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Tribunal ambiental cuestiona proyectos respaldados por China

Compañías fueron examinadas por “crímenes contra la naturaleza”

Los conflictos ambientales relacionados al respaldo de China a los proyectos de infraestructura en América Latina fueron evaluados la semana pasada en París, ante el Tribunal Internacional por los Derechos de la Naturaleza, una iniciativa ciudadana para testificar públicamente sobre el daño al Planeta Tierra. EL tribunal se llevó a cabo de manera paralela a la cumbre de cambio climático COP21.

La reunión de París del tribunal es la tercera desde su creación en 2014, y tiene como objetivo promover una mayor conciencia sobre la necesidad de ampliar y hacer cumplir las leyes nacionales e internacionales con el fin de proteger el planeta. Los ecosistemas tienen el derecho a existir, pero esto debe reflejarse en la ley, escuchó el tribunal.

Prestigiosos abogados ambientalistas con reconocimiento internacional, líderes sociales y movimientos ambientales conformaron un panel en el cual  discutieron y escucharon testimonios sobre  la fractura hidráulica, minería a cielo abierto, deforestación, represas y cultivos genéticamente modificados. Muchas de estas  prácticas han tenido una inversión sustancial por parte de China y generaron conflictos sociales y daños ambientales en numerosos países de América Latina.

“Esta no es una idea abstracta, tiene obligaciones concretas”, afirmó el abogado ambientalista Cormac Cullinan a Diálogo Chino. “Creemos en la necesidad de una institución que no sólo se base en el derecho internacional, sino en las leyes de la naturaleza, que tiene derecho a existir”, dijo.

“Muchos de los casos que abordamos  son de América Latina, la región se vio empañada por los conflictos ambientales“, añadió Cullinan, quien es el presidente del tribunal y ha asegurado cambios en la ley en Ecuador y Bolivia para incluir el reconocimiento de los derechos de naturaleza. Éstos también se han añadido a los decretos en los estados de  Pennsylvania y Pittsburgh, en los Estados Unidos.

Gigantes proyectos hidroeléctricos  en Brasil se encuentran entre los más seguidos de cerca en el análisis del tribunal. Belo Monte, un complejo actualmente en construcción en el río Xingu, fue ampliamente desestimado, como fue el caso de Tapajós, un complejo de presas que se construirán en el Amazonas.

El gigante de la distribución de energía china State Grid, encabeza un consorcio que selló el acuerdo para construir una línea de transmisión de 2.000 kilómetros desde Belo Monte. Al proyecto  le fue concedida recientemente una licencia. China Three Gorges Corporation (CTG), la mayor empresa de ingeniería hidroeléctrica del mundo, informó estar interesada en la obtención del contrato de Tapajós.

“Los casos de Belo Monte y Tapajós son dos de los más claros ejemplos de crímenes contra la naturaleza y la humanidad que podemos ver actualmente” advirtió Christian Poirier, Director para Brasil y Europa de Amazon Watch. “Van a llevar a la destrucción del Amazonas ya que ponen en riesgo millones de hectáreas de bosque y miles de especies que viven en la zona”, agregó.

Similares cuestionamientos estuvieron presentes en relación a la explotación petrolera en el Parque Nacional Yasuní en Ecuador, describiendo la actividad como un ecocidio. El gobierno de Rafael Correa autorizó la actividad petrolera en la zona luego del fracaso de la iniciativa Yasuní ITT, que buscaba mantener el petróleo bajo tierra mediante el aporte de fondos de la comunidad internacional. PetroOriental, que es propiedad  de la Corporación Nacional de Petróleo de China (CNPC) y la Corporación Petroquímica de China (Sinopec) controla el bloque 14, uno de los seis que se superpone con un área protegida dentro de Yasuní.

“El parque nacional es una de las áreas con más biodiversidad del mundo, por ello  es importante evitar la actividad petrolera. Tendrá  efectos muy peligrosos, afirmó Carlos Larrea, profesor universitario y asesor en la iniciativa Yasuní ITT. “El riesgo de un ecocidio es muy alto. Las comunidades aborígenes que viven en la zona se verían seriamente afectadas, al igual que la flora y la fauna”, agregó.

Argentina estuvo también en el centro de las críticas del jurado por sus planes para implementar manera masiva la fractura hidráulica, la técnica necesaria para extraer el petróleo y gas no convencional. El fracking es considerado riesgoso para el medio ambiente por la alta cantidad de químicos utilizados que pueden generar contaminación en las aguas  y riesgo de terremotos.

El gobierno de la presidenta saliente  Cristina Fernández de Kirchner  también fue cuestionado por su acuerdo con la petrolera norteamericana Chevron. La sede de la empresa en Buenos Aires tenía sus cuentas embargadas por un fallo de la Corte Suprema a favor de ciudadanos ecuatorianos, quienes llevan adelante una causa a nivel global por daños ambientales. Sin embargo, el embargo fue rápidamente levantado e inmediatamente después se firmó el acuerdo entre Argentina y Chevron.

“Argentina ingresó de forma ciega y desordenada al boom de los hidrocarburos no convencionales”, afirmó Enrique Viale, Presidente de la Asociación de Abogados Ambientalistas de Argentina. “Se asoció a Chevron, que escapó prófugo de la justicia ecuatoriana. El estado argentino es cómplice de la entrada del fracking al país, se adaptaron los marcos regulatorios para autorizar la actividad”, agregó.

Búsqueda de recursos

Consultados por Diálogo Chino, los miembros del jurado cuestionaron la presencia creciente de China en América Latina por los riesgos  al medio ambiente. La falta de recursos naturales en su propio territorio obliga a China a buscarlos en otras regiones del mundo, siendo América Latina un claro ejemplo, afirmaron los miembros del panel.

“América Latina está en las garras del imperialismo chino”, afirma  Alberto Acosta, ex presidente de la Asamblea Nacional Constituyente de Ecuador. “Siendo la gran potencia que es, China usa sus recursos financieros para comprar activos en el mundo como tierra y minerales y participar en grandes obras públicas. Pero al mismo tiempo pide un tratamiento preferencial en la agenda climática como si fuera un país pobre”, sostuvo.

Al mismo tiempo, Cullinan comparó la situación de América Latina y China con lo que está ocurriendo en África: “tenemos una gran cantidad de empresas chinas que están llegando aquí. China piensa en el largo plazo y se dieron cuenta que no tienen suficientes recursos naturales. Entonces empiezan a ver dónde encontrarlos y América Latina aparece como una opción atractiva.” aseguró.

“China va en dos direcciones al mismo tiempo en relación al medio ambiente, parece que fueran esquizofrénicos”, agregó.