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Expertos reclaman más transparencia y instituciones fuertes

Expertos chinos y latinoamericanos explican por qué importan datos sobre impactos

Antes de la investigación publicada la semana pasada que reveló los impactos sociales y ambientales vinculados a la relación económica entre China y América Latina, muchos de los efectos acerca del aumento de la actividad en las áreas tales como la extracción de minerales y agricultura no habían sido cuantificados y seguían siendo desconocidos.

China en América Latina: Lecciones para Cooperación Sur-Sur y Desarrollo Sostenible”, un documento escrito por un grupo de trabajo formado por académicos en los Estados Unidos, Perú y Argentina, reveló, entre otras conclusiones, que la relación comercial incurre en una pérdida neta de agua para América Latina, aumenta las emisiones de carbono y en porcentaje, está reduciendo la fabricación de exportaciones latinoamericanas.

Además de cuestionar la sostenibilidad a largo plazo del modelo actual, el documento  revela la falta de experiencia de las compañías chinas tanto en áreas de comercio exterior  e inversión como en  los problemas de comunicación  en los cuales se encuentran.

Pero también pone de relieve las oportunidades que tienen las regiones para generar vías de desarrollo con bajas emisiones de carbono – invirtiendo por ejemplo,  en energía solar.

El documento ofrece una importante contribución al debate sobre la naturaleza de la participación de China  en América Latina. Aquí, los expertos chinos y latinoamericanos explican por qué.

 

Paulina Garzón, directora de la Iniciativa para las Inversiones Sustentables China-América Latina

Entre los importantes hallazgos de este informe, se ha determinado que las empresas chinas tienen capacidad para adaptarse y que su comportamiento social y medioambiental depende de la capacidad institucional y la normativa de los países anfitriones. Desafortunadamente, la gobernanza medioambiental está en crisis en muchos de los países que reciben capitales chinos. Es ya evidente que las instituciones medioambientales y la normativa en Ecuador, Venezuela y Perú están perdiendo su relevancia en el actual escenario de inversión. Si los hallazgos del investigador son correctos, habrá incentivos insuficientes para mantener una buena conducta social y medioambiental en esos países.

En un mundo globalizado, no es solo responsabilidad de los gobiernos proteger al planeta y las comunidades locales; los financistas y las empresas globales tampoco pueden olvidar sus obligaciones. Los bancos y empresas chinos tienen estándares sociales y medioambientales para sus operaciones en el extranjero, algunos más avanzados que los del Banco Mundial. Esto, sin embargo, no significa que se cumpla con esos estándares, ya que la mayor parte de los bancos chinos no ha creado los instrumentos necesarios para implementarlos. Los bancos chinos deben crear mecanismos de información pública, transparencia y responsabilidad para las sociedades en las que funcionan.

Las sociedades latinoamericanas tradicionalmente dependen de los ingresos generados por la explotación y el comercio de recursos no renovables. Lo novedoso es la masiva escala de las inversiones chinas y del comercio de esos recursos con China. El año pasado, China prestó más dinero a Latinoamérica que todos los bancos multilaterales juntos. La mayor parte de esos créditos serán pagados con petróleo. Con respecto al comercio, las exportaciones latinoamericanas de petróleo, minerales y alimentos van en aumento y sus exportaciones de productos manufacturados pierden importancia.

Los latinoamericanos desean que China importe más productos manufacturados, y lograr una transferencia de tecnología real. Esos son dos factores clave que permitirían a Latinoamérica a escapar de un modelo económico primario. Pero aún no vemos avances sustanciales en esas áreas.

La cuestión del imperialismo es compleja. China y Latinoamérica hablan de un «nuevo tipo de relación» y muchos países han acordado formalmente con China establecer una «relación estratégica integral». Los obreros norteamericanos parecen satisfechos con los términos de sus acuerdos. Parece difícil hablar de China como el nuevo imperialismo mientras su dinero cae a raudales sobre Latinoamérica. Tal vez este tema surja cuando algunos países encuentren dificultades para pagar los servicios de su deuda con China. Considerando la deuda venezolana con China, el momento parece avecinarse.

 

Bai Yunwen, investigador del Departamento de Clima y Finanzas de Green Innovation Hub (Centro de Innovación Ecológica)

Este informe proporciona un análisis detallado de los datos extremadamente beneficioso para el debate. Me proporcionó una comprensión más directa sobre la forma en que la estructura comercial entre China y Latinoamérica incide sobre el medio ambiente y la sociedad.

Este trabajo proporciona una explicación objetiva de la conducta de diversas empresas chinas que invierten en Latinoamérica y los problemas existentes. Reconoce que la conducta de algunas empresas es buena, mientras que la de otras es mala, y difiere de algunos trabajos de investigación que tienden a generalizar al estudiar las empresas chinas con métodos atrasados. Nuestra propia investigación también ha destacado vastas inconsistencias en la conducta de empresas con financiamiento chino en el extranjero. Esto se determina en gran medida por las capacidades comerciales y gestión internas de las empresas y su experiencia para asumir la responsabilidad social corporativa, al tiempo que la solidez del sistema legal en el país de inversión y el grado de desarrollo económico local también tienen un gran impacto sobre el desarrollo de los proyectos. Este informe declara que en 2013 más de la mitad de los productos fotovoltaicos chilenos fueron importados desde China y eso estimuló el uso local de fuentes de energías renovables. Esto demuestra que las energías renovables serán una de las futuras direcciones y tendencias del comercio y la inversión chinos. Gracias a su ventaja industrial, China puede desempeñar un importante papel en las finanzas climáticas mundiales.

Según el informe, las empresas chinas tienen un peor comportamiento en términos de su difusión de información y su comunicación con las comunidades locales, lo cual es cierto. Las empresas chinas están acostumbrados a trabajar solo con gobiernos locales y carecen de diálogo con las organizaciones de las comunidades locales. Pero, debido a los diversos entornos políticos en los que China está invirtiendo, esto debe cambiar, especialmente en el caso de Latinoamérica, que cuenta con una sociedad civil bien desarrollada e influyente, que trabaja activamente para proteger los intereses de los residentes de sus comunidades. Para las empresas chinas «salir» es parte del proceso de «traer» inversión extranjera. En este complejo entorno mundial, las instituciones académicas se comunican con los residentes locales y las ONG; esto lleva a una mayor difusión de la información y transparencia en las operaciones de negocios, y al establecimiento de mecanismos de responsabilización. Estas capacidades y experiencias podrían mejorar la calidad de la gestión de los proyectos locales y ayudar al desarrollo sostenible y ecológico chino.

Sobre esta base, espero que se pueda ampliar esta investigación y que genere más datos para su comparación. El informe menciona que el consumo de agua y las emisiones de gases con efecto invernadero acumulados son mayores para los productos que América Latina exporta a China que para los que exporta otros países, en gran medida debido al carácter de esos bienes exportados, principalmente agrícolas y mineros. Sin embargo, China no es de ninguna manera el único gran importador de productos primarios latinoamericanos y me interesa conocer los impactos medioambientales y las emisiones de carbono de productos similares que se exportan a otros países. Crear una comparación transversal de la huella ambiental de las empresas de otros países representativos que importan productos similares proporcionaría una comprensión más clara de la forma en que China podría mejorar su producción local, sus operaciones y métodos de compra, e impulsar el desarrollo sostenible al nivel local.

Esta información también se podría utilizar para generar definiciones y distinciones más específicas entre los proyectos comerciales y de inversión. La inversión china en productos primarios extranjeros no necesariamente da como resultado que sus productos sean reenviados a China. Diversas empresas mineras chinas han efectuado grandes inversiones en Latinoamérica durante la última década, pero dos años de desaceleración económica interna han reducido el crecimiento en la producción de acero en crudo y llevaron a que algunos productores fabriquen y vendan sus productos directamente al extranjero en vez de volver a enviarlos a China. Si bien esto reduce los tiempos y costos de procesamiento, puede producir mayores emisiones y contaminación al ampliar la cadena industrial, algo que no debe pasarse por alto.

 

César Gamboa, director ejecutivo de Derecho, Ambiente y Recursos Naturales (DAR)

Si existe una cultura de secretos con respecto al comercio y a la inversión en América Latina, esto no se restringe a las empresas chinas. Pero su llegada nos permite reflexionar sobre las prácticas autóctonas. Y hay avances en este ámbito. Por ejemplo, existe una relación directa entre la propuesta de abrir el secreto bancario del BNDES (Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social) y las normas del Banco Central de Brasil  sobre el cumplimiento de los estándares medioambientales y sociales. Por ejemplo, los informes técnicos del banco sobre la factibilidad social y medioambiental de los proyectos de inversión no se difunden al público, por lo que no sabemos si esos estándares se cumplen. Para una comparación entre las prácticas de BNDES y China Exim Bank entre otros, haga click aquí.

Con respecto al mercado de trabajo, en Ecuador se enmendó la normativa sobre hidrocarburos en 2010 en el contexto de la aumentada presencia de empresas chinas. Entre los cambios implementados se estipuló que el 95 % de los contratos debe asignarse a ecuatorianos y que los trabajadores deberán recibir el 3 % de los beneficios. En Colombia ocurre algo similar. En octubre de 2012, un decreto del Ministerio de Trabajo determinó que durante los dos años siguientes la mano de obra no calificada empleada en la exploración de hidrocarburos y proyectos de producción debía ser local. Si no hay suficiente mano de obra local, la oferta debe ampliarse, en caso necesario, a escala nacional. En Perú el Ministerio de Trabajo no ha determinado que los trabajadores nacionales y extranjeros deben recibir el mismo trato, sin distinciones intersectoriales. En Perú los enfoques ecuatoriano y colombiano continúan siendo una opción para el futuro.

 

Jin Jiaman director ejecutivo del Global Environmental Institute (Instituto Mundial del Medioambiente)

Ocuparse de cuestiones medioambientales genera mucha presión, tanto sobre China como América Latina. ¿Cómo debe proteger su medioambiente el país anfitrión mientras se desarrolla? ¿Cómo debe China –en su calidad de inversora– reducir el impacto medioambiental generado por sus proyectos de inversión, la presión de la opinión pública e incluso posibles riesgos económicos ampliados (todas presiones que enfrentan las iniciativas de inversión)? Para reducir esta presión se deben considerar tres aspectos: el gobierno chino debe introducir políticas adecuadas, las empresas chinas deben implementar una adecuada responsabilidad social corporativa, y los gobiernos locales necesitan políticas y normativas sólidas.

Si bien ha transcurrido más de una década desde la implementación de su política de «salir», China aún carece de experiencia en inversión en el extranjero cuando se la compara con los países desarrollados. Las empresas chinas no cuentan con asistencia multinivel e integral ni apoyo local; eso las aísla y debilita cuando operan en el extranjero. La mayor parte de la inversión china reside actualmente en proyectos con recursos desarrollados. La mayoría de los países anfitriones cuentan con abundantes recursos pero economías subdesarrolladas y mano de obra barata pero capacidad de trabajo limitada, que aumentan los riesgos medioambientales que enfrentan. Las capacidades de estos países anfitriones aumentarán a medida que sus economías se desarrollen y logren una transición gradual desde los materiales en crudo al capital para el procesamiento de recursos, aumentando el valor agregado de sus recursos y pasando lentamente a la producción de productos con elevado valor agregado. Este es un proceso de desarrollo.

Deseo responder específicamente a uno de los puntos presentados en el informe: la falta de alineación de las pautas relacionadas con la inversión china en el extranjero y los estándares internacionales. Esta es un área en la que nos hemos esforzado continuamente para mejorar y a la cual las empresas chinas deben prestar atención. Hay 250 mil millones de USD de inversión china atada a Latinoamérica y eso aún genera un gran riesgo para las empresas chinas. El proyecto de la represa china Myitsone se detuvo debido a conflictos locales generados por riesgos sociales y ambientales, que produjeron pérdidas por varios miles de millones de dólares.

Durante una década hemos trabajado para introducir el primer conjunto de pautas para la silvicultura de empresas chinas en el extranjero. El gobierno chino ha introducido muchos lineamientos sobre aspectos como la gestión forestal, la conducta medioambiental, el aceite de palma y la minería, pero actualmente todas esas pautas son voluntarias. Debemos mejorar esto proporcionando lineamientos con estándares vinculantes, en línea con la industria, la región o incluso los estándares internacionales de cada sector. Una vez que se hayan implementado esos estándares, tendremos que fomentar su validación internacional, esto es, alinear esos estándares chinos con los internacionales. Establecer un sistema de ese tipo llevará tiempo, pero proporcionará una garantía eficaz para reducir los impactos sociales y medioambientales.