La locura china por la vejiga natatoria de la totoaba, un pez gigante mexicano, ha generado su extinción. Apodada como la “cocaína acuática”, el comercio de esta delicadeza está prohibido, pero el contrabando sigue siendo un problema importante. Sin embargo, existen nuevas esperanzas gracias a una mayor toma de conciencia sobre el tema en China y una mejor cooperación entre México y los Estados Unidos, siendo un importante punto de tránsito.
Desde principios de 2018, las autoridades aduaneras chinas han descubierto cinco casos de contrabando de vejigas natatorias de totoaba, también conocidas como fauces. Treinta y dos personas fueron arrestadas y se incautaron 300 millones de yuanes (US$45 millones) provenientes del contrabando.
¿Pero esta acción alcanza para salvar a la totoaba?
El declive de una especie
En China, la vejiga natatoria es popular por sus propiedades nutricionales y medicinales. Se venden secas y sus precios varían ampliamente, pueden valer uno pocos cientos de yuanes por kilogramo hasta cientos de miles de yuanes, dependiendo del origen de la especie.
El comercio de las fauces en la mayoría de las especies no está prohibido, sin embargo, la venta de la vejiga natatoria de totoaba ha sido ilegal desde 1976, cuando el pez fue incorporado la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES).
La vejiga natatoria de totoaba es particularmente apreciada debido a su gran tamaño y grosor, como también por sus beneficios para la salud. No es la primera víctima del gusto chino por las fauces.
La bahaba china, originaria de las aguas del sureste de China, tiene una vejiga natatoria con propiedades similares. Su popularidad generó que los precios del mercado fueran tan altos que se la conocía como “las fauces doradas”: a nivel peso, costaba más que el oro. Esto derivó en la sobrepesca y en el rápido descenso de la población de la especie.
Aunque el comercio fue prohibido en la parte continental de China en 1989, los números han seguido cayendo. En el 2006, se sumó a la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) como una especie en peligro crítico.
Cuando la bahaba ya no podía ser encontrada en ninguna parte, los comerciantes de las fauces de China dirigieron su atención hacia la totoaba. Pero la totoaba ya estaba en crisis: desde principios hasta mediados del siglo XX, México exportó grandes cantidades de pescado a los Estados Unidos, donde fue apreciada por su carne en lugar de por su vejiga natatoria. En la década de 1970, la sobrepesca había llevado a su inclusión en la Lista Roja de la UICN.
Con el aumento de la demanda de China, ahora se encuentra catalogada como una especie en peligro crítico.
Pero no solo la totoaba se va visto afectada. La pesca excesiva en el Golfo de California también ha significado un desastre para una pequeña marsopa de tamaño similar a la totoaba. La vaquita frecuentemente es atrapada accidentalmente en las finas redes de enmalle que se utilizan para atrapar peces. Según la UICN, actualmente solo hay 18 vaquitas adultas que siguen vivas.
Exponiendo el comercio clandestino
La compleja situación de la totoaba y la vaquita solo alcanzó la atención internacional en el 2013, cuando un oficial de aduanas provocó la primera incautación estadounidense de fauces de totoaba en la frontera con México.
Ese mismo año, un experto en vaquita mexicana publicó una investigación en la cual exhibió que las medidas de conservación existentes no habían logrado impedir que el cetáceo fuera asesinado. En el 2014, el Centro para la Diversidad Biológica, un grupo de conservación de los Estados Unidos publicó una carta abierta en la cual solicitaba la prohibición de la pesca con redes de enmalle para proteger a los animales en peligro de extinción.
Funcionarios comerciales y aduaneros de primera línea, necesariamente no lo habían visto
Esta carta condujo a la Comisión Científica de Especies en Peligro de la CITES de China a poner el foco en estas especies distantes. “Sabíamos que estaban en los apéndices de la CITES y que el comercio estaba prohibido. Pero no nos habíamos dado cuenta de la conexión con China “, dijo Zeng Yan, asistente del director de la comisión.
2018
el año en que funcionarios chinos resolvieron el primer caso de contrabando de totoaba
Cuando China resolvió su primer caso de contrabando de totoaba en el 2018, fue con la asistencia remota de la comisión. Un funcionario de aduanas en el aeropuerto internacional de Guilin en el sur de China, al sentirse inseguro de lo que había encontrado, envió una imagen a los expertos de la comisión y, con la ayuda de Zeng Yan, identificó el tipo de contrabando como el de fauces de totoaba.
“Fue solo durante nuestra primera investigación [en el 2015] que nos dimos cuenta de que existía un comercio clandestino. Funcionarios comerciales y aduaneros de primera línea, necesariamente no lo habían visto”, dijo Hua Ning, jefe del departamento de ecología de la oficina china en el Consejo de Defensa de los Recursos Naturales, un grupo de defensa estadounidense.
Una alianza de ejecución conjunta
Para un país es difícil abordar una cadena de suministro ilegal que se extiende alrededor del mundo. También se necesita tiempo para establecer mecanismos de cooperación. No fue hasta junio de 2015 que por primera vez China y los Estados Unidos tuvieron discusiones de alto nivel sobre cómo abordar el contrabando.
Las investigaciones realizadas por grupos ambientales ayudaron a estimular la acción. En mayo de 2015, Greenpeace informó la venta de fauces de totoaba en varias tiendas de Guangzhou y Hong Kong. Ese año se realizaron las primeras investigaciones oficiales, que también encontraron especímenes destinados a la venta en Hong Kong y en el continente.
En una conferencia de CITES en octubre de 2016, China, los Estados Unidos y México propusieron formalmente proteger juntos a la totoaba.
Uno de los desafíos más difíciles en la vigilancia del comercio de fauces de la totoaba es identificarlo, especialmente en un puesto de aduana muy ocupado. Para abordarlo, en diciembre de 2016, varios organismos gubernamentales, incluida la Oficina Estatal de China para el Comercio de Especies en Peligro de Extinción, y los grupos ambientales internacionales, el Consejo de Defensa de los Recursos Naturales y WildAid, realizaron un taller en Guangzhou. Al evento asistieron más de 100 personas, incluidos representantes de las autoridades de aduanas, pesca, mercados y guardacostas de China.
Durante el evento se presentó cuál era el tipo de tecnología que puede utilizarse para identificar las fauces de totoaba y emitió una guía de identificación visual rápida que es almacenada en teléfonos móviles. Los representantes del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los Estados Unidos y las autoridades ambientales mexicanas también compartieron sus experiencias sobre la conservación de la totoaba.
En julio de 2017, se realizó un segundo taller en San Felipe, México, cerca de los hábitats de la totoaba y la vaquita. Ambas iniciativas de capacitación fueron claves ya que les permitieron a las autoridades aduaneras chinas poder descifrar su primera operación de contrabando de totoaba el año siguiente.
¿Qué sigue?
De acuerdo con Bonnie Tang, un activista de Greenpeace Hong Kong existe un riesgo de que el contrabando de fauces de totoaba esté avanzando de forma subterránea.
En Hong Kong, solo un caso de contrabando de totoaba ha dado lugar a cargos desde 2015. Las actas tomadas de una reunión de 2017 del Comité Asesor de Especies en Peligro de Extinción del Departamento de Agricultura, Pesca y Conservación de Hong Kong muestran que no se encontró totoaba en la región desde el primer descubrimiento en el 2015 hasta finales de 2016.
Pero el comercio no se ha detenido.
No podemos salvar a la vaquita simplemente atacando el contrabando de fauces
Gary Stokes, director de Sea Shepherd Asia, dijo que dos cineastas alemanes que esperaban documentar el comercio ilegal de totoaba, bajo su recomendación, habían visitado Macao y encontraron a alguien dispuesto a vender fauces de totoaba de máxima calidad en un plazo de cuatro horas. Se les mostró imágenes de los productos, los cuáles estarían Hong Kong, y se les comunicó que no había ningún problema en el envío del producto.
A pesar de esto, Tang cree que una mayor ejecución de las autoridades aduaneras de China está enviando una señal crucial tanto a los comerciantes como a los consumidores. Una mayor cobertura en los medios de comunicación también ayuda a que las personas puedan comprender el impacto del consumo de la vejiga natatoria de la totoaba.
Este nivel de conciencia pública es crucial, ya que la comunicación en línea y una mayor accesibilidad a los viajes, continúan aumentando la popularidad de las fauces como un alimento “nutricional”.
Tang espera que, con esfuerzos combinados, las acciones para terminar con el comercio de totoaba eliminen la sopa de fauces de pescado del menú en China, convirtiéndolo en un nuevo tabú al igual que con la aleta de tiburón.
Esto sin duda ayudará a otra especie de pez actualmente amenazada por el apetito de China a la vejiga natatoria, la perca del Nilo. Pero en el caso de la vaquita de México, tan cerca del precipicio de la extinción, es necesario hacer mucho más.
“No podemos salvar a la vaquita simplemente atacando el contrabando de fauces”, dijo Zeng Yan, señalando que la protección del hábitat también es crucial. “Solo ellos (los países de origen) pueden garantizar que una especie pueda sobrevivir en su hábitat natural”, agregó.