El concepto de naturaleza en China ha sido descuidado por miles de años. A pesar de que la filosofía china abarca el espíritu de lo que se llama “armonía entre la naturaleza y los seres humanos“, durante mucho tiempo las zonas silvestres han sido consideradas como negativas por la cultura china.
Cuando se habla del concepto de naturaleza en la sociedad china, la mayoría imaginará un sitio sin cultivar, lleno de hierba silvestre y de poco valor.
Cuando comencé mi doctorado en filosofía en la Universidad del Norte de Texas después de graduarme de la Universidad Normal de Beijing, me sentí decepcionado al no poder encontrar lugares escénicos similares a los que tenía en mi país. Sin embargo, un viaje transformó totalmente mi punto de vista sobre los espacios naturales.
En diciembre de 2007, participé de un curso sobre filosofía medioambiental sobre el terreno, también conocido como “Siguiendo el Sendero de Darwin”. Esta base estaba ubicada en Punta Arenas, en la Reserva de la Biosfera del Cabo de la UNSECO en el sur de Chile. Es un estudio interdisciplinario ofrecido por el Programa de Conservación Biocultural Sub-Antártica de la Universidad del Norte de Texas en asociación con la Universidad de Magallanes (UMAG) y el Instituto de Ecología y Biología (IEB) en Chile.
Esta fue la primera vez en mi vida en la que me encontré con una zona de naturaleza virgen. Caminé unas ocho horas al día junto a mi profesor de biología y un grupo de estudiantes de diferentes disciplinas. Por la noche acampamos en la naturaleza. A pesar de nunca haber tomado una clase de biología, este curso tuvo una influencia perdurable en mí.
Estaba totalmente cautivado ante la belleza del desierto: la inmensidad, la tranquilidad y la diversidad de la vida. Fue una experiencia divina. Tuve la impresión de estar conectado a algún tipo de poder trascendental. En la tradición filosófica china, el concepto de Dios no existe de la misma manera que en el cristianismo, por ejemplo, el poder trascendental se atribuye a una fuerza energética, difícil de describir en palabras.
Cuando volví de ese viaje, inmediatamente tomé la decisión de que mi tesis doctoral sería acerca de la belleza de la naturaleza. La estética ambiental es un área de investigación de mi profesor principal, Eugene Hargrove. Antes de ir a Chile, escribí un ensayo criticando la visión del profesor sobre la belleza de la naturaleza como la base de la ética ambiental. Escribí: “Para mí, el pan debe estar en la lista número uno. Es difícil para la gente apreciar la belleza de la naturaleza sin la satisfacción de sus necesidades básicas. ”
Sin embargo, el viaje a Chile cambió mi punto de vista y comencé a apoyar la opinión de mi tutor sobre la estética ambiental. El título de mi disertación se convirtió en: La estética ambiental como base de la ética ambiental: China y Occidente
Mientras escribía mi disertación, pasé los fines de semana visitando las áreas silvestres alrededor de Texas. También organicé un Club para Amigos de la Naturaleza destinado a aquellos amigos que estaban interesados en unirse. Experimentar físicamente la naturaleza es mucho más poderoso que hacerlo a través de una investigación teórica.
Pero antes de experimentarlo de primera mano, aprendí mucho sobre los filósofos del medio ambiente y conservacionistas como Aldo Leopold, John Muir y Holmes Rolston. En ese momento, me era muy difícil entender por qué había creado tales teorías y por qué amaban tanto la naturaleza. Pero después de dos años de exploración personal y apreciación con un grupo de mis amigos, obtuve una comprensión más profunda de sus teorías y sus pasiones.
En 2013, visité el parque conmemorativo de John Muir y el centro de naturaleza de Aldo Leopold en Wisconsin. Se me llenaron los ojos de lágrimas cuando llegué al parque conmemorativo de John Muir, ya que me recordó a las historias que escribió en esa zona de tierras de cultivo. A partir de entonces, comenzó mi gran pasión por las zonas silvestres y toda clase de naturaleza.
En 2014, me ofrecieron un puesto de profesor asociado en el departamento de filosofía de la Universidad de Soocow en la provincia de Jiangsu, en el sudeste de China. Mi pasión por la naturaleza impulsó mi investigación y enseñanza sobre filosofía ambiental. Actualmente, me encuentro trabajando en un libro titulado “La filosofía china se dirige hacia la naturaleza”. Sostengo que el esfuerzo de China para el establecimiento parques nacionales es una parte importante de su estrategia para implementar la “civilización ecológica“.
Si la filosofía china no puede entrar en la naturaleza, entonces la civilización ecológica china tampoco podrá llevarlo a cabo con eficacia. Prometedoramente, muchas sociedades y diarios académicos ya han comenzado a centrarse en este asunto. La Sociedad para la Vida Silvestre, una organización no gubernamental estadounidense, también se está preparando para la realización de su conferencia en la provincia de Yunnan en China para el próximo año.
Todos los meses, convoco a profesores o conservacionistas del medio ambiente a dar charlas a través de una plataforma en línea llamada Foro Internacional sobre Humanidades Ambientales. La misión de este foro es fomentar la comunicación académica y la cooperación entre China y Occidente y apoyar la participación pública en la conservación de áreas silvestres. Hasta la fecha, he organizado alrededor de 16 eventos académicos. Quiero agradecer al profesor Ricardo Rozzi, quien ha creado el curso Siguiendo el Camino de Darwin, por haberme dado esa oportunidad única.