Argentina está interesada en firmar la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI, por sus siglas en inglés) que promueve China, y que le permitiría al gobierno de Alberto Fernández profundizar los vínculos comerciales y de inversión.
Pero lograrlo no será tan sencillo, ya que la resolución de la deuda externa obliga a un equilibrio en la relación con China y Estados Unidos. Argentina ya acordó de palabra resolver la deuda con gran parte de sus acreedores extranjeros privados, restructurando bonos por US$65 mil milones.
Con una economía en recesión y default, sed de inversiones y divisas y la necesidad de superar las secuelas económicas de la pandemia, los capitales chinos serían de gran ayuda para Argentina. Pero la lucha por la hegemonía mundial entre EEUU y China demora la firma de este memorándum.
Argentina: una política pendular
Para China, la Franja y la Ruta es una política de Estado y busca una cooperación pragmática con Argentina. La iniciativa busca resucitar la antigua ruta de la seda y las rutas comerciales marítimas, así como desarrollar nuevos vínculos y mejorar la cooperación política y económica con los países participantes.
Pero la política argentina es pendular. Las relaciones bilaterales con China se intensificaron durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015), pero luego el gobierno opositor de Mauricio Macri (2015-2019) cuestionó varios proyectos. Ello cambió con la asunción del presidente Alberto Fernández en diciembre de 2019.
Fernández pretende reimpulsar la relación y reactivar projectos de inversión china como las represas de Santa Cruz y las centrales nucleares. Pero el gobierno necesita restructurar su deuda externa con bonitas privados y renegociar su deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI), dos planos donde Estados Unidos tiene un rol primordial.
China, en la mesa de negociaciones, plantea para avanzar en los proyectos que Argentina adhiera a la Franja y la Ruta
Con la adhesión a la Franja y la Ruta, el país estrecharía los vínculos con China para desarrollar aún más el comercio y recibir inversiones en infraestructura y transporte, energías convencionales y renovables, minería, manufactura, agricultura, innovación y tecnología de la información.
Ello sería significativo para el país ya que podría disminuir las brechas en infraestructura e integrarse físicamente a otros países, como Chile, para utilizar corredores comerciales que lo conecten con los mercados del exterior, bajando los costos logísticos y haciendo al país más competitivo.
Diego Mazzoccone, director Ejecutivo del Centro Latinoamericano de Estudios Políticos y Económicos de China, con buenos enlaces con el gobierno, sostuvo que la renegociación de la deuda “frena un poco la adhesión” a la Franja y la Ruta, ya que “el gobierno necesita una buena relación política con Estados Unidos”.
Sin embargo, para Mazzoccone, una vez que se logre renegociar la deuda, Argentina y China avanzarán en la firma. “Para China es importante que Argentina no esté en default. Que pueda terminar de negociar exitosamente la deuda externa. Ningún inversionista quiere invertir en un país en default”, agregó.
La cuestión geopolítica es reconocida por la Cancillería argentina. Un vocero dijo a Diálogo Chino que hay “vocación en estudiar el tema y avanzar (con la iniciativa), hay interés y predisposición”, pero indicó que “Argentina tiene supeditados todos sus acuerdos comerciales a la renegociación de la deuda”.
En tanto, el canciller argentino, Felipe Solá, declaró ante corresponsales extranjeros: “No creemos que haya que sentirse obligado a tomar partido” entre EEUU y China, y dijo no saber si “esa pelea” que se da entre “dos colosos” seguirá después de las elecciones presidenciales de noviembre: “Somos espectadores activos”. La embajada de China en Argentina no respondió a las consultas de este medio.
Interés de China, ante una economía frágil
Para Argentina y China, la actual asociación estratégica integral entre ambos países, un nivel de acuerdo que China reserva para pocos países, es “extensible a la relación con la Iniciativa de la Franja y la Ruta,” de acuerdo a una declaración firmada entre el ex presidente Macri y el presidente chino Xi Xinping luego de la cumbre del G20 en 2018 en Buenos Aires.
19
países de América Latina y el Caribe ya adhirieron a La Franja y la Ruta
Un total de 19 países latinoamericanos y caribeños ya han adherido a la iniciativa china, con las excepciones notables de Brasil, México, Argentina y Colombia. Sin embargo, Argentina es ya un “miembro prospectivo” del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (BAII), el pilar financiero de la llamada “nueva ruta de la seda” y del que Ecuador se convirtió a comienzos del 2019 en el primer miembro latinoamericano.
“Dado el estado de la relación bilateral, el diálogo fluido entre ambos mandatarios y la membresía al BAII, es probable que la administración Fernández revea esta postura”, dijo Jorge Malena, director del Programa Ejecutivo sobre China contemporánea de la Universidad Católica Argentina.
“Existen una serie de señales políticas y económicas que demuestran el inmejorable estado de la relación bilateral. Por ello, la adhesión de la Iniciativa podría ser un próximo paso adelante en ese sentido”, agregó.
Desde marzo pasado, China coopera en la lucha contra la pandemia con Argentina y en abril desplazó a Brasil como principal socio comercial del país. En noviembre próximo Argentina participará como invitada de honor de la China International Import Expo en Shanghai.
China también renovó en julio uno de los dos lotes del swap de monedas con Argentina, que en conjunto suman US$18.5 millones, y que son parte de las menguadas reservas internacionales en el Banco Central argentino, de unos US$43.3 millones. Ello fue a pedido expreso del presidente Fernández ante la fragil macroeconomía del país.
Argentina tiene hoy cerrado el financiamiento en el mercado global y existen expectativas de devaluación de la moneda, en un contexto de restricciones al acceso al mercado de cambios oficial. En junio la inflación fue de 42,7% interanual, pero se espera una aceleración inflacionaria. Y para este año la Cepal espera que su PBI se contraiga 10,5%.
Argentina en la Franja y la Ruta: financiamiento y vínculos políticos
“La firma de la Iniciativa sería una señal que nos permitiría estrechar más los vínculos para desarrollar el comercio, las inversiones, el intercambio de tecnologías”, dijo Emma Fontanet, gerente del departamento de promoción del comercio internacional de la Fundación ICBC, dependiente del Banco Industrial y Comercial de China.
Al tener Argentina un mercado interno pequeño por su cantidad de habitantes, Fontanet resaltó que la única forma de lograr un crecimiento genuino es exportando y consiguiendo inversiones. Y es allí donde China juega un papel muy relevante. La relación entre ambos es importante y hay que “fomentarla, generalizarla y desprimarizarla,” sostuvo.
En un contexto en que la situación financiera de las empresas argentinas es compleja, si los compradores chinos necesitan el producto, prefinancian las exportaciones. “Los exportadores se financian con los compradores”, dijo Fontanet. Los importadores chinos aceptan hoy pagar 30/40% por adelantado y el resto contraentrega, como sucede hoy con la demanda de carne argentina. “Ellos entienden la dificultad, se convierten en un socio estratégico”, dijo.
Para las grandes inversiones a las que aspira el país, China provee financiamiento que se paga con la misma producción. El BAII es importante para financiar los proyectos para la Franja y la Ruta. Luego, ICBC, Exim Bank, el Banco Nacional de Desarrollo y el Bank of China son las entidades que financian proyectos en Argentina.
“China, en la mesa de negociaciones, plantea para avanzar en los proyectos que Argentina adhiera a la Franja y la Ruta. Pero Argentina está en un contexto de negociación de la deuda. Quiere quedar bien con EEUU para negociar la deuda y no avanza en estos proyectos, que son estratégicos para China, pero que EEUU no quiere que Argentina haga”, dijo Mazzoccone.
Malena coincidió: “En la puja entre EEUU y China por la transición hegemónica internacional no sólo se compite por comercio y tecnología, sino también por aliados. Para Argentina, lo más beneficioso sería promover lazos fluidos con ambas, manteniendo una pragmática equidistancia.”
La reciente elección de los funcionarios a cargo de la embajada argentina en China muestra el interés del gobierno por profundizar la relación bilateral. Como dijo Sabino Vaca Narvaja, el representante Especial para la Promoción Comercial e Inversiones en China, a la agencia estatal Télam, “es importante que recuperemos el espíritu de los convenios de cooperación estratégica firmados durante el gobierno de Cristina Kirchner en febrero de 2015”.