<p>Las velas de mar (Velella) viven en aguas cálidas y templadas en todo el mundo. En el Día Mundial de los Océanos, nuestro equipo seleccionó lo que más les gusta del mar (Imagen: Alamy)</p>
Océanos

De Phang-nga a Puerto Madryn: animales, costumbres y comunidades que amamos de los océanos

En el Día Mundial de los Océanos, el equipo de Dialogue Earth eligió sus lugares, especies y tradiciones favoritas del ecosistema marino

Las historias positivas sobre los mares parecen ser cada vez más escasas. El aumento de la temperatura de los océanos, el blanqueamiento de los corales, la contaminación por plásticos y la sobrepesca afectan a los ecosistemas marinos y dominan los titulares.

Con motivo del Día Mundial de los Océanos, algunos miembros de nuestro equipo eligieron lo que más les gusta del océano. Esta selección nos recuerda que hay mucho que merece la pena ser salvado y protegido.

Ballena franca austral

Fermín Koop – Editor adjunto para América Latina

Una ballena bajo el océano
Una ballena franca austral en la superficie del océano frente a la Península Valdés, cerca de la ciudad de Puerto Madryn, en la Patagonia argentina (Imagen: Alamy)

Todos los años, entre mayo y diciembre, ballenas francas australes llegan a las aguas cercanas a la ciudad argentina de Puerto Madryn para su época de apareamiento. Turistas de todo el mundo viajan para observarlas desde la orilla y en embarcaciones, siguiendo estrictas normas. Es un espectáculo increíble de ver: ballenas de hasta 16 metros saltan fuera del agua a poca distancia de los espectadores. Después de siglos de caza comercial que devastó su población, la ballena franca austral ha conseguido recuperarse y ahora es la más abundante de las tres especies de ballenas francas del mundo. Aun así, estos tranquilos y curiosos animales están amenazados por los buques de pesca industrial que las capturan accidentalmente y por la contaminación acústica. Su protección sigue siendo vital.

Los bajau, ‘nómadas del mar’

Fidelis Satriastanti – Editora para el Sudeste Asiático (Mares)

Un hombre en un barco con gafas de madera
Un nómada marino bajau con gafas de madera descansa en una embarcación en Pulau Maiga, Sabah, Malasia oriental (Imagen: Alamy) 

Aproximadamente un millón de nómadas marinos bajau viven dispersos por las costas de Indonesia, Malasia y Filipinas, donde residen desde hace muchas generaciones. Son apátridas, pasan la mayor parte del tiempo en el mar y son famosos por su destreza en la apnea. Los bajau -también conocidos como bajaw, bajos o sama-bajau- se rompen deliberadamente los tímpanos a una edad temprana para poder bucear por más tiempo y a mayor profundidad sin dolor. En promedio, pueden permanecer bajo el agua a 60 metros de profundidad durante más de 10 minutos. Utilizan gafas de madera y lanzas sencillas para cazar criaturas como pepinos de mar.

Corales de Hong Kong

Regina Lam – Asistente editorial

peces nadando sobre corales rosados
En el Parque Marino Hoi Ha Wan en Hong Kong se pueden observar numerosas especies de corales pétreos (Imagen © WWF-Hong Kong)

Hong Kong, una ciudad muy poblada y urbanizada, alberga comunidades coralinas sorprendentemente exuberantes y diversas. De hecho, las especies de coral pétreo superan en número a las del Caribe. Cuando visité Hoi Ha Wan (Bahía Bajo el Mar), zona marina protegida de Hong Kong, me impresionó la vitalidad de su arrecife. La cautivadora escena de una pareja de peces payaso escondiéndose detrás de un arrecife ha permanecido en mi mente desde entonces.

Parque Nacional Marino Watamu, Kenia

Brian Obara Wangoma – Editor de impacto para África

dos pulpos descansando en el fondo del océano
Dos pulpos se entrelazan en un arrecife de coral del Parque Nacional Marino de Watamu, Kenia (Imagen: Nirav Shah / Alamy)

El Parque Nacional Marino Watamu, en la costa de Kenia, cuenta con más de 150 especies de coloridos corales que conforman un mundo submarino lleno de vida. Con más de 500 especies de peces en el parque principal y cientos más en los alrededores, hay algo para todos los gustos: majestuosos tiburones ballena, elegantes mantarrayas, pulpos y barracudas. El parque es también zona de anidamiento de tortugas marinas en peligro de extinción, como la verde, la carey y la golfina. Vale la pena hacer una parada en la playa principal, donde hay un programa de observación de tortugas. El parque es una visita obligada para cualquier amante de la naturaleza.

Delfín blanco chino

Cui Qiwen – Editora para China

Un delfín blanco en el océano, con su cabeza fuera del agua
Un delfín blanco chino sale a la superficie en la bahía de Sanniang, al sur de China (Imagen: Zhao Yi / Alamy)

El delfín blanco chino -también conocido como “panda gigante marino”- tiene una población mundial de unos 6.000 ejemplares y está catalogado como “vulnerable” por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. China es el principal hábitat de la especie, en cuyas aguas se estima que viven entre 4.000 y 5.000 ejemplares. En Fujian, los pescadores creen que los delfines traen buena suerte y los llaman “peces guardianes”. Los delfines blancos chinos prefieren aguas costeras poco profundas, de no más de 25 metros, que también suelen ser zonas de mucha pesca. Estos delfines son muy exigentes con su hábitat, lo que los convierte en indicadores de la calidad del medioambiente marino.

Frailecillo atlántico

Daniel Cressey – Editor de océanos

Un frailecillo volando sobre el océano
Un frailecillo capturando anguilas en el Océano Atlántico frente a la costa de Islandia (Imagen: Thanayu Jongwattanasilkul / Alamy)

Hay un gran número de animales alrededor de las Islas Británicas que un editor de temas oceánicos podría elegir como favoritos. Están los peces luna que agitan sus aletas sobre la superficie del Canal de la Mancha, o las vieiras que se impulsan vertiginosamente fuera del fondo marino, o las focas que juegan en las playas escocesas. Pero el frailecillo tiene un valor cómico. Parece esforzarse por volar, haciendo girar sus alas rechonchas con enorme esfuerzo. Sus aterrizajes carecen de gracia. Pero bajo el agua nadan como atletas. También están amenazados por la pérdida de hábitat y el cambio climático. Sería una tragedia que se perdiera esta ave tan simpática.

Playa de Tanji, Gambia

Kebba Jeffang – Editor para África Occidental

Una multitud de gente en una playa a la que llegan embarcaciones
Pescadores regresan a la playa de Tanji, en Gambia, donde vendedoras esperan a que se descargue la pesca (Imagen: Anna Stowe Travel / Alamy)

La playa de Tanji es uno de los lugares de desembarco de pescado más concurridos de Gambia. Todos los días, de 3 a 7 de la tarde, está llena de personas que buscan ahorrar comprando pescado directamente a las vendedoras, en su mayoría mujeres. Incluso el presidente del país, Adama Barrow, la visita de vez en cuando. La playa también es popular por sus aves marinas, que cautivan a los turistas mientras buscan sobras. Tanji es uno de los regalos que el Atlántico ha ofrecido a Gambia, y su actividad es siempre refrescante de presenciar. La veda anual de pesca nocturna en la playa, de seis meses de duración, permite que las poblaciones de peces se recuperen y las protege de las peligrosas tormentas entre junio y octubre. Sin embargo, la prohibición exime actualmente a los grandes arrastreros, en su mayoría extranjeros, lo que crea problemas para la economía local.

Tortuga verde

Grissarin Chungsiriwat – Responsable de alianzas para el Sudeste Asiático

crías de tortuga marina sobre arena
Tortugas verdes recién nacidas saliendo de su agujero en la arena en las playas de las Islas Tortuga en Sabah, Malasia Oriental (Imagen: Stanislav Halcin / Alamy)

La tortuga verde es la tortuga con el caparazón más grande del mundo, con un peso de hasta 180 kg. Es una de las cinco especies de tortugas que se pueden encontrar en Tailandia, de las siete que hay en todo el mundo. Las tortugas verdes anidan tanto en el golfo de Tailandia como en el mar de Andamán. En raras ocasiones se ven hembras de tortuga verde desovando en las playas de las islas de Phang-nga y Phuket. Los lugareños y los biólogos marinos celebran este fenómeno y se apresuran a proteger los huevos, cuidarlos y devolver las crías al océano cuando están listas.

Islas Medas, España

Iris Quesada – Administradora

Vista panorámica de acantilados en un mar azul
Las islas Medas, frente a la costa de Cataluña, en el noreste de España, son populares entre los científicos que estudian la vida marina y los estudiantes escolares (Imagen: Sergi Boixader / Alamy)

Las islas Medas son un paraíso marino en Cataluña, España. Desde hace mucho tiempo atraen a científicos que viajan allí para estudiar la vida submarina, pero recién en la década de 1980 obtuvieron el estatus de protegidas. No es raro que escuelas organicen excursiones para sus alumnos por las islas. Los niños viajan en pequeñas embarcaciones con miradores submarinos que les permiten maravillarse con la enorme diversidad de peces que conviven con los corales rojos, las estrellas de mar, los meros e incluso los delfines.

Piscinas rocosas

Joe Coroneo-Seaman – Asistente de producción

Un grupo de personas de pie sobre rocas cerca del mar
Una familia examina rocas en la costa junto al castillo de Dunure, en Ayr, en el oeste de Escocia (Imagen: Alister Firth / Alamy)

En un viaje reciente a la península escocesa de Ardnamurchan, redescubrí un pasatiempo costero que le resultará familiar a cualquiera que haya crecido en las Islas Británicas: las piscinas entre rocas. Aunque no son ideales para tomar sol, las numerosas playas rocosas de Gran Bretaña son ideales para explorarlas justo cuando baja la marea. Los pequeños charcos de agua marina que quedan albergan todo tipo de seres vivos con nombres encantadores: cangrejos ermitaños, anémonas tomate de mar, blenios, algas fucus y hasta ratones de mar. Está demostrado que pasar tiempo en la naturaleza hace que nos preocupemos más por protegerla.