de polvo” de 1932, en las praderas de Guyana cuando su protagonista necesitaba un lugar aislado ya que no tenía ninguna esperanza de rescate o escape.
A partir de la inversión china, ese aislamiento pronto podría convertirse en algo del pasado.
En los próximos meses, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) tiene previsto presentar un informe sobre un enlace de transporte entre Guyana y Brasil y un proyecto portuario de aguas profundas para la costa norte.
Hoy en día, la ciudad fronteriza Runupuni, en Lethem, se encuentra a 14 horas de viaje por caminos de tierra desde la capital de Guyana, Georgetown. La tierra roja está lista para ser reemplazada por asfalto y convertir a Lethem en un importante centro comercial. Se espera que China proporcione el capital requerido y realice los trabajos de construcción.
Los representantes de ambos países hicieron referencia a un proyecto que todavía no había comenzado, durante una ceremonia en julio de 2018, en la que Guyana se inscribió a la Iniciativa china la Franja y la Ruta (BRI, por sus siglas en inglés).
Como parte del ambicioso plan de conectividad global, China ha prometido destinar USD $ 250 mil millones para proyectos de infraestructura en América Latina. Previamente, las empresas chinas habían desarrollado proyectos de infraestructura en Guyana, pero el plan de puertos y carreteras sería el más grande realizado hasta el momento.
Centro estratégico
El enlace vial de Guyana destaca la naturaleza estratégica del pequeño país para los planes de China en América Latina. Reduciría los tiempos de transporte al norte de Brasil, el mayor socio comercial de China en la región, al proporcionar una ruta más rápida hacia el Canal de Panamá.
“China ve a Guyana como un conducto hacia el norte de Brasil”, dijo Sasenerine Singh, un ex político de la oposición y analista financiero. “Un enlace por carretera desde Manaos a Guyana acortaría miles de kilómetros de la ruta de envío a lo largo del río Amazonas. El gobierno de Guyana no tiene las finanzas, ni la capacidad, solo China tiene los recursos y la visión a largo plazo para emprender semejante proyecto”.
Los términos del financiamiento, en lugar de su país de origen, constituyen el factor crucial, según Carl Greenidge, Ministro de Relaciones Exteriores. Guyana se convirtió en uno de los países más endeudados del mundo durante la década de 1980, cuando la caída de los precios del azúcar y la bauxita provocaron la paralización de las empresas estatales.
“Ningún país es más consciente del costo de una deuda insostenible como nosotros. Estamos atentos al problema y sabemos lo que tenemos que hacer “, sostuvo en una entrevista con Diálogo Chino.
Pero la situación financiera de Guyana está al borde de un gran cambio. El país está anunciando que las inversiones en infraestructura están listas, justo en el momento en el cual están a punto de convertirse en uno de los principales productores de petróleo per cápita del mundo.
En los últimos años, ExxonMobil ha descubierto más de 4 mil millones de barriles de petróleo recuperable en la costa de Guyana. La petrolera china CNOOC posee una participación del 25% en el bloque Starbroek de ExxonMobil, el proyecto que hoy está más avanzado.
Más allá de la política
La huella china del petróleo y en otros sectores, parece estar creciendo después de las elecciones generales de Guyana celebradas en marzo.
La elección fue desencadenada por un voto de no confianza en diciembre en el gobierno de David Granger, líder del partido del Congreso Nacional Popular (PNC), que llegó al poder en 2015 como parte de una alianza más amplia, llamada Alianza para la Unidad Nacional (APNU).
“Cuando la APNU estaba en la oposición, manifestó su preocupación por el crecimiento de la huella china en Guyana y cuestionó sus motivaciones, pero ahora que están en el poder, todos los ministros parecen darle la bienvenida a China”, dijo Abena Rockcliffe, periodista senior de Kaieteur News, un diario local.
Granger se mostró un tanto escéptico con respecto a la propiedad extranjera de los recursos naturales y revocó la concesión de la explotación forestal de BaiShanLin en 2016, luego de que la firma china rompiera los términos de su acuerdo.
Sin embargo, Granger sufrió problemas de salud y delegó sus tareas a Joseph Harmon, un político más amigable con China y un fuerte candidato para postularse para la PNC. El opositor Partido Progresista Popular (PPP), que conservó el poder desde 1992 hasta 2015, antes también había manifestado su apertura a las inversiones chinas.
Según nuestra experiencia reciente con las inversiones chinas, parece que Guyana siempre se queda con el extremo más sucio del palo
China Harbour Engineering ganó el contrato para la ampliación del aeropuerto de Cheddi Jagan en 2011 y las empresas chinas representan siete de las once ofertas presentadas para la construcción de un puente sobre el ancho río Demerara.
China Railway First Group también ganó un contrato de USD $ 500 millones para el desarrollo de la central hidroeléctrica Amalia Falls de 165MW en 2012, un proyecto que actualmente está suspendido. El año pasado, comenzó la construcción de una mina de manganeso de propiedad china.
En septiembre, durante una visita del Ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, Guyana firmó acuerdos para una mayor integración financiera. Los activos de dos bancos extranjeros de Guyana, el Scotia Bank de Canadá y el Baroda Bank de India, actualmente están a la venta. Los bancos chinos son los candidatos que reúnen las mayores probabilidades.
Sin embargo, a medida que aumentan los proyectos dirigidos por los chinos, también crecen las preguntas sobre lo que Guyana debería ganar al profundizar sus vínculos con China.
“Según nuestra experiencia reciente con las inversiones chinas, parece que Guyana siempre se queda con el extremo más sucio del palo”, dijo Rockcliffe. “En los proyectos realizados hasta la fecha, hemos visto muy poco uso de mano de obra local, no hay transferencia de habilidades, invasión de proyectos y denuncias por corrupción”.
Estrategia estatal de desarrollo verde bajo amenaza
El enlace de transporte de Brasil empequeñecería los proyectos anteriores y abriría el desarrollo hacia el interior del país, pensado para albergar importantes depósitos de oro, bauxita y tierras raras.
También podría poner en peligro la Estrategia Estatal de Desarrollo Verde 2017 de Guyana, que exigía la gestión sostenible de los recursos naturales, la expansión de los servicios ambientales y la transición hacia la energía renovable. En 2009, Noruega le prometió a Guyana unos USD $ 250 millones en el transcurso de cinco años para proteger sus bosques tropicales y en octubre, Guyana anunció que obtuvo la menor tasa de deforestación desde 1990.
“En un país que tiene un 90% de bosques, cualquier proyecto importante de infraestructura tendrá un impacto ambiental”, dijo Greenidge. “Tenemos la responsabilidad de minimizar ese impacto, pero no podemos comprometernos a no construir infraestructura que les permita a nuestras comunidades aisladas la provisión puestos de trabajo y servicios”.
¿Sabías que…?
Guyana tiene menos de un millón de habitantes
Guyana tiene menos de un millón de habitantes y uno de los niveles más bajos de PIB per cápita del continente. Con una historia de elecciones fraudulentas y escándalos de corrupción, las instituciones del país son débiles, lo que pone en duda si los reguladores tienen la capacidad de mitigar con éxito los impactos ambientales negativos.
La misma debilidad institucional, combinada con un historial de corrupción y negociaciones oscuras, sugiere que Guyana podría ser un aliado maleable para China en el Caribe de América del Sur.
“El gobierno no ha dado suficiente información sobre los términos de los préstamos e inversiones chinas y ha esquivado las preguntas de los reporteros”, dijo Rockcliffe. “Hemos visto en otros países que una vez que China tiene un pie en un país, se mueven agresivamente”.