A pesar de las expectativas de un mayor desarrollo, el sector del litio en Argentina y Chile se está viendo afectado por la expansión del coronavirus. Proyectos en desarrollo se encuentran frenados por la cuarentena obligatoria, mientras que inversiones significativas ya fueron canceladas.
Argentina, Chile y Bolivia son parte del llamado “tríangulo del litio” de América del Sur, una de las regiones del mundo con mayor concentración del mineral. El mismo es central para la expansión de los vehículos eléctricos, cuya demanda se espera que se incremente en los próximos años.
110,000
toneladas menos de litio van a ser producidas este año por el coronavirus
A partir de la cuarentena implementada, se espera que la producción de litio caiga a nivel global 110,000 toneladas este año, lo que representa una pérdida de US$960 millones, de acuerdo a la consultora inglesa Roskill. En Argentina, la producción caería un 35% y en Chile un 20%.
No sólo proyectos ya en desarrollo se encuentran frenados sino también inversiones planificadas fueron demoradas o canceladas, en varios casos de empresas chinas. China es hoy el primer consumidor de litio a nivel mundial, principalmente para la elaboración de baterías.
Mientras que Chile es un país minero con amplio desarrollo y exportaciones de U$40.000 millones por año en minerales, Argentina todavía tiene un incipiente desarrollo minero – con exportaciones US$3.700 millones. El gobierno busca un mayor desarrollo y espera que el litio sirva en ese sentido.
“La produccción del litio es altamente vulnerable al tipo de disrupciones que puede causar una pandemia como el coronavirus”, sostuvo Emily Hersh, economista especializada en el mercado del litio. “La cuarentena va a afectar a la industria a nivel general”.
Argentina pisa el freno
Argentina se encuentra bajo una estricta cuarentena obligatoria desde fin de marzo para frenar el coronavirus. Si bien la minería es una de las actividades exceptuadas de la cuarentena, el transporte terrestre y aéreo se encuentran frenados en todo el país, por lo que los trabajadores no pueden trasladarse.
“Las empresas productoras han hecho esfuerzos para reiniciar sus exportaciones. Pero la demanda es muy baja, todo está frenado”, sostuvo Alberto Carlocchia, presidente de la Cámara de Minería de Argentina. “Los principales proyectos mineros están trabajando a menos del 50% de su capacidad”.
El litio se extrae principalmente en las provincias de Jujuy, Catamarca y Salta en el norte del país. Actualmente son dos los salares en operación: Olaroz en Jujuy y Hombre Muerto en Catamarca. Las exportaciones del mineral fueron de US$250 millones en 2019.
El proyecto Caucharí-Olaroz, que pertenece en partes iguales a la empresa canadiense Lithium Americas y a la china Ganfeng Lithium, pausó su construcción en marzo debido a retrasos en la entrega de equipos que debían llegar de China. En vez de fin de año, ahora se espera que la mina este lista en 2021.
“Estamos evaluando el impacto de Covid-19 en el programa de desarrollo, incluidas las discusiones con todos los proveedores y agentes de carga en el cronograma de entrega, para evaluar el impacto en el cronograma y desarrollar estrategias de mitigación”, sostuvo la empresa.
En Catamarca, la empresa estadounidense Livent Corporation, que controla el proyecto Fenix en Catamarca, ya en operación, decidió “colocar en revisión” sus planes de expansión de capacidad. Livent espera una menor demanda del mineral y menores precios.
Del mismo modo, la empresa francesa Eramet también decidió cancelar un proyecto de US$600 millones para extraer litio en el salar Centenario-Ratones en la provincia de Salta. Eramet ya había invertido US$140 pero a partir del coronavirus y el contexto económico de Argentina, cerca de un nuevo default, frenó sus planes.
“Hay una clara baja de velocidad en el sector del litio. Hay proyectos en construcción que desaceleraron fuerte y están practicamente parados. Las empresas no saben cuál será el futuro del sector en Argentina”, sostuvo Julio Ríos Gómez, geólogo y ex presidente del Servicio Geológico Argentino.
Similares preocupaciones en Chile
Chile es el segundo mayor productor de litio del mundo, solo precedido por Australia. El país posee alrededor del 22% de las reservas mundiales del mineral. El año pasado, su producción ascendió a las 16.000 toneladas, todas salidas de los salares en el desierto de Atacama.
Actualmente solo hay dos empresas que extraen litio aquí: la estadounidense Albemarle y la chilena a Sociedad Química y Minera de Chile (SQM). En 2018, el grupo chino Tianqi Lithiu, uno de los mayores productores de litio del mundo, compró 24% de las acciones de SQM por US$4.000 millones.
La producción de SQM en Chile se mantiene mayormente estable pero la empresa afirmó que la caída en la demanda del mineral podría obligarlo a ajustar sus planes para este año. SQM planeaba invertir US$330 millones para expandir su producción pero el proyecto ahora están en revisión.
Desde la venta de las acciones en SQM, los precios del litio han bajado un 70% y la expectativa no es buena para este año. Tianqi espera una pérdida de US$131.7 millones en la primera mitad del año, luego de ya haber perdido US$848 millones en 2019, de acuerdo a sus resultados financieros.
“A medida que continuamos evaluando el entorno económico global cambiante y los impactos que podría tener en el crecimiento de la demanda de los negocios en los que vendemos, podemos encontrar prudente retrasar o modificar nuestro plan de gastos para este año”, sostuvo Alberto Salas, presidente del directorio de SQM.
El ministro de Minería, Baldo Prokurica, ha instado a las mineras a reducir el personal en terreno y minimizar el traslado de trabajadores. Las empresas extendieron los turnos a 14 días de los 7 habituales para reducir la exposición por los traslados. Además, mantienen a los trabajadores en cuarentena preventiva a su regreso.
Chile registró una caída del 38,5% en el valor de sus exportaciones de litio del primer trimestre, según datos aduaneros. Líderes indígenas en la región de Atacama han pedido a las empresas que cierren sus operaciones para evitar la propagación del virus. Sin embargo, esto todavía no ha ocurrido.
