China invertirá US$ 53.300 millones en Brasil luego de los 35 acuerdos firmados hoy entre la presidenta brasileña Dilma Rousseff y el primer ministro chino Li Keqiang. Dichos acuerdos tienen que ver con las áreas de infraestructura, minería, financiera y medio ambiente. Uno de los actos señalados por los propios gobernantes como de los más importantes es el de la ferrovía transoceánica que une la costa atlántica brasileña con la costa del Pacífico de Perú. “A Brasil se le abrirá un nuevo camino hacia Asia, se reducirán distancias y costos con la ferrovía transcontinental. Se trata de un camino que nos llevará por el océano Pacífico directamente hacia los puertos de Perú y de China”, afirmó la presidenta Dilma Rousseff luego de firmar con el premier Li los acuerdos en el Palacio del Planalto. “Nuestros tres países – Brasil, Perú y China-, y quisiera enviarle mis saludos al presidente Ollanta Humala, inician, juntos, estudios de viabilidad para esta conexión ferroviaria bioceánica”. La ferrovía trasandina tiene un costo ambicioso: entre US$ 5 mil y US$ 10 mil millones. Sin embargo, los tres países están altamente interesados en su realización. Le interesa a Brasil, porque finalmente tendrá su salida hacia el Pacífico, descargando su producción más fácilmente y a un costo más bajo para Asia, además de finalmente tener la posibilidad de finalizar e intercomunicar varias de sus líneas ferroviarias. A Perú, porque ganará en infraestructura de tipo ferroviario y puertos de primera calidad. Y a China, porque logra bajar US$ 30 dólares por tonelada en los precios de los productos importados de la región centro-oeste brasileña y además se deshace de su excedente de producción de acero y vías ferroviarias y ofrece servicios de construcción e ingeniería. Petrobras, la empresa brasileña de petróleo y gas, atrapada en el escándalo de corrupción más importante de la historia del país, recibirá un total de US$ 7 mil millones para financiar proyectos. Otra empresa sino-brasileña que también será beneficiada es la de minería Vale. Se firmaron tres acuerdos para la adquisición de 24 buques de mineral de hierro que demandarán un financiamiento de US$ 4 mil millones. Ambos gobiernos anunciaron además la firma del contrato de compraventa de acciones del banco BBM S.A., a realizarse por el Banco de Comunicaciones de China, la venta de 22 aviones de Embraer y la liberación de venta de carne vacuna para los chinos. En el área de energía, virtualmente se lanzó la piedra basal de la construcción de la línea de transmisión de energía hidroeléctrica de Belo Monte, que será realizada por la empresa china State Grid y fue firmado un memorándum de entendimiento sobre cooperación y promoción de comercio e inversiones para construir paneles solares fotovoltaicos. Asimismo, se firmó un memorándum de entendimiento para la realización de una alianza privada con vistas a la elaboración de un proyecto en el ámbito del programa de integración del Amazonas legal para renovar y ampliar el sistema actual de protección del Amazonas (SIPAM). Para reforzar la importancia de la alianza, la presidenta afirmó que la declaración bilateral sino-brasileña sobre el cambio de clima refleja “nuestro compromiso con la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y la determinación de actuar de forma coordinada en el ámbito del BASIC (Brasil, Sudáfrica, India y China), cuyo objetivo es el éxito de la 21º Conferencia de las Partes (COP 21), que será realizada en diciembre en París”. Acompañado por 200 empresarios, el primer ministro de China Li Keqiang desembarcó en Brasilia este lunes, 18 de mayo, para realizar una gira por cuatro países de América Latina: Brasil, Colombia, Perú y Chile. Juntos, dichos países representan el 57% del total de los productos comercializados el año pasado entre China y el subcontinente. Finalizando su visita de nueve días por América Latina, el premier chino dará un discurso en la apertura de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). “Con mi visita, espero incentivar la amistad entre China y Brasil y profundizar nuestra cooperación”, afirmó el Premier, en una rápida declaración a Diálogo Chino, apenas llegado en Brasilia. Después de firmar los acuerdos con Brasil, Li Keqiang enfatizó la necesidad de su país de intensificar las relaciones con la séptima economía del mundo y el país más importante de América Latina, tal como lo es China en su región. Más allá de otras afinidades que existen entre ambos países, el premier insistió en hablar de la lucha contra el cambio climático, afinidad que ambos comparten. “Nuestra relación tiene un enorme potencial y tiene que crecer todavía más. Nuestra amistad es eterna”, dijo el Primer Ministro luego de invitar a la presidenta Dilma Rousseff una vez más a visitar China, visita que se realizará en 2016. Durante todo ese día y en la mañana del martes, las delegaciones de ambos países se dedicaron a negociar para cerrar la mayor cantidad de acuerdos posibles en las áreas de infraestructura, energía, financiera, siderúrgica y agro negocio. “Esta visita es un punto de inflexión en las relaciones entre Brasil y China”, afirmó Sergio Amaral, presidente del Consejo Empresarial Brasil-China, quien, en conjunto con el gobierno brasileño, organizó las reuniones de trabajo entre más de 400 empresarios de ambas partes. Según él, una de las principales diferencias entre esta visita y la anterior, hecha por el presidente de China, Xi Jinping, el año pasado, es el perfil de las empresas chinas. En la actual visita el 35% de las empresas son privadas, contra un 10% en 2014. Según el ex-embajador de Brasil en Londres, otro cambio es el que indica el significativo aumento del número de constructoras y bancos que acompañan a Li Keqiang. “El nuevo capítulo de la relación Brasil-China se llama alianza”, opina Amaral, que afirmó que ambos países ya pasaron del punto del conocimiento mutuo y se encuentran en la fase de los pasos concretos. China es el principal aliado comercial de Brasil desde 2009. En 2014 el volumen de negocios realizado entre ambos países fue de US$ 77.900 millones con un superávit del US$ 3.300 millones para Brasil. China compra básicamente mineral de hierro, petróleo y soja brasileños, al igual que lo hace con el resto de los países latinoamericanos, porque necesita de recursos naturales, que en su país son escasos. Perú y Chile son los grandes proveedores de cobre de los chinos. Estos prevén invertir un total de US$ 19 mil millones en minería y Perú, que concentra la mayor cantidad de población china de América Latina, recibirá un tercio de los nuevos proyectos. El año pasado China invirtió US$ 22.100 millones en América Latina. Este número supera en un 71% al número prestado en 2013 y supera la suma de las cantidades prestadas por el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo.