El mundo no puede darse el lujo de seguir retrasando las medidas de protección de los océanos, gobiernos y expertos en conservación afirmaron en una serie de conferencias de las Naciones Unidas celebradas en junio. Pidieron soluciones transformadoras y prácticas para los océanos tras los importantes retrasos por la pandemia del Covid-19.
El Objetivo de Desarrollo Sostenible 14 (ODS 14) de la ONU enumera metas específicas para reducir la contaminación, proteger los ecosistemas marinos, hacer frente a la pesca ilegal y la sobrepesca y supervisar el uso sostenible de los recursos. Pero hasta ahora los avances han sido limitados.
Sólo el 8% del océano está actualmente protegido, un tercio de las poblaciones de peces están sobreexplotadas y el cambio climático está aumentando la acidificación y la desoxigenación de los océanos. Esto no sólo amenaza la biodiversidad marina, sino también los medios de vida de millones de personas.
“Hay que encontrar acciones transformadoras claras para hacer frente a la crisis de los océanos y hay que ampliarlas. Nuestra relación con el océano de nuestro planeta debe cambiar”, dijo Volkan Bozkir, presidente de la Asamblea General de la ONU, en un debate de alto nivel sobre el océano y el ODS 14 en Nueva York el 1 de junio.
El evento pretendía mantener el impulso antes de la segunda conferencia sobre los océanos, que se pospuso debido a la pandemia y que ahora se espera que tenga lugar el año que viene en Lisboa (Portugal). Bozkir dijo que la pandemia reveló un “apetito de cambio”, ya que la gente no quiere vivir en un mundo de “una crisis tras otra”.
Evaluación de los avances
Los panelistas reflexionaron sobre los avances logrados en el ODS 14, seis años después de su introducción. Peter Thomson, enviado especial del Secretario General de la ONU para los océanos, afirmó que los avances han sido más tangibles en comparación con las “aguas indiferentes en las que navegábamos antes del ODS 14”. Sin embargo, dijo, aún queda mucho por hacer.
Thomson pidió un tratado mundial sobre la contaminación por plástico y una mayor expansión de las áreas marinas protegidas (AMP), con el objetivo de que al menos el 30% de los océanos estén protegidos para 2030. Este objetivo se incluirá en el nuevo marco global de biodiversidad que se espera que se apruebe este año.
Sin embargo, su cumplimiento no será posible si no se designan nuevas AMP en la Antártida, añadió Thomson. Los países agrupados en la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Antárticos (CCAMLR) se reunirán en octubre para intentar llegar a un acuerdo sobre las tres propuestas de AMP que están sobre la mesa.
Carlos Rodríguez, director general del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF), dijo que los seres humanos tienen un “contrato social” para las actividades en la tierra, con mandatos de uso adecuado, pero eso no existe en el océano. “Tenemos que aportar nuevas formas de gobernanza marina basadas en la ciencia”, dijo Rodríguez.
Para Achim Steiner, administrador del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), los humanos “no aprecian” la importancia del océano, a pesar de que produce “mucho valor” para el mundo. Pidió una gran inversión en la regeneración y restauración del océano, persiguiendo una economía azul marina con un equilibrio entre producción (pesca) y protección.
Acción sobre la pesca
La conferencia de Naciones Unidas también desencadenó debates sobre la próxima reunión de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en julio, en la que se intentará cumplir otro objetivo clave: eliminar los subsidios pesqueras perjudiciales, los cuales ascienden a unos US$35.000 millones al año. Los países llevan más de dos décadas en negociaciones.
Los avances han adquirido una nueva urgencia a medida que las poblaciones de peces del mundo han seguido cayendo por debajo de los niveles sostenibles. Alrededor del 60% de las poblaciones evaluadas están totalmente explotadas y el 30% están sobreexplotadas, según las últimas cifras de la ONU.
Nuestra relación con el océano de nuestro planeta debe cambiar
La directora general entrante de la OMC, la nigeriana Ngozi Okonjo-Iweala, ha hecho de este asunto una de sus principales prioridades. Para Yuvan Beejadhur, asesor de Okonjo-Iweala, está muy cerca de alcanzarse un acuerdo.
“Los países están trabajando duro para tener un acuerdo en julio. No tenemos más tiempo”, dijo Beejadhur. “El acuerdo proporcionará apoyo a la capacidad de los países en desarrollo e introducirá un órgano de resolución de disputas para que los países puedan impugnar las decisiones de otros países. No hay economía azul sin desarrollo sostenible de las poblaciones de peces”.
La pesca también se debatió en la Tercera Reunión de las Partes del Acuerdo de la FAO sobre Medidas del Estado Rector del Puerto (PSMA). Se trata del primer acuerdo internacional vinculante diseñado para prevenir, disuadir y eliminar la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR), impidiendo que los barcos extranjeros que la practican utilicen los puertos y desembarquen sus capturas.
Hasta ahora, 69 partes, que representan el 56% de los Estados portuarios del mundo, han ratificado el acuerdo. El director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), Qu Dongyu, dijo que la acción mundial está marcando la diferencia en la lucha contra la pesca INDNR, pero hay que hacer más, ya que la demanda de los consumidores y las capturas siguen aumentando.
“La producción mundial de pescado ha alcanzado los niveles más altos de la historia, proporcionando a casi la mitad de la población mundial casi el 20% de su proteína animal media. Esto conlleva la gran responsabilidad de gestionar todos los alimentos acuáticos de forma sostenible y proteger nuestros océanos, ríos y lagos. La demanda debe satisfacerse con un suministro más sostenible procedente de la acuicultura”, dijo.