Hoy, representantes gubernamentales de todo el continente americano y más allá se reúnen en Guayaquil, Ecuador, para la reunión anual del Grupo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que incluye tanto al BID como a su brazo de préstamos del sector privado, BID Invest.
Se podría exculpar a los lectores si no sabían absolutamente nada sobre esta reunión, que había sido programada originalmente en Chengdu, China, en marzo, pero finalmente fue cancelada dramáticamente tras una pelea sobre quién debería representar a Venezuela. Como resultado, el evento de este año se perfila como un asunto más privado.
El comunicado de prensa para el evento de este año no menciona a los miembros de la comunidad empresarial y de la sociedad civil, constituyendo una desviación del patrón de años anteriores e incluso del anuncio de la reunión original.
Asunto privado
El cauteloso enfoque del BID es quizás una reacción comprensible ante el desacuerdo público que llevó a la cancelación de la reunión original del 2019 en China. Ese encuentro, que conmemora el 60 aniversario de la institución y el décimo aniversario de China como miembro, se anunció con mucho entusiasmo.
la participación de la sociedad civil en la reunión del BID es más importante este año que en el de cualquier otro año reciente
Pero la reunión fue cancelada en el marco de un desacuerdo sobre quien debería asistir al encuentro, si debiera ser el representante de Nicolás Maduro, quien es reconocido por China y por varios otros miembros del BID, o Ricardo Hausmann, miembro de oposición encabezada por Juan Guaidó y un resonante crítico de las finanzas chinas en América Latina.
El desacuerdo se intensificó en medio de una advertencia lanzada por los Estados Unidos en la cual instaba a la unión de sus aliados regionales y a “forzar el quórum” si Hausmann no era invitado. El IDBG canceló la reunión. Después de un fracaso tan dramático en la convocatoria, era razonable esperar que el Grupo del BID buscara un contexto más moderado esta semana para retornar paulatinamente al negocio de la financiación del desarrollo.
Sin embargo, la participación de la sociedad civil en la reunión del BID es más importante este año que en el de cualquier otro año reciente. El BID y el BID Invest están revisando sus salvaguardas ambientales y sociales. Desafortunadamente, la consulta pública en este proceso es relativamente limitada.
120
el número de días que estará abierto el período de revisión de las salvaguardas del BID
En comparación, cuando el Banco Mundial revisó recientemente sus propias políticas de salvaguardia, la adopción tomó más de tres años e incluyó varias rondas de consultas públicas. El IDBG ha planificado un período de revisión de 120 días. Las reuniones anuales están programadas para realizarse en el marco de este período. Sin embargo, el BID rechazó una solicitud de coalición de grupos de la sociedad civil para una consulta en Guayaquil.
La transparencia y el compromiso son cruciales
Podría decirse que hoy en día las garantías de los bancos de desarrollo deben su existencia a la intervención de la sociedad civil. A principios de la década de 1980, el Banco Mundial prestó más de USD $ 400 millones a Brasil para el proyecto Polonoroeste, más tarde denominado como el “caso paradigmático” de la financiación problemática de desarrollo.
Polonoroeste, un programa de expansión de carreteras y productos agrícolas en la Amazonía atrajo a medio millón de colonos a los bosques de reciente acceso, impulsando una dramática deforestación y el desplazamiento de las comunidades tradicionales.
En 1985 después de una movilización intensiva y transnacional por parte de la sociedad civil y académicos, el Banco Mundial suspendió su apoyo y el BID se negó a ofrecer apoyo. A raíz de esta presión internacional, tanto el Banco Mundial como el Grupo BID empezaron a adoptar los antecedentes de las salvaguardas del hoy.
Desde entonces, el compromiso de la sociedad civil ha sido crucial para garantizar el desarrollo y el éxito. Entre las reformas más importantes introducidas por el Banco Mundial y el Grupo BID se encuentran las garantías de consentimiento libre, previo e informado (CLPI) y su forma más débil, la consulta previa (CP) con las comunidades indígenas afectadas.
La investigación exhibe una importante tala de bosques durante la pavimentación financiada por el BID de la carretera Montero-Yapacaní de Bolivia, a pesar de las reglas explícitas en su contra
Aunque la CP y el CLPI pueden considerarse salvaguardias “sociales”, también tienen importantes beneficios ambientales. Por ejemplo, la investigación que he realizado exhibe que las garantías de CP están asociadas con una disminución significativa en la deforestación relacionada con proyectos en los países de la cuenca del Amazonas. La incorporación de las voces de las comunidades afectadas es una parte indispensable para garantizar la sostenibilidad ambiental y social de los préstamos destinados al desarrollo.
La reforma de salvaguardia del BID 2019 comenzó de manera prometedora. Surgió de una autoevaluación valiosa e inquebrantable de las salvaguardas actuales de la Oficina de Evaluación y Supervisión del banco. La evaluación recomienda marcos de salvaguarda revisados que enfaticen la cohesión, la claridad y la implementación de sus estándares ambiciosos, pero a menudo sin una aplicación concreta.
Estos hallazgos hacen eco en el marco de una investigación conjunta realizada por la Universidad de Boston, FLACSO-Ecuador, INESAD (Bolivia) y la Universidad del Pacífico (Perú) que muestran como los estándares del BID son ambiciosos por naturaleza, pero a menudo en la práctica no previenen daños a las comunidades y a los ecosistemas.
La investigación de INESAD exhibe una importante tala de bosques durante la pavimentación financiada por el BID de la carretera Montero-Yapacaní de Bolivia, a pesar de las reglas explícitas del BID en su contra. Entre las principales razones sobre las deficiencias en el desempeño, tanto en los proyectos del BID como en sus homólogos en la financiación del desarrollo, se encuentra que las comunidades afectadas son consultadas demasiado tarde para obtener efectividad en sus aportes y, a menudo, quedan excluidas de los procesos de supervisión y cumplimiento porque las instituciones no son lo suficientemente transparentes.
Las preocupaciones sobre la transparencia no se limitan al BID. Este problema surgió como uno de los puntos más importantes en todos los estudios de caso de bancos de desarrollo en Ecuador, Bolivia y Perú.
También surgió como la principal recomendación para la financiación de infraestructura china en la Amazonía en un importante proyecto de colaboración, con aportes por parte de las partes interesadas en toda la cuenca del Amazonas. Nuestra investigación muestra que el sector de financiamiento para el desarrollo en su conjunto necesita una mayor transparencia y no una menor.
¿Más tranquilo sin estar cerrado?
Dado el rol crucial que las ONG y las comunidades afectadas han desempeñado en el establecimiento y el éxito de las salvaguardias del Grupo BID, es desalentador que el Grupo BID se haya negado a reunirse con representantes en torno a la reforma propuesta en Guayaquil.
Si bien un asunto privado puede ser la opción correcta para volver a los negocios después de la tensión de alto perfil entre China y los Estados Unidos sobre Venezuela, es importante mantenerse abierto a las discusiones públicas.
Afortunadamente, las ONG siguen trabajando esta semana para lograr una participación activa en las salvaguardas del BID. El Centro de Información Bancaria, por ejemplo, ha emitido una convocatoria directa para una “consulta sólida, significativa e inclusiva” en torno a la adopción de las normas revisadas.
Una coalición de grupos también celebrará un foro público sobre las nuevas salvaguardas que coinciden con las reuniones del Grupo BID. El BID sería prudente para aprovechar la oportunidad y enviar un representante. Una vez que se hayan aprobado las nuevas salvaguardas, el IDGB seguramente querrá emitir este mensaje después de toda la controversia y su giro hacia una practicidad cautelosa, en la cual aprendió las lecciones y abrazó el diálogo abierto.