En 2020, los delegados de casi 200 países se reunirán en la capital de la provincia de Yunnan, en el suroeste de China, con el fin de analizar un nuevo marco para detener la pérdida de biodiversidad y proteger los ecosistemas.
Las conversaciones serán cruciales para restaurar la salud del planeta, que está experimentando la pérdida de especies a un ritmo sin precedentes, de acuerdo con la Plataforma Intergubernamental sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES).
En los últimos 40 años ha habido una disminución del 60% en las poblaciones de mamíferos, aves, peces, reptiles y anfibios. En América del Sur y Central, esta cifra alcanza el 89%.
“Espero que el desarrollo tecnológico de China, su inversión en innovación y su capacidad financiera contribuyan claramente a priorizar la biodiversidad”, dijo recientemente la presidenta de la IPBES, Ana María Hernández, sobre el liderazgo de China en la convención de la ONU sobre la Diversidad Biológica (CDB).
En el 2010, los países parte del BDC aprobaron un Plan Estratégico para la Diversidad Biológica 2011-2020. Las conversaciones celebradas en Aichi, Japón, arrojaron 20 objetivos generales, conocidos como los objetivos de Aichi. para poner fin a la pérdida de biodiversidad y restaurar los ecosistemas.
Es poco probable que estos objetivos puedan cumplirse para el 2020, por lo que las conversaciones en Kunming tienen la tarea de encontrar una nueva forma de avanzar.
Progreso lento
Una evaluación reciente de la ONU exhibió que el 77% de los objetivos nacionales de biodiversidad eran más bajos de lo que fue establecido en Aichi. Dos tercios de las naciones han dicho que su progreso es demasiado lento para alcanzar los objetivos del 2020.
Por ejemplo, el objetivo número 11 de Aichi exige que al menos el 17% de las aguas terrestres y continentales y el 10% de las áreas costeras y marinas estén protegidas para el 2020. Pero los países aún están muy lejos de lograrlo.
De acuerdo con John E Scanlon, ex Secretario General de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), solo el 11º objetivo de Aichi realmente podría haberse cumplido.
“Pero muchas de estas áreas no están bien financiadas o administradas, a menudo se las denomina ‘parques de papel'”. Scanlon dijo que no está claro si “las áreas protegidas se encuentran en su totalidad en los lugares correctos desde un punto de vista ecológico”.
Thomas Lovejoy, profesor del Departamento de Política y Ciencia Ambiental de la Universidad George Mason, dijo recientemente en Beijing que las conversaciones del próximo año tendrán una importancia histórica. “Podemos ser la última generación [capaz] de salvar el medio ambiente y la humanidad … Si no trabajamos duro, la humanidad futura enfrentará un caos inimaginable”.
El rol de China
Por su parte, China está tratando de romper con su enfoque destructivo de “contaminar primero, limpiar después”. Ahora está buscando una “civilización ecológica” que fue propuesta por primera vez por el presidente Xi Jinping en 2012. Se supone que el país lo construyó para el año 2020, pero para hacerlo será necesario establecer objetivos más ambiciosos en Kunming.
Hay algunos signos positivos.
En febrero, el viceprimer ministro Han Zheng dijo que “China debe prepararse activamente para cumplir con sus deberes como país anfitrión y garantizar una … conferencia de importancia histórica”.
En marzo de 2018, las reformas ministeriales para proteger mejor al medio ambiente condujeron a la creación del Ministerio de Recursos Naturales y el Ministerio de Ecología y Medio Ambiente (MEE). El Departamento de Conservación de la Naturaleza y la Ecología, perteneciente al este último ministerio, es responsable de la biodiversidad del país.
El director del departamento de protección de la biodiversidad, Jing Xin, dijo en un seminario en Beijing a fines de 2018 que la conciencia pública china había cambiado en los últimos años y ahora el ministerio se encuentra bajo una presión mucho mayor para mejorar el medio ambiente.
Las reformas de 2018 también condujeron a China a cambiar el modelo de diversificación de la reserva natural a un único órgano de gestión. Entre junio y diciembre, la Administración Estatal de Bosques y Pastizales, que depende del Ministerio de Recursos Naturales, inspeccionó más de 10,000 reservas, aproximadamente el 18% del país. Una acción que supera el objetivo de Aichi, que comprendía el 17%.
Las provincias también han establecido “líneas rojas ecológicas” para proteger las áreas vulnerables. Se cubrirán las estimaciones iniciales sobre más de un cuarto del país.
“Esto demuestra que China puede establecer objetivos más ambiciosos para las reservas”, dijo Xue Dayuan, profesor de la Facultad de Ciencias de la Vida y del Medio Ambiente de la Universidad de Minzu de China. Xue considera que China podría proteger al menos el 25% de sus áreas terrestres y de sus aguas continentales.
Un enfoque en la ciencia
En la última conferencia de las Naciones Unidas sobre biodiversidad en Egipto, la UE pidió “objetivos ambiciosos, realistas, medibles y con plazos concretos”. El bloque de Pequeños Estados Insulares en Desarrollo solicitó mayores recursos financieros, mientras que Costa Rica solicitó que el 1% del producto interno bruto mundial se destine a la conservación. China hizo hincapié en la “participación de la comunidad científica”.
Los esfuerzos del Ministerio de Ecología y Medio Ambiente para cumplir con los objetivos de Aichi mediante la protección de especies en peligro de extinción, la gestión de reservas naturales y el establecimiento de líneas rojas ecológicas han requerido un mayor apoyo de las instituciones científicas.
Por ejemplo, Liao Guoxiang, investigador adjunto del Centro Nacional de Monitoreo de Medio Ambiente Marino, dijo que el ministerio se encuentra trabajando con organismos centrales como el Ministerio de Ciencia y Tecnología, la Academia China de Ciencias y la Administración Estatal de Bosques y Pastizales para crear una red nacional de vigilancia ecológica.
“Mejores encuestas y una red de monitoreo significan una mejor comprensión de la biodiversidad y el estado del medio ambiente, lo cual es necesario para optimizar la implementación de la convención”, dijo Liao. Además, manifestó que también deben involucrarse las universidades e institutos de investigación.
Balakrishna Pisupati, presidenta del Foro de Derecho, Medio Ambiente, Desarrollo y Gobernabilidad (FLEDGE), dijo que las decisiones sobre temas como la biología sintética, la conservación de especies y los corredores de hábitat necesitarán más apoyo científico y participación en el proceso de formulación de políticas.
“China y otros países han enfatizado la necesidad de una mejor ciencia y más científicos para participar en la toma de decisiones en la conferencia de biodiversidad de la ONU y no solo para formular recomendaciones”, dijo.
Un punto de vista similar fue manifestado en un editorial de 2018 en Science, escrito por Zhang Yaping, vicepresidente de la Academia China de Ciencias, y Jonathan Baillie, científico en jefe de la National Geographic Society.
Ambos argumentaron que el objetivo de Aichi sobre la protección de áreas marinas no es suficiente para garantizar el cumplimiento de otros objetivos, como prevenir la extinción de especies amenazadas conocidas o para promover la protección de los ecosistemas.
Su sugerencia es que los gobiernos nacionales se comprometan a proteger el 30% de los océanos y la tierra, centrándose tanto en las áreas de biodiversidad como las productivas, con un aumento del 50% para el 2050. “Esto será extremadamente difícil, pero es posible”, concluyeron.
Esta es una versión actualizada de un artículo publicado originalmente en chinadialogue.net