2019 fue un año récord para la industria camaronera del Ecuador en China. Con 767 millones de libras exportadas y ventas por 1.986 millones de dólares, ese país se convirtió en uno de los mercados más importantes para el sector camaronero de Ecuador.
Este año China está volviendo a ser un mercado esencial para los camarones ecuatorianos, pero por otra razón distinta. La acuacultura de Ecuador sufrió un fuerte golpe económico a causa de las disrupciones causadas por el Covid-19 al comercio global, al tiempo que se empezaban a multiplicar en el país muertes por cuenta de la pandemia.
Pese a que las ventas a China cayeron dramáticamente a comienzos de año a causa del Covid-19, se están recuperando y, de hecho, acaban de marcar un repunte histórico de 95 millones de dólares en las exportaciones de abril, según las cifras de la Cámara Nacional de Acuacultura (CNA) con base en los registros del Banco Central del Ecuador. Ese logro permite a los camaroneros mitigar el golpe que ha supuesto la caída de ventas a Estados Unidos y Europa por unos 60 millones de dólares.
La industria camaronera del Ecuador en tiempos de Covid-19
Ecuador fue uno de los primeros países de América Latina en sufrir las consecuencias más graves de la enfermedad causada por el nuevo coronavirus, con más de 40 mil casos confirmados y más de cinco mil muertes entre confirmadas y sospechosas de Covid-19 hasta el 4 de junio, según el Ministerio de Salud.
Al tiempo que el país enfermó, su economía también empezó a ver afectaciones dramáticas. “Hasta el momento llevamos cerca de 12 mil millones de dólares de impacto, de lucro cesante comercial en el Ecuador. De eso pues, obviamente, los sectores más afectados son el turístico, el comercial, el industrial y también el sector agrícola y exportador”, dijo el ministro de Comercio Exterior, Iván Ontaneda, en entrevista con Diálogo Chino.
El sector camaronero, el segundo más importante para Ecuador después del petróleo, logró mantener una parte de sus operaciones activas, desde que se declaró la emergencia sanitaria, pero ha sido uno de los más golpeados entre los que exportan.
En Esmeraldas, una de las provincias en el Pacífico con producción camaronera, los propietarios de piscinas de crianza del crustáceo tratan de mitigar los estragos de la crisis sin reducir las plazas de trabajo.
“Con los precios bajos, hay que sacar la libra por hectárea con menores costos, ahí haciendo milagros. Viendo cómo se hace. En todo caso está bastante difícil la situación”, dice Marcos Tello, presidente de la Asociación de Productores Camaroneros del Norte de Esmeraldas (Aprocane), que representa a unos 30 propietarios de piscinas, que suman 700 hectáreas.
A la caída en las ventas se suma que la cadena de suministro se ha afectado, sobre todo quienes les proveen larvas desde la provincia de Santa Elena.
50%
el descenso estimado de la producción de larvas de camarón en Ecuador desde el brote de covid-19
“Nosotros evidenciamos lo que está ocurriendo. Ya se ve la escasez de la larva. Estimo que la producción de la larva ha disminuido en un 50%”, advierte Tello, añadiendo que han debido esperar hasta 15 días para que les envíen los pedidos y que eso genera fluctuaciones en la producción de camarón.
La escasez de insumos, como el balanceado para alimentar al camarón, se sintió con mayor fuerza en marzo, cuando se declaró la emergencia en el Ecuador y justo antes del pico de la pandemia. “Las cuarentenas que se realizaban en todos los cantones al principio perjudicaron la cadena de logística hacia nuestras camaroneras”, dice Mónica Mora, productora primaria de la zona de Jambelí, en El Oro, en el sur del país.
“De manera general, de todo el tema del camarón, sea entero o sin cabeza, hubo por lo menos un 30% de la reducción del precio que el productor recibía (por la oferta alta y reducción de mercados de destino). Estamos teniendo un precio de un 30% menos”, lamenta Mora, quien pide a las autoridades que regulen los valores de los insumos para producir.
Estos problemas remecieron al sector que necesitaba recuperarse desde septiembre del año pasado, luego de que varias empresas exportadoras fueron suspendidas por China, debido a que –como contó Diálogo Chino- el país asiático habló de posibles envíos contaminados por la enfermedad de la mancha blanca.
Esto generó una desaceleración de las exportaciones hacia ese país, que luego se acentuó cuando el Covid-19 paralizó a China desde diciembre. En total, las exportaciones allí bajaron de 271 millones de dólares en noviembre a 157 millones en diciembre. Hubo repuntes hasta los 169 millones de dólares en enero y 182 millones en febrero, pero en marzo volvió a verse un retroceso hasta los 160 millones de dólares.
Se reabre el mercado chino
En abril, sin embargo, se reanudaron con fuerza las ventas a China, tras el control de los principales focos de infección de Covid-19 en ese país, la reactivación de las actividades productivas y, crucialmente para Ecuador, el consumo interno de alimentos.
“¿Por qué hay esta aceptación del camarón ecuatoriano? Primero por el tema del tamaño, del sabor, de las bondades en el tema alimenticio. Y un detalle muy importante a considerar es que en China existe en la actualidad de una clase media de 600 millones de personas. Esta clase media es un grupo de la población que tiene un poder adquisitivo que le permite comprar productos importados”, explica Gustavo Cáceres, presidente de la Cámara de Comercio Ecuatoriano China.
En total, las ventas de abril a China sumaron 255 millones de dólares por 104 millones de libras exportadas, una cifra que el portal especializado en comercio exterior Undercurrent News calificó de récord.
Sin embargo, José Antonio Camposano, presidente de la Cámara Nacional de Acuacultura (CNA) ecuatoriana, prefiere ser cauto ante las afectaciones económicas que aún sufre el sector.
“Tuvimos un mes de ventas algo superiores en China debido al cierre de otros destinos por el brote de Covid-19, pero no se puede hablar de récord ni de recuperación en 2020. La industria está operando a un 90% aún”, dijo a Diálogo Chino.
Pese a la crisis, asegura, se siguen sosteniendo los 261.000 empleos directos e indirectos de la cadena de producción e incluso “se ha contratado personal eventual para que cubra las labores de quienes deben guardar descanso para recuperar su salud, con el fin de cuidar su puesto de trabajo para cuando se reintegren”. El uso de mascarillas y otras prendas de bioseguridad, afirma, se ha convertido en parte del uniforme del personal administrativo y de campo.
Para el directivo de la CNA, el sector camaronero posiblemente dejará de facturar entre un 10% y 15% de las ventas comparado con el 2019. Esa caída se la atribuye al cierre temporal de hoteles y restaurantes, actividades que representan casi el 50% de las ventas de camarón en los países importadores, por cuenta de la pandemia.
Una de las grandes preocupaciones de la industria en este momento es la caída de las exportaciones en los mercados estadounidense y europeo. En enero, Ecuador colocó 18 millones de libras de camarón en Estados Unidos, equivalentes a 45 millones de dólares. En abril vendió menos de la mitad; ocho millones de libras, por 20 millones de dólares. Con Europa sucedió algo similar: en enero se vendieron 20 millones de libras por 54 millones de dólares; mientras, en abril, se colocaron 11 millones de libras por 29 millones de dólares.
“Se ha pedido al Gobierno la implementación inmediata del drawback (un régimen de reembolso de aranceles) y la apertura de líneas de créditos para aportar liquidez al sector productivo y exportador, que sufre una situación atípica (…) Actualmente los importadores (de los países destino) cuentan con ciertos inventarios que no tienen la necesidad de restituir y, por tanto, no requieren los volúmenes que normalmente solicitaban (a Ecuador)”, sostiene Camposano.
El ministro de Comercio Exterior, Iván Ontaneda, cree que en lo que resta del 2020, el sector camaronero debe tratar de mantener el volumen de exportaciones que ha conseguido después de vivir los meses más difíciles de la emergencia sanitaria, para conservar los mercados donde se ha posicionado y, de ser posible, intentar captar nuevas plazas de venta del crustáceo.
“Yo creo que la ventaja es que los alimentos siempre van a tener espacio en el consumo. Y esa va a ser la oportunidad que se dé a través de la crisis. Creo que va a haber muchas oportunidades en otros mercados, en el propio mercado chino, para vender no solo camarón sino otros alimentos que produce el Ecuador”, dice Ontaneda, quien asegura que se preparan medidas como la devolución simplificada de impuestos y líneas de crédito.
Por ahora, los camaroneros continúan cautamente alentados por el repunte de las ventas a China, un mercado que justamente recuperaron tras haberse sobrepuesto hace unos meses a las preocupaciones por el retorno de la enfermedad de la mancha blanca.