Fueron diez meses de negociaciones. Poco a poco, las autoridades de China y de Brasil fueron resolviendo los puntos de discordancia. Uno de ellos tenía que ver con la exigencia de que los trabajadores de las obras a realizarse en Brasil fueran chinos. Otra “condición” que las autoridades de China estuvieron de acuerdo en eliminar del acuerdo fue la obligatoriedad de utilizar máquinas chinas en los proyectos cerrados entre las partes. Esos son algunos de los detalles que le reveló a Diálogo Chino Jorge Arbache, secretario de asuntos internacionales del Ministerio de Planificación de Brasil, quien participó en las negociaciones del Fondo de Cooperación para Expansión y Capacidad Productiva China-Brasil.
Con un aporte de capital de U$S 20.000 millones, 15.000 de los cuales eran recursos chinos, el fondo recibió el pasado 26 de junio la primer carta-consulta que se presentó ante el consejo bipartito. Hay “una fila de proyectos” interesados en financiar el fondo sino-brasileño, garantiza Arbache, que afirmó que sería una falta de cortesía para con sus colegas chinos anticipar cuáles serían. El secretario sólo admitió que la mayor parte de los sondeos que se habían hecho hasta el momento eran del área de infraestructura. Al ser interrogado sobre si hay alguna exigencia relacionada con el medio ambiente, Arbache garantizó que sí. Al mismo tiempo, “cree” que el Parlamento podría estar flexibilizando las reglas ambientales para facilitar la realización de negocios con otros países, entre los cuales se encuentra China.
El 17 de junio, representantes de 35 grupos empresariales chinos se reunieron con autoridades del gobierno brasileño para saber un poco más sobre las posibles áreas de actuación. Según parece, los segmentos que concitaron el mayor interés serían los de petróleo, gas, energía y ferrocarriles. Ministros brasileños presentaron posibles proyectos en las áreas de residuos sólidos, carreteras, movilidad urbana e industria. Li Jinzhang, embajador de China en Brasil, que se encontraba en el encuentro, afirmó que el fondo de cooperación “debe servir como referencia para el resto de los países de América Latina”.
Diálogo Chino (DC): ¿Quien toma las decisiones sobre hacia dónde va el dinero del fondo?
Jorge Arbache (JA): Vamos a crear un caso ficticio: una empresa china del área de pinturas desea pedir financiación al fondo. Envía una carta-consulta al fondo, en forma clara y transparente. El equipo, compuesto por tres miembros de China y tres de Brasil, con sus respectivos cuadros técnicos, analizará ese proyecto y hará un informe relatando en qué medida le parece interesante. El proyecto se enviará al consejo director, donde tres vice ministros de cada una de las partes harán una evaluación de su prioridad y decidirán si van o no a concederle el apoyo oficial del fondo. Si dicho proyecto recibe apoyo oficial del fondo, será enviado a los bancos para que sea evaluado a nivel económico-financiero, y de ahí en adelante seguirá la política operativa de los bancos. Del lado chino, está compuesto por el Claifund (Fondo Chino para Inversión en América Latina) y del lado brasileño está formado preferentemente por la Caixa y el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), que poseen equipos especializados para ocuparse de dicho fondo. Ellos llevan a cabo un análisis económico-financiero en el cual ambos lados, China y Brasil, van a interactuar en lo que tiene que ver con el análisis de riesgo, el retorno, y van a tomar una decisión: si van a financiar, hacer equity, hacer un mix, cuál será la tasa y en qué condiciones. La política operativa de los otorgantes del financiamiento les pertenece. Lo que hace el mecanismo es crear toda la interacción y colocar, o no, el sello de prioridad y, por lo tanto, acceso al mecanismo.
DC: ¿Ya hay muchos interesados? ¿De qué parte?
JA: Ya hay una fila de proyectos. Hemos recibido consultas informales, pero por una cuestión de respeto por nuestros colegas chinos, no hemos entrado en detalles. Las consultas vinieron tanto del lado chino como del brasileño y de bancos brasileños. Es muy probable que financiemos un número bastante interesante de proyectos. De eso no hay ninguna duda. Y en áreas diversas.
DC: ¿El interés es mayor del lado chino?
JA: Teniendo en cuenta las consultas informales que hemos recibido hasta el momento, yo diría que cincuenta y cincuenta. Por ejemplo, durante el día de hoy, varias empresas grandes chinas han mostrado interés por el fondo. Todavía no hemos logrado precisar los números porque todavía no hemos iniciado el análisis, pero creo que el volumen de recursos de los proyectos que entrará será alto.
DC: En la práctica, ¿cuándo empieza a funcionar el fondo?
JA: Es probable que empiece la semana que viene. Faltan detalles mínimos de procedimiento, nada que tenga que ver con el entendimiento, no se está discutiendo nada más, sólo faltan detalles de procedimiento, nada que pueda ocasionar atrasos.
DC: ¿China está mayormente interesada en ferrocarriles y puertos?
JA: No. Se definieron áreas que el fondo va a cubrir: infraestructura, manufacturas, tecnología y agroindustria. No hay prioridades. Si me preguntas en cuál de las áreas hay más proyectos, yo diría que probablemente en la de infraestructura, porque las oportunidades de negocios aquí son grandes. Probablemente haya más proyectos en esa área, por lo menos en este comienzo, es nada más es que una percepción. Por las consultas que recibimos, hemos podido percibir que es un área que interesa mucho.
DC: ¿La liberalización de la venta de tierras destinadas a extranjeros en Brasil, aumenta el interés en el fondo, tal como sugiere la reciente propuesta de política del gobierno presentada ante el congreso?
JA: Nadie se refirió a ese tema ni hoy ni en ningún otro momento. Entonces no puedo darte una respuesta.
DC: ¿Hay alguna cláusula en el fondo que se refiera al medio ambiente?
JA: Sí. Las reglas del juego son las de la legislación brasileña y deberán cumplirse, inclusive la cuestión de la licencia. No habrá ningún tratamiento diferenciado por pertenecer al fondo, eso no existirá. Lo que el gobierno está queriendo hacer, de manera enérgica, es modernizar el marco regulatorio, ya sea ambiental, de trabajo, de previsión social, todo eso está en curso, pero no hay privilegios para proyectos financiados por el fondo.
DC: De todas maneras, el Congreso “flexibilizará” esas reglas… (los ambientalistas temen que el Congreso flexibilice la legislación ambiental después del veto presidencial a las medidas destinadas a la reducción de las áreas de preservación)
JA: Sí, es verdad.
DC: ¿Usted diría que esa flexibilización se debe al interés chino?
JA: Voy a arriesgar una respuesta: yo diría que sí. Se facilitan las condiciones para hacer negocios y la licencia y eso tiene influencia en la decisión china, norteamericana, brasileña. Yo tendería a decir que sí.
DC: ¿El fondo es una demostración del creciente interés de China por Brasil?
JA: Sin ninguna duda. De eso estoy seguro. Es la prueba cabal del acercamiento que se está dando entre Brasil y China por el lado económico, de negocios y político, y eso es muy positivo. El fondo habría existido si no hubiera esa percepción de la necesidad de acercamiento de las dos naciones. Ambas tienen mucho por hacer en forma conjunta, hay muchas oportunidades promisorias de beneficio mutuo y eso hizo posible que el fondo fuera creado, se desarrollase y que empiece a operar.
DC: ¿El fondo fue creado por el actual gobierno o es anterior?
JA: En 2015, cuando el Primer Ministro Li Keqiang estuvo en Brasil ya se habló de crear un fondo de U$S 50.000 millones, pero dicho fondo era unilateral. Aquello no despegó y adormeció. En agosto del año pasado, en este gobierno, retomamos el tema desde un punto de vista diferente: se trata de un fondo bilateral, de decisiones paritarias, sacamos las condicionalidades que había tales como la necesidad de que participaran empresas chinas y de que el equipamiento comprado fuera chino. Todo eso quedó atrás como resultado de una negociación que reflejaba el interés de las partes de interactuar y seguir adelante. Empezamos en agosto y terminamos la semana pasada.