Las empresas chinas entraron con todo en el mercado brasileño cuando el gobierno, al bajar el impuesto sobre el producto industrializado (IPI), incentivó a la población a comprar autos. Se produjo una explosión de ventas en el sector. Por lo menos 10 fábricas chinas se instalaron en Brasil hasta finales de 2014, cuando la presidenta Dilma Rousseff empezó a cambiar la política económica. Como resultado, actualmente la industria automotriz vive un momento de retracción de la demanda, después de años de pujanza en las ventas y de nuevas inversiones en unidades industriales. El cuadro actual afecta directamente al corazón de las montadoras chinas, que apostaron al mercado brasileño y cuyos productos se venden en Brasil a precios competitivos en relación a los modelos tradicionales. Hay por lo menos 10 fábricas operando en el país: JAC Motors, Effa, Chery, Rely, Jinbei, Hafei, Lifan, Byd, Changan e Geely. Entre ellas, JAC Motors y Chery están más avanzadas en lo relativo a la instalación de fábricas y experimentan el desafío de afirmarse en un mercado extremadamente competitivo y cuyas reglas son cada vez más rígidas para con los productos de fabricación nacional. “En un escenario en el cual el gobierno puede conceder a las empresas beneficios a futuro, es importante que estos vengan acompañados de contrapartidas orientadas al aumento de la eficiencia energética vehicular”, destaca un estudio realizado por la Coppe-UFRJ, una de las instituciones de investigación en el área energética más importante del país ligada a la Universidad Federal de Río de Janeiro y a Greenpeace. Dichas entidades resaltaron que, cuando el gobierno brasileño redujo el IPI de modo considerable, durante la crisis financiera mundial, sin exigir una contrapartida de las montadoras, éste perdió una excelente oportunidad para iniciar un ambicioso programa de aumento de la eficiencia energética”. Con una flota de 86,7 millones de vehículos, de los cuales 47,9 son automóviles, Brasil enfrenta graves problemas de contaminación del aire por causa de las emisiones de los automotores. El 95% de la contaminación atmosférica es provocado por los vehículos movidos a combustibles fósiles. Datos del Inventario Nacional de Emisiones Vehiculares, perteneciente al Ministerio del Medio Ambiente, demuestran que los automóviles siguen siendo los principales contaminantes del aire en las grandes ciudades, a pesar de la implementación de programas que tratan de controlar la contaminación ocasionada por los vehículos automotores. Uno de ellos es el programa de rotación de vehículos según el número de placa, implementado en 1997 en la ciudad de San Pablo, que posee una flota de 7 millones de vehículos. El otro es el llamado Proncove, Programa de Control de la Contaminación del Aire en Vehículos Automotores. En vigor desde el inicio de la década del noventa del siglo anterior, dicho programa establece la adopción de catalizadores y dispositivos de retención de vapores de combustibles en los diferentes modelos de automotores y su implementación forzó la salida de línea de los motores anticuados que no se encuadran dentro de los límites de contaminación y emisiones, que se produjo en 2014. Según informe de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), la contaminación por material particulado y ozono será, hasta el 2050, la principal causa de muerte mundial relativa al medio ambiente. En 2011, la contaminación atmosférica fue responsable por la muerte de dos millones de personas en todo el mundo (el 65% en Asia), un crecimiento superior al 200% por sobre el registrado en la década anterior, cuando el número era de 800 mil. En Europa, la cifra asciende a 310 mil muertes prematuras, cuyo costo varía entre los 427 y 790 mil millones de euros. Según la Asociación Brasileña de Empresas Importadoras y Fabricantes de Vehículos Automotores (ABEIFA), en febrero se registró una retracción de un 22,9% en el total de unidades patentadas, en comparación con enero (5.764 contra 7.478), y de un 32,5% en relación a febrero de 2014, cuando fueron patentadas 8.544 unidades. Esto sucede en un momento en el que el país enfrenta una importante coyuntura económica negativa, con altos índices de inflación, que en los últimos 12 meses fueron de aproximadamente un 8%, el real se ha desvalorizado en relación al dólar, altas tasas de interés y una caída en el índice de confianza del consumidor. Abeifa considera que durante el primer semestre se mantendrá el complicado ritmo actual, ya que el desempeño de las empresas es asociado con buenos índices macroeconómicos que, según parece, demorarán a restablecerse. “Hacer cualquier comentario sobre la reacción del mercado es prematuro”, afirma Marcel Visconde, presidente de Abeifa. Si se suma el aumento de la oferta a los bajos ingresos y a una economía que viene patinando, el resultado es una caída en las ventas. A ese cuadro de situación se suma el hecho de que Brasil experimenta una oferta sin precedentes en la variedad de marcas y modelos para todos los gustos y bolsillos. Como parte de la política brasileña de priorizar la fabricación nacional, el gobierno decidió restringir la importación de modelos elevando el IPI, uno de los impuestos más relevantes del mercado, en un 30 por ciento. La medida se suspendería para aquellas automotrices que se encuadren en un programa de instalación de nuevas fábricas en el país. El llamado Innovar Auto es, según la definición oficial, un régimen cuyo objetivo es “crear las condiciones para que la competitividad del sector automotor aumente, se produzcan vehículos más económicos y seguros, se invierta en la cadena de provisión, ingeniería, tecnología industrial básica, investigación y desarrollo y capacitación de proveedores”. Dicho programa tendrá validez hasta 2017. Además, Inovar Auto establece un descuento de hasta dos puntos porcentuales en el IPI para aquellas empresas que reduzcan todavía más las emisiones, quedando éstas abajo del valor de 1,82 MJ/km, lo que correspondería a una mejoría de un 12% en las emisiones de 2011. “Nos sentimos muy cómodos en relación al incentivo de la búsqueda de nuevas tecnologías, pues inclusive antes de redactar Innovar Auto, junto con la instalación de la fábrica, ya habíamos previsto instalar un Centro de Investigación y Desarrollo”, afirman representantes de la automotriz china JAC, que instalará una fábrica en el noreste brasileño. El descuento sería progresivo y tendría validez entre 2017 y 2020: los dos puntos porcentuales serían concedidos a vehículos con una emisión de 1,68 MJ/km, es decir, que reduzcan sus emisiones en un 20%, una meta equivalente a la europea. “El mercado automotor brasileño es visto como una prioridad para nuestra empresa, que por primera vez invierte en una fábrica de automóviles 100% completa fuera de China”, destaca Luis Curi, vicepresidente de Chery Brasil, empresa que vendió 9.547 vehículos en 2014, 1.522 más que los 8.025 de 2013.