Desde cualquier perspectiva de análisis, el comercio mundial ha tenido que soportar algunas tormentas inusualmente severas en los últimos años. Incluso antes del devastador brote de coronavirus, que ha exhibido la caída del comercio a su mínimo en cuatro años, según la Organización Mundial del Comercio, las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China desaceleraron la actividad y afectaron la confianza de los inversores.
Pero eventos como la disputa comercial y un brote de gripe porcina africana en China se han combinado para realinear las relaciones, fortaleciendo particularmente el comercio agrícola entre China y Brasil, que también parece inmune a la pandemia.
5.9%
el crecimiento de las exportaciones de carne de Brasil a China en el primer trimestre del año
Las exportaciones agrícolas de Brasil al mercado chino aumentaron un 5,9% en comparación con el mismo período del año pasado, con China representando las tres cuartas partes de la soja brasileña y la mitad de su carne de vaca, informó en mayo el Departamento de Comercio y Relaciones Internacionales de Brasil. Las cifras representan máximos históricos.
Si bien las perspectivas políticas y económicas mundiales pueden ser volátiles, la supervivencia del comercio agrícola entre China y Sudamérica atestigua la demanda estable de China, respaldada por importantes inversiones en logística y otras industrias involucradas en la cadena de suministro.
Un buen resultado en el negocio puede ser una buena noticia para los agronegocios, pero las crecientes ventas e inversiones en infraestructura asociada conllevan grandes riesgos para los biomas vulnerables de América del Sur: el Amazonas, el Cerrado y el Chaco, reservas vitales de carbono. Además de Brasil, Argentina, Uruguay y Bolivia, todos han crecido o establecido intercambios de productos agrícolas con China desde el cambio de siglo.
Un nuevo mapa interactivo de Diálogo Chino muestra dónde y en qué etapa de la cadena de suministro los inversores chinos han aumentado su presencia en las industrias de soja y carne de América del Sur desde el 2009. Traza proyectos financiados por los bancos de política de China, la inversión extranjera directa y los préstamos del Nuevo Banco de Desarrollo liderado por China. El mapa se basa en datos existentes compilados por Diálogo Interamericano y la Universidad de Boston y la Red Académica China-América Latina.
Si bien son exhaustivas, existen otras fuentes y el seguimiento de la inversión china en América Latina es una tarea difícil dado que otros nuevos actores y vehículos de inversión, incluidos bancos comerciales y fondos especiales, surgen permanentemente. El mapa incluye transacciones asociadas con el comercio de soja y carne donde las fechas y las cantidades podrían corroborarse con informes confiables de los medios. Sin embargo, las nuevas tendencias brindan nuevas oportunidades para construir una imagen más clara del comercio y la inversión en agricultura y lo estaremos observando de cerca.
Al tratarse de acuerdos comerciales globales con shocks y realineamientos, el mapa pretende ser un punto de partida útil para aquellos que desean comprender mejor cómo las inversiones chinas respaldan un comercio multimillonario y cómo interactúan con algunos de los ecosistemas más preciosos del mundo.