Mar de Sombras es una película poderosa y lo es deliberadamente, según el director Richard Ladkani. Porque esta es una película con una misión: salvar a la vaquita de la extinción.
Mar de Sombras se parece más a un ingenioso thriller policial de Hollywood que a un documental ambiental, ya que retrata vívidamente la red de violencia, el crimen organizado, la pobreza y la corrupción que está empujando a esta pequeña marsopa al borde de la extinción.
Con una existencia menor a 20 individuos maduros que se presume que hoy existen, la vaquita se encuentra solo en el Mar de Cortés de México. Sus números disminuyeron precipitadamente desde el cambio de siglo debido a la pesca ilegal de la totoaba, una corvina grande con la cual comparte su hábitat y también figura en estado crítico en la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
Sin un objetivo específico, la vaquita está siendo asesinada por las redes de enmalle utilizadas para atrapar la totoaba, que posee un tamaño similar. Estas redes descriptas como “los muros de la muerte”, por Jack Hutton, de Sea Shepherd, uno de los principales protagonistas de la película de Ladkani, han sido ilegales desde el 2015, cuando las autoridades mexicanas emitieron una prohibición temporal de su uso en el Mar de Cortés. Esta prohibición se hizo permanente en el 2017, pero no ha impedido que los pescadores persigan la totoaba, que es muy apreciada por su vejiga natatoria gigante.
La demanda de estas vejigas natatorias, también conocidas como fauces de pescado, proviene principalmente de China, donde se considera que contiene propiedades medicinales. Pero como explica Hutton, en el marco de una entrevista después del estreno de Mar de Sombras en el Reino Unido la semana pasada: “En realidad, es solo un símbolo de riqueza. Nadie gasta US$80,000 en un medicamento que no tiene respaldo científico … Se comercializa como oro ya que a que la totoaba está en la lista roja. Es la economía de la extinción”.
Con el comercio de la totoaba y la vaquita prohibido bajo la Convención sobre Comercio Internacional de Especies en Peligro (CITES), surge la economía del mercado negro. En México, el mercado negro es sinónimo de los carteles de la droga.
Al salir de su humilde hogar en las afueras de San Felipe, centro de la pesquería de totoaba, el pescador Javier Valverde describe cómo la situación se ha deteriorado en su ciudad natal: “Aquí solía ser muy tranquilo. No había bandidos. Se puso muy feo recientemente. Todo se trata de dinero. Ya no tienen que traficar drogas a través de Mazatlán o Colombia. La “cocaína del mar”, como se conoce a la totoaba, está justo aquí”.
Valverde y su familia apoyan la prohibición de la pesca con redes de enmalle, y el gobierno los contrata para cortar las redes colocadas ilegalmente por sus compañeros pescadores. Esto en San Felipe los ha convertido en sus enemigos, donde existe una oposición significativa a la decisión del gobierno.
Ladkani, el director del documental entiende que esta oposición es resultado de la pobreza. Todo lo que quieren los pescadores es “una totoaba en la red y USD $ 5,000 sobre la mesa”. Pero esta es una creencia a corto plazo, dice Ladkani, sentado junto a Jack Hutton en un lujoso hotel de Londres. Los pescadores “no entienden las consecuencias”.
Y habrá consecuencias si la vaquita se extingue. Este es el foco principal que busca generar Ladkani a nivel local, un punto en común con la mayoría de los protagonistas en su película. En palabras del investigador encubierto Andrea Crosta: “Si no salvamos la vaquita, perderemos todo el Mar de Cortés, perderemos el acuario del planeta”.
Pero este no es simplemente un problema de biodiversidad y de la red de dependencias que hacen posible que todos los ecosistemas sobrevivan. Ladkani explica que una vez que la vaquita se haya ido, no habrá nada que detenga al cartel. Se mudarán y “vaciarán el océano de vida para ir a por la totoaba”.
Sin embargo, la película deja en claro que la situación ya está fuera de control, especialmente después del fracaso del proyecto VaquitaCPR, descripto como “la operación más grande jamás realizada para salvar de la extinción a un mamífero marino”.
El objetivo de este proyecto era capturar la vaquita de manera individual y mantenerla en un lugar seguro lejos de las redes de enmalle, un esfuerzo que nunca antes se había intentado. La veterinaria marina, Dra. Cynthia Smith, era muy consciente de los riesgos involucrados: “Lo más difícil es si no toleran nuestra atención. Algunas especies simplemente no lo toleran, y luego tenemos que volver a colocarlas. Así que tenemos que elegir entre una posible muerte en el marco de nuestro cuidado o una muerte segura en el océano. Entonces, ¿Qué se hace? ¿Cómo uno toma esa decisión?
Al final, lo peor sucedió cuando una especie madura murió pocas horas después de ser capturada. Operando con la única cámara permitida en la escena, Ladkani describe cuán devastados estaban todos por dicho evento. “Nadie podría imaginar que moriría … Todos estaban haciendo todo lo que estaba a su alcance, pero no funcionó”.
Con el fracaso de los esfuerzos de conservación, la responsabilidad recae aún más en las autoridades mexicanas para detener a los carteles. Pero a pesar de una fuerte presencia militar, el miedo y la avaricia han servido a su veneno, incluso en los niveles más altos de la marina mexicana, permitiendo que continúe la pesca ilegal.
Parecería ser una situación desesperada. Pero de ninguna manera, Mar de Sombras aporta un tono de desesperación. De hecho, es inspirador. Con la ayuda de una investigación dirigida por Andrea Crosta, también ofrece una solución: perseguir a los traficantes chinos.
“[El jefe del cártel] Oscar Parra es solo una herramienta. Los comerciantes chinos necesitan personas como Parra para mantener el comercio “, dice Crosta mientras se embarca en una misión encubierta para recolectar evidencia sobre un comprador sospechoso en Mexicali.
Landaki está de acuerdo: “El cartel necesita un comprador. Sin los chinos, no puedes llevar el producto a China. Los narcotraficantes mexicanos tienen cero conexiones con China de forma directa. Trabajan con los ciudadanos mexicanos chinos … sin ellos, no son nada “.
En la actualidad el resultado de la investigación de Crosta , plasmada en un informe que expone aproximadamente a 30 traficantes chinos con sede en México, se ha presentado a las autoridades mexicanas, y Ladkani asegura que su equipo está presionando para que se tomen medidas.
Esta es solo una de las muchas cosas que Ladkani está haciendo para garantizar que Mar de Sombras marque la diferencia para la vaquita. Él cree firmemente en el poder del cine como generador de cambios. Y bien podría suceder. Su último documental, El Juego del Marfil, ayudó a persuadir a las autoridades chinas a cerrar el comercio de marfil a fines de 2017.
Pero si bien un mensaje clave de esa película fue que solo Beijing tenía el poder de salvar a los elefantes, esta vez Ladkani insiste en que los chinos están haciendo todo lo posible. “China prohibió la totoaba hace mucho tiempo … Han hecho diez veces más que los mexicanos”, dice.
Jack Hutton lo resalta de forma más contundente: “Seguir la mentalidad del pueblo chino parecería algo inútil hoy para la supervivencia de la vaquita. Hará falta un cambio generacional … y no tenemos tiempo para la vaquita, para el Mar de Cortés … Ya ha pasado la medianoche en esta etapa “.
Sin embargo, no es demasiado tarde para crear un movimiento. Para Ladkani, su película es “la última batalla” para la vaquita, y quiere llegar a la mayor audiencia posible: “No estoy apuntando a las personas que ya están en el área de la conservación … Estoy apuntando al mundo entero”. Solo si tenemos un movimiento de personas que se despiertan y ven que esto es lo que le está sucediendo a nuestro planeta, es cuando puedes crear un cambio”.
Mar de Sombras ya está disponible en cines en todo el mundo y también se puede ver online en la web de National Geographic.
Este artículo fue originalmente publicado en chinadialogueocean.net