Luego de su aprobación en el Senado, y tras más de cuatro años de discusiones, el Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífica, o TPP11, se encuentra próximo a ser ratificado por Chile. El avance del acuerdo comercial ocurre a pesar de la resistencia de movimientos sociales y una división en la alianza del gobierno de Gabriel Boric.
El TPP11 es un tratado de integración económica en la región de Asia Pacífico que involucra a 11 países: Australia, Brunei, Canadá, Chile, Malasia, México, Japón, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam. Es considerado por los gobiernos participantes como el acuerdo más importante entre Asía y los países de la Cuenca del Pacífico.
¿Qué es el TPP11?
Es un tratado de integración económica plurilateral en la región de Asia Pacífico que involucra a 11 países: Australia, Brunei, Canadá, Chile, Malasia, México, Japón, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam.
Los objetivos del TPP11, descritos en la página oficial del gobierno chileno, consideran la integración económica, establecer marcos legales predecibles para el comercio, facilitar el comercio regional, promover el crecimiento sostenible, entre otros.
La relación entre Chile y el TPP data desde los inicios del tratado, ya que la base del acuerdo actual proviene del Tratado de Asociación Transpacífico (TPP), acuerdo que consideraba los 11 países del TPP más Estados Unidos, lo finalmente no se concretó ya que tras la llegada de Donald Trump al poder EE. UU desistió de participar.
Posteriormente, y con participación activa del gobierno chileno, se impulsó un nuevo acuerdo, similar al original pero con diversos cambios, como por ejemplo la suspensión de 20 disposiciones, las que no se han descartado que se puedan volver a activar en el futuro. Sólo Chile y Brunei todavía no han ratificado el acuerdo.
TPP11: Aprobación dilatada y rechazo ciudadano
Aunque Chile mantiene acuerdos comerciales bilaterales con los 10 países que integran el tratado, ha sostenido un rol de impulsor del TPP11 desde el gobierno de la ex presidenta Michelle Bachelet.
De hecho, el nuevo TPP11 fue firmado en marzo de 2018 por el canciller Heraldo Muñoz, poco antes de que terminará el segundo gobierno de Michelle Bachelet. Pero luego de esto debía ser aprobado por el Congreso para su ratificación.
Este proceso duró más de cuatro años, aprobándose en la Cámara de Diputados en 2019, durante el gobierno de Sebastián Piñera y confirmado por el Senado recién este mes, en el mandato del actual presidente Gabriel Boric.
Boric había sido uno de los principales opositores al acuerdo mientras estaba en el Congreso, por lo que la aprobación durante su gobierno y con las herramientas legales a su favor para detener el acuerdo antes de la aprobación en el Senado el pasado 11 de octubre, le han valido críticas incluso dentro del oficialismo.
El presidente dijo que acatará la decisión de las dos cámaras del Congreso, a pesar de señalar que sigue estando en contra a título personal. “Yo voté en contra de ese tratado cuando era diputado, por lo tanto, el resultado final que salió no es el que me hubiera gustado”, dijo en una conferencia de prensa tras el resultado.
“Respeto profundamente los poderes del congreso y la voluntad democrática que se expresa en él, independientemente de que a veces no me gusten las decisiones. Por lo tanto, tengo el deber de hacerlo cumplir”, añadió el presidente.
El ex candidato presidencial del Partido Comunista y actual alcalde de la comuna de Recoleta, Daniel Jadue, sostiene que el rol del gobierno frente al TPP11 puede generar un quiebre político en el oficialismo.
“Es claramente una renuncia al programa y a las promesas que se les hicieron a los electores en nuestro país. Esto es una parte del programa que se impone por fuerzas políticas llegadas después de la segunda vuelta presidencial”, afirmó. En 2021, Jadue perdió frente a Boric en las primarias para la candidatura presidencial de la coalición de izquierda Apruebo Dignidad, pero su partido ha seguido formando parte de la alianza gobernante.
Tal como lo menciona Jadue, el programa del Presidente Gabriel Boric consideraba en el punto de Tratados comerciales que: “No se firmarán nuevos tratados comerciales, incluyendo el TPP-11, mientras no se haya revisado todos los procesos de participación ciudadana, de gobiernos locales y regionales y los pueblos originarios, y los parámetros con principios feministas, verdes y descentralizadores”.
El problema es que los procesos de participación no se realizaron con el TPP11, sostienen organizaciones ambientales y sociales, las cuales rechazan el acuerdo.
Una de estas agrupaciones es el Movimiento por el Agua y los Territorios. En palabras de su vocera, Francisca Fernández, el rechazo de su organización al tratado es por múltiples factores. “Los Tratados de Libre Comercio se realizan a costa de sacrificar los territorios de las personas, porque dentro de la dinámica de la economía mundo las economías menores, no industrializadas, se ven en desmedro frente a economías centrales,” sostuvo.
“Esto afecta por ejemplo a la naturaleza, incentivando proyectos extractivistas. Al ser ratificado el TPP11 en un país donde las aguas están privatizadas, va a ser casi imposible revertir esta situación sin recurrir a tribunales de controversia”, concluye Fernández.
Esto afecta a la naturaleza, incentivando proyectos extractivistas. Al ser un país donde las aguas están privatizadas, va a ser casi imposible revertir esta situación sin recurrir a tribunales de controversia
Por su parte la politóloga Pamela Poo atribuye que la oposición de las organizaciones sociales se relaciona con el sistema económico que desarrolla Chile. “El rechazo va en la lógica de las actividades que fomenta nuestro país que es la venta de materias primas y algunos derivados, genera por una parte dependencia y nos expone a los vaivenes de la economía global, como también genera consecuencias graves en los diversos territorios en torno a la destrucción de los ecosistemas”, sostiene.
Entre los puntos que más debate ha generado es el capítulo 9 del acuerdo, específicamente la sección B: Solución de Controversias Inversionista-Estado. En este apartado se considera la posibilidad de solicitar arbitraje por parte de empresas inversoras que decidan demandar a los Estados por incumplimiento del TPP11.
Para Pamela Poo lo mencionado en este capítulo puede resultar complejo, “ya que cada vez más los estados son cuestionados ante sus decisiones por parte de corporaciones transnacionales”, asegura la politóloga.
A la espera de las cartas bilaterales
Tras la aprobación en el Senado, el TPP11 solo espera la firma final del Presidente para la ratificación y puesta en marcha, lo que convertiría a Chile en el décimo país en ratificar el acuerdo.
Frente a esta situación desde el ejecutivo han asegurado que esperarán definición de las side letters o cartas bilaterales que se están negociando. Estas cartas son acuerdos regulatorios específicos que se trabajan de forma bilateral entre los Estados y consideran excepciones al tratado.
Para el ex ministro de agricultura Carlos Mladinic el TPP11 sería beneficioso para Chile: “No veo dificultades significativas en la aprobación del tratado. En materia de solución de controversias inversionistas – estado, este texto es mucho más preciso que los vigentes en tratados bilaterales”.
Sobre la discusión actual de las cartas bilaterales, Mladinic asegura que se busca dejar sin efecto los artículos del Capitulo 9 sobre la solución de controversias entre empresas inversoras y el estado. “De aceptarse entonces seguirían rigiendo los tratados bilaterales que son de una calidad inferior,” sostuvo.
En materia de solución de controversias inversionistas – estado, este texto es mucho más preciso que los vigentes en tratados bilaterales
Las últimas declaraciones desde el ejecutivo aseguran que en algunos meses más recibirán las respuestas de las cartas bilaterales, lo que sería el último paso para que el Presidente Boric de la firma final al TPP11.
El avance del TPP11 en el Senado puede suponer otro obstáculo para una presidencia cada vez más difícil para Gabriel Boric, cuyos índices de aprobación han seguido cayendo en picado desde que asumió el poder en marzo. La aprobación del TPP11 podría significar el inicio de una ruptura por parte de los partidos de la coalición gobernante, como el Partido Comunista, que podría suponer más problemas para Boric.