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Chile tiene un plan para impulsar la extracción de litio, ¿podrá hacerlo de forma sostenible?

El país, rico en litio, promueve una estrategia nacional para este mineral tan demandado y apuesta por métodos de extracción alternativos, pero persiste la preocupación por el ambiente
<p>Una bomba en una mina de litio en el desierto de Atacama, Chile. El gobierno chileno ha anunciado planes para abrir 26 salares a la extracción de litio, pero tanto comunidades como expertos temen los posibles impactos (Imagen: Lucas Aguayo Araos / dpa / Alamy)</p>

Una bomba en una mina de litio en el desierto de Atacama, Chile. El gobierno chileno ha anunciado planes para abrir 26 salares a la extracción de litio, pero tanto comunidades como expertos temen los posibles impactos (Imagen: Lucas Aguayo Araos / dpa / Alamy)

En 2023 el presidente de Chile, Gabriel Boric, presentó la Estrategia Nacional del Litio que fija que el Estado asume un papel de liderazgo en la explotación, con el objetivo de desarrollar una industria sostenible y aumentar las riquezas para el país.

En 2021, Chile representaba aproximadamente el 44% de las reservas mundiales de litio, seguido de Australia (22%), Argentina (10%) y China (7%). Pero aparte del salar de Atacama, en el norte, la mayoría de los salares de Chile aún no se han explotado, aunque el país ya se ha establecido como el segundo mayor productor del mundo, por detrás de Australia.

Como parte de la estrategia chilena, el gobierno ha establecido lotes para 26 salares que se abrirán a la explotación de empresas nacionales e internacionales mediante la adjudicación de Contratos Especiales de Explotación de Litio (CEOL). Estos contratos permiten la exploración y explotación del litio en diversas áreas priorizadas del país.

En enero de este año, el Ministerio de Minería abrió el proceso para la posible asignación de CEOL en seis salares priorizados para desarrollo de proyectos del sector privado. Ya se han iniciado los procesos de consulta indígena para los salares de Ascotán y Ollagüe en la región de Antofagasta y para el de Coipasa en la región de Tarapacá en el norte de Chile.  Mientras tanto, en los salares reservados a la explotación estatal, como Maricunga, Salares Altoandinos y Atacama —donde se pretende ampliar la producción—, los planes también avanzan, con consultas en curso.

El gobierno y las empresas también avanzan en otros elementos de la estrategia: promover el desarrollo sostenible de los salares del país para reducir el impacto ambiental. Para esto, en 2024, se anunció una red de salares protegidos y en enero de 2025, se inauguró el Instituto Nacional de Litio y Salares (ILiSa).

En forma paralela, muchas de las empresas interesadas en la explotación del litio —Eramet,, Enami, Sociedad Química y Minera (SQM), Albemarle y Grupo Errázuriz— han manifestado su intención de utilizar tecnologías de extracción directa de litio (EDL). Este método pretende reducir el impacto medioambiental de la extracción de litio, sustituyendo el método tradicional de extracción por evaporación solar y minimizando así el consumo de agua.

Comparación de métodos de extracción de litio

El litio se extrae principalmente de una salmuera rica en minerales, que se encuentra a unos 10 metros por debajo de lagos salobres en salinas de gran altitud.

Extracción por evaporación: La salmuera se bombea a una piscina de evaporación en la superficie, donde acaba convirtiéndose en un lodo que contiene sales de manganeso, potasio, bórax y litio. A continuación, el lodo se traslada a otra piscina de evaporación al aire libre. Al cabo de 12-18 meses puede extraerse carbonato de litio, que es la principal materia prima de las baterías de iones de litio. Este proceso requiere una gran cantidad de agua.

Extracción directa de litio (EDL): Este método es similar a la extracción por evaporación, pero la salmuera estéril se reinyecta en el salar una vez extraído su litio. Esto significa que se elimina menos agua durante la extracción. Históricamente, la EDL ha sido el método de extracción más lento y costoso, pero algunos comentaristas esperan que los avances tecnológicos mejoren estos elementos.

Sin embargo, al consultar a diversos expertos y partes interesadas, Dialogue Earth escuchó fuertes reservas sobre que el sector del litio de Chile pueda desarrollarse sin impactos medioambientales significativos.

Los desafíos

Las dos únicas compañías mineras que operan en el núcleo del salar de Atacama son la chilena SQM y la estadounidense Albemarle. Según informes, las operaciones de estas empresas requieren más de 63 mil millones de litros de salmuera al año de las capas más profundas del desierto, es decir, casi 2 mil litros por segundo. La empresa minera estatal chilena Coldeco está preparando su entrada en el salar de Atacama para aumentar la producción del yacimiento, en asociación con SQM, un acuerdo que ha generado objeciones por parte de la empresa china Tianqi Lithium, un importante accionista de SQM.

Todo ocurre de manera silenciosa y prolongada, como un cáncer en la sangre
Jaime Aleé, ingeniero eléctrico de la Universidad de Chile

Jaime Aleé, ingeniero eléctrico de la Universidad de Chile, lleva más de diez años trabajando en temas relacionados con la industria del litio en el país. En comparación con la minería del cobre —el principal producto de exportación de Chile y del que es el primer productor mundial—, Aleé explica a Dialogue Earth que “el impacto del litio es más solapado”. El ingeniero alude a que la minería de litio carece comparativamente de técnicas como el uso de dinamita para crear hoyos o camiones de 100 toneladas para transportar los materiales. “Todo ocurre de manera silenciosa y prolongada, como un cáncer en la sangre”.

A pesar que el impacto de la industria del litio es menos visible, las empresas enfrentan desafíos ambientales significativos.

Los impactos negativos a largo plazo de la extracción intensiva de agua sobre los ecosistemas locales que se han registrado, así como los efectos sobre las prácticas culturales y espirituales, han generado preocupación entre expertos y comunidades. “Nuestra cultura vive con la agresión de la extracción de litio por el tema de nuestras aguas, que significan la supervivencia para nosotros”, afirma Sonia Ramos, activista medioambiental y líder comunitaria de Atacama. En respuesta, el gobierno ha desarrollado varias estrategias para mitigar los impactos. Una de las principales ha sido proponer el uso de EDL.

En Chile, las tecnologías de EDL aún no han sido utilizadas a gran escala. Sin embargo, diversas empresas con experiencias en proyectos de EDL en otras partes del mundo están desarrollando proyectos en el país. Es el caso de la empresa SunResin. “En China la compañía ha construido plantas con capacidades que van desde 2 mil hasta 20 mil toneladas anuales”, asegura Emilio Bunel, experto asesor en EDL. Además, agrega que en total, sus proyectos producen alrededor de “80 mil toneladas de carbonato de litio utilizando esta tecnología”. Si bien, la mayoría de estas plantas operan en salares ubicados en China, tienen una planta piloto en el norte de Chile, concluye el especialista.

Ingrid Garcés, académica e investigadora de la Universidad de Antofagasta, expresa su preocupación sobre las tecnologías de EDL, señalando que esta promete ser más eficiente y menos dañina para el medioambiente, pero que aún hay que ser cautelosos. “La implementación de estas tecnologías debe ser acompañada de una rigurosa evaluación de sus impactos socioambientales para evitar repetir los errores del pasado”, dice la científica.

Por su parte, el gobierno ha subrayado que el nuevo instituto nacional del litio, ILiSa, jugará un papel crucial en el desarrollo de tecnologías sostenibles para la extracción de litio. Por ejemplo, el instituto llevará a cabo investigaciones para caracterizar las salinas en cuestión, lo que puede informar sobre prácticas sostenibles. Además, ILisa trabajará para mejorar la recuperación de materiales a lo largo de la cadena de valor del litio, por ejemplo, mediante el reciclaje de baterías de litio.

Verónica Molina, académica de la Universidad de Playa Ancha en la ciudad de Valparaíso y miembro del directorio de ILiSa, dice que se espera dar respuestas a muchas interrogantes a través de este instituto pero que es importante “transparentar que este organismo no viene a dar respuesta a todos los desafíos que enfrenta la industria”. Sin embargo, destaca con optimismo la posibilidad de aunar esfuerzos interdisciplinarios para lograr una minería más sostenible, aunque reconoce que “eso suena muy difícil del punto de vista científico”.

Molina, doctora en Oceanografía y Ecología Microbiana, describe la creación del ILiSa como “inédita” pero se muestra cautelosa. “Hasta ahora solo existen ciertas directrices para la puesta en marcha y estamos a la espera de la construcción del recinto en Antofagasta”, dice.

El directorio del ILiSa está compuesto por seis integrantes que incluye un representante de los pueblos indígenas, según un anuncio gubernamental. Este último aún no se ha nombrado.

Habitantes ancestrales

Dado que la Estrategia Nacional del Litio prevé una mayor explotación de los salares de Chile, se están llevando a cabo varias consultas indígenas en el norte del país, donde muchas zonas destinadas a la extracción se encuentran muy cerca de las tierras ancestrales de las comunidades y, en algunos casos, se solapan con ellas.

En el caso de la ampliación del salar de Atacama, miembros de la comunidad atacameña local, que prefirieron no revelar su identidad por temor a represalias, confirman que se están llevando a cabo varias consultas. Entre ellas, una coordinada por Corfo, la agencia gubernamental chilena que promueve el desarrollo económico.

Leydi Sandon, integrante de la comunidad de Coyo –una comunidad indígena que vive cerca de la cuenca del salar de Atacama–, expresa que ha sido extremadamente desgastante participar en múltiples consultas indígenas en simultáneo y subraya que esta situación claramente representa “una vulneración de los derechos”. Además, enfatiza la necesidad urgente de contar con un “arbitraje o un observador independiente” para garantizar la transparencia y justicia en el proceso.

Gabriel Boric dándole la mano a un hombre
El presidente de Chile, Gabriel Boric, se reunió con el Consejo de Pueblos Atacameños en diciembre de 2024 para “escuchar sus inquietudes” y “establecer vías de trabajo colaborativo” en torno a la Estrategia Nacional del Litio (Imagen: Ximena Navarro / Dirección de Prensa, Presidencia de la República de Chile)

Ercilia Araya, presidenta de la comunidad indígena Colla Pai Ote, cuyas tierras están cerca del salar de Maricunga, crítica el proceso de consulta indígena de Codelco. La comunera señala “la falta de transparencia y el incumplimiento de compromisos”, además, argumenta que no pueden apoyar el CEOL mientras persista la intención de desafectar zonas que contienen agua, como la Laguna Santa Rosa. “Esas áreas son vitales para nuestra existencia”, dice.

Un comunicado de prensa de Codelco 2024 citaba a la ministra de Minería del país, Aurora Williams, afirmando que las consultas en Maricunga se estaban desarrollando de acuerdo con las disposiciones legales. En una visita anterior al salar, al inicio de las consultas, el presidente de Codelco, Máximo Pacheco, se había comprometido a “generar confianza, estrechar lazos y mantener un canal de información fluido” con las comunidades.

Se espera que se anuncien más consultas indígenas en el primer semestre de este año. Abarcarán proyectos en los salares de Agua Amarga, Piedra Parada y Laguna Verde, todos ellos en la región de Atacama.

El boom en caída libre

En 2022, Chile vivió un boom del litio, cuando el precio del carbonato de litio alcanzó los 80.000 USD por tonelada. Ese año, el litio se convirtió en la principal exportación de Chile después del cobre, generando 8.500 millones de dólares y convirtiéndose en un componente clave de la economía. Entre 2012 y el tercer trimestre de 2023, Chile recaudó más de 7.300 millones de dólares en rentas de propiedades mineras (73% a través de SQM y 27% a través de Albemarle). Actualmente, sin embargo, el precio del litio está por debajo de los 10.000 USD por tonelada, aunque Bunel cree que volverá a repuntar hacia la marca de los 20.000 USD.

Un hombre caminando cerca de tuberías y maquinaria
Un trabajador camina por la planta de carbonato de litio de la empresa chilena SQM en el desierto de Atacama, en octubre de 2022. Ese año, Chile experimentó un boom del litio durante el cual el material se convirtió en el principal producto de exportación de Chile después del cobre (Imagen: Lucas Aguayo Araos / dpa / Alamy)

“Las empresas no podrán generar nuevamente esa cantidad de dinero”, comenta Bunel y apuesta a que, en lugar de expandir la producción a otros salares, se debe trabajar en optimizar las operaciones existentes en el salar de Atacama y las que comenzarán en Maricunga, aplicando EDL. Esto, según el experto, “mejorará la eficiencia y duplicará la producción sin necesidad de aumentar la extracción en múltiples proyectos pequeños, que en conjunto no igualarán la producción de Atacama”. Bunel asegura que sería mejor concentrarse en optimizar los sitios ya autorizados, porque “es más lógico y eficiente”. Concluye, que la estrategia actual debería “ser revisada”, especialmente a la luz de las estimaciones de precios.

Sin embargo, lo concreto es que la adjudicación de CEOL de salares priorizados avanza. A finales de marzo se anunciará a las empresas que desarrollarán proyectos de litio. Raúl del Barrio, director ejecutivo de RJR Salar, asegura que el grupo Errázuriz y la canadiense Lithium Chile van a obtener la adjudicación en el salar de Coipasa. Y agrega que en Ascotán, Codelco, Quiborax y Eramet formaron una alianza para la adjudicación. “Aunque se ha avanzado bastante hay un detalle con los polígonos designados”, advierte del Barrio.

Aleé critica la Estrategia Nacional del Litio y expresa que inicialmente se enfocaba en minimizar el impacto ambiental, pero rápidamente se transformó en una ambición por el dinero. Como resultado, muchos impactos ambientales son obviados o negados. Aleé está convencido de que la explotación del litio en Chile “continuará sin cambios significativos”.

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