Los países de América Latina ya empezaron a entrar en la parte más aguda de la pandemia del nuevo coronavirus. Mientras la luz al final del túnel todavía parece distante, muchos quieren aprender de China, que hace meses que ya dejó atrás la etapa más difícil de la pandemia.
Por eso, Tatiana Rosito, coordinadora del Grupo de Análisis sobre China del Centro Brasil de Relaciones Internacionales (CEBRI), invitó a Qu Yuhui, ministro-consejero a cargo de asuntos políticos de la Embajada de China en Brasilia, a conversar sobre cuáles son los desafíos de la pandemia y sobre las oportunidades de cooperación. La conversación se llevó a cabo en abril.
A continuación, reproducimos algunos pasajes de la conversación, que fue publicada en formato de video por el CEBRI. Además de seleccionar los pasajes, los dichos fueron editados para hacerlos más objetivos y para facilitar la comprensión de los lectores.
Tatiana Rosito: Para dar inicio a esta conversación, creo que sería interesante que compartiera con nosotros cómo está siendo la experiencia actual en China.
Qu Yuhui: Si hablamos de la situación actual en China, del coronavirus, debemos decir que ahora está mucho mejor que hace tres, cuatro semanas… Pero ahora también estamos focalizados en tratar de impedir que haya casos importados. Porque, caso contrario, los esfuerzos que se hicieron habrán sido desperdiciados.
La concertación internacional llega en forma tardía
TR: Ahora empieza un tiempo de mayor coordinación a nivel internacional. Ya veníamos contando con el trabajo activo de la OMS. Lo que se observa es una coordinación todavía incipiente, pero bienvenida, de los líderes mundiales, tal vez de una manera algo tardía, porque la actual crisis también difiere de la recesión de 2008-2008… Pero, ¿existe alguna posibilidad de que China haga un paquete de apoyo de la magnitud de aquel de casi 600 mil millones de dólares que dio durante aquella crisis financiera?
QY: Habitualmente no suelo ser pesimista, pero esta vez no soy muy optimista con relación al escenario futuro, porque este escenario es diferente al de 2008, cuando el mundo sufrió una crisis fundamentalmente financiera; creo que esta vez sufrirá varias crisis.
Creo que la crisis financiera ya se está delineando… Y esta vez probablemente tengamos una recesión de la economía real, porque estamos siendo afectados no sólo del lado de la oferta, sino también del de la demanda, debido al coronavirus. Las medidas que muchos países tomaron, como inyectar más liquidez de capitales, también pueden servir en el corto plazo, pero nadie puede prever cuáles serán sus resultados en la economía mundial en el corto, mediano y largo plazo.
Por otro lado, también tenemos factores políticos. Entiendo que la geopolítica se ha complejizado mucho en relación al 2008: en el mundo actual, las voces del proteccionismo, del populismo, del unilateralismo y del conservadurismo se han elevado mucho, se hacen oír de una forma muy vívida. Y la concertación internacional llega en forma tardía. Por lo tanto, todos estos factores hacen que estemos viviendo un momento extremadamente complejo…
Pero bueno, creo que la buena noticia es que la comunidad internacional finalmente está logrando tomar, o empezar a tomar, algunas medidas para tratar de analizar e interpretar mejor la situación. Esa cumbre extraordinaria del G20 es una buena noticia [la reunión fue cancelada más tarde], la conferencia telefónica entre el presidente Xi y el presidente Trump es otra buena notica, obviamente también tenemos la conversación entre el presidente Xi y el presidente Jair Bolsonaro.
Creo que la comunidad está más consciente de la necesidad de que exista una mayor concertación internacional, para que respondamos juntos. Pero tenemos que hacer mucho más. ¿Cómo podemos producir en forma conjunta políticas macroeconómicas que puedan ser más sensatas? Porque no se trata solamente de aumentar la inversión, de imprimir más dinero…
TR: Una de las cuestiones que discutimos bastante en el CEBRI y en el grupo China el año pasado fueron justamente las consecuencias que la guerra comercial, que ahora parece algo distante ante todo lo que estamos viviendo… En primer lugar, si la etapa 1 del acuerdo con Estados Unidos se mantiene… Y cómo hacer para que ese acuerdo, si es posible, no tenga lugar en detrimento de otros socios comerciales, y también siga reglas de la OMS…
QY: La situación evolucionó tan rápido que un tema que llamaba tanto la atención ya fue olvidado por casi todos, me refiero al acuerdo comercial entre China y Estados Unidos, en su etapa 1. Creo que el coronavirus seguramente va a impactar en la implementación de este acuerdo… Sinceramente, no sé… Pero, yo diría que, como mínimo, no es la prioridad número uno en las relaciones entre China y Estados Unidos. La prioridad número 1 es cómo China y Estados Unidos pueden colaborar, coordinarse en lugar de competir en la lucha contra el coronavirus. Por lo tanto, todavía existen una serie de dudas sobre la etapa 1 del acuerdo entre China y Estados Unidos…
TR: En relación al flujo normal del comercio, a inversiones, ¿Han tenido alguna noticia sobre interrupciones?
QY: Nosotros sólo tenemos los datos de los dos primeros meses. Y nos parece algo sorprendente, porque no está siendo muy afectado por el coronavirus… También creo que no podemos ser tan optimistas con respecto a este año. Seguramente habrá algunos impactos, con reducción de transporte, intercambio de personas. En el área de inversiones no sé, pero tal vez sufra algunas dificultades este año.
Esta pandemia hace todavía más evidente la necesidad de mejorar y de reformar el sistema de gobernanza mundial.
TR: Hay quien habla de la “diplomacia de la máscara”, pero tal vez lo importante no sea tanto esa cooperación humanitaria, sino cuáles serán sus efectos en el mediano y largo plazo, de los espacios que China puede ocupar. ¿Cómo ve eso la diplomacia china?
QY: En primer lugar, a China no le interesa provocar una discusión sobre cuál sería el mejor modelo de gobernanza, porque el mundo es muy grande, hay infinidad de culturas; cada país posee su propia historia y no tiene mucho sentido convencer a los otros países de que su modelo de gobernanza o su régimen es el mejor…
Pero, por otro lado, si podemos discutir, intercambiar experiencias sobre nuestras maneras de tratar algunos problemas, entonces tiene sentido, sobre todo en los temas internacionales, en los temas globales, entonces podemos ver cuál sería la solución más sensata y eficaz para enfrentar ciertos problemas. Por ejemplo, una de las cuestiones es si vamos a mejorar un poquito nuestra gobernanza global… Ese tema sí le interesa a China. Porque China no ve al actual sistema de gobernanza mundial global como un sistema totalmente perfecto, pero sí entiende que todavía hacen falta muchas reformas, todavía hay mucho para mejorar. Y esta pandemia hace todavía más evidente la necesidad de mejorar y de reformar el sistema de gobernanza mundial.
TR: ¿El BRICS es un ejemplo de eso?
QY: Es un ejemplo. Tal vez en ese espacio podríamos hacer algunas comparaciones sobre cuáles serían las políticas internacionales que puedan atender mejor las necesidades, para dar mejores respuestas ante las emergencias… Creo que en este contexto tal vez podamos construir una discusión no necesariamente conflictiva, sino constructiva. Sobre cómo la comunidad internacional puede, en forma conjunta, responder mejor a cuestiones tan graves como el coronavirus…
Sin la cooperación entre China y Estados Unidos, entiendo que el mundo no va a poder ganar esta batalla.
Justamente, la intención de China es introducir este tipo de discusión, no necesariamente como una provocación hacia los otros, o para demostrar que China es mejor que los demás, pero sí provocar esa discusión para que, poco a poco, la comunidad logre construir algunos consensos por el bien de la mayoría. Eso también tal vez se inserte un poco en el concepto que China viene defendiendo con mucha fuerza en los últimos años, la humanidad con un futuro compartido. Parece una utopía, pero ante el escenario actual de coronavirus, tal vez podamos hacer otra lectura de este concepto, en lugar de sea algo utópico; pero llega un día en el que realmente debemos pensar un poco mejor sobre cómo podemos compartir nuestra vida, ¿no?
TR: Queriendo o no, eso existe… Es una comunidad con un futuro compartido.
QY: Sí, para bien o para mal.
TR: Esta conversación está siendo muy interesante. Quería agradecerte, y aprovecho la oportunidad para preguntarte si quieres dejarnos algún mensaje.
QY: En primer lugar, por nuestra experiencia debemos darle la debida atención e importancia a esa cuestión… Las medidas rigurosas no necesariamente son suficientes para terminar ya con el coronavirus, pero sí para ganar tiempo, para que podamos hacer investigación, usar los medios tecnológicos, encontrar soluciones, y para que nuestra economía no sea tan afectada.
En segundo lugar, creo que se puede vencer a esta pandemia… En tercer lugar, creo que debemos buscar un camino equilibrado en la lucha contra el coronavirus y en el desarrollo socioeconómico; no son contradictorios… Y, en cuarto lugar, creo que la cooperación internacional es fundamental. Sobre todo, en este momento, hay muchas dudas, en especial con relación a China y Estados Unidos, las dos economías más importantes del mundo. Creo que el mundo entero desea ver un esfuerzo conjunto entre las dos primeras economías globales, en lugar de una disputa innecesaria entre China y Estados Unidos. Es algo que China desea hacer…
Sin la cooperación entre China y Estados Unidos, entiendo que el mundo no va a poder ganar esta batalla. Por la interdependencia que existe entre ambas economías. Por el elevado grado de cooperación que existe entre ambas. En este proceso, me parece que Brasil también puede tener un rol importante. Es decir, Brasil siempre ha mantenido una política exterior independiente, equilibrada, ¿no es verdad? Tatiana, tú lo sabes mejor que yo. Y si sigue manteniendo este tipo de política externa, creo que también podrá ayudar para que exista un acercamiento entre China y Estados Unidos. Y eso va… en fin, eso va a beneficiar a toda la comunidad internacional.