Llega el verano y con él, para tres provincias del noreste de China, un manto de smog. La región superó a la zona de Pekín-Tianjin-Hebei para convertirse en la más contaminada de China en 2015. Los niveles de PM2.5 pequeñas partículas consideradas especialmente peligrosas para la salud humana– en Shenyang, la capital de Liaoning, alcanzaron un promedio diario de 1156 microgramos por metro cúbico a principios de este mes, y un máximo de 1400 mg por m3 – 56 veces el límite de la OMS.
Un smog grueso y persistente obligó a cancelar casi cien vuelos y dejó a los hospitales abrumados con pacientes por los efectos de los productos tóxicos que contaminan el aire. Las provincias de Liaoning, Jilin y Heilongjiang ubicadas en el noreste– tuvieron dificultades para hacer frente a la última crisis de contaminación. Hace dos años, los niveles extremadamente elevados de smog produjeron una alarma generalizada en la región y sus imágenes llegaron a los titulares en todo el mundo.
El aire en la región de Pekín-Tianjin-Hebei era considerado desde hacía mucho como el más contaminado de China, pero el fracaso en el control del uso del carbón en el noreste, especialmente en los sistemas de calefacción distritales, también contribuye al “aeroapocalipsis” que constituye un importante problema de salud pública y una calamidad para la calidad de vida.
Después de que Pekín sufriera un grave smog en 2013, se implementó un plan de acción contra la contaminación aérea para reducir el uso del carbón para 2017, pero esas medidas se centraron principalmente en el control del uso del carbón en la capital, sus vecinas Tianjin y Hebei, y en los deltas de los ríos de las Perlas y Yangtzé.
Debido a que ese plan de acción no consideró al noreste, esa región está sufriendo otra dosis de denso smog, dijo Dong Liansai, un analista y defensor ambiental que trabaja con Greenpeace.
Estos nuevos brotes de contaminación aérea “muestran que las restricciones al uso del carbón deben ser integrales, o los problemas surgirán en otras áreas”, afirmó Yang Fuqiang, asesor superior sobre Clima, Energía y Medioambiente para el Programa Chino del Consejo Nacional de Defensa de los Recursos Naturales.
La cosa está que arde
Un informe sobre el papel del carbón en la crisis de contaminación aérea china, en cuya elaboración participó Yang, detectó que aproximadamente el 60 % de la contaminación por PM2.5 se debe a la quema de carbón en plantas eléctricas, y para calefaccionar el distrito y la industria. El aporte del carbón a la contaminación aérea es particularmente importante en el norte, noreste y este de China, y en las ciudades del sudoeste Chengdú y Chongqing.
Los funcionarios suelen señalar que hay otras fuentes responsables de la mala calidad crónica del aire, como los vehículos y el polvo de la construcción. En esta época del año, los eventos estacionales se suman a la lista de culpables. En una conferencia de prensa en Changchún, capital de Jilin, se atribuyó el smog a la quema de rastrojos de paja.
Pero los expertos señalan que el carbón con elevado contenido de azufre usado en los sistemas de calefacción distritales es por lejos la causa principal de la espantosa calidad del aire en el noreste en las últimas semanas. Las ciudades del norte de China a menudo cuentan con sistemas de calefacción distrital alimentados con calderas que funcionan a carbón (que fueron encendidos el mes pasado para el invierno y suelen funcionar hasta marzo).
Aumentan los permisos para el uso del carbón
Mientras China se prepara para su 13.° Plan Quinquenal, los responsables de las políticas deben imponer límites en todo el país al uso del carbón durante el período 2016-2010, dijo Dong, de Greenpeace. De lo contrario, más zonas sufrirán el grave smog que hay en Pekín y el noreste.
Mientras tanto, la implementación de grandes recortes en el uso del carbón para la generación eléctrica continúa siendo un enorme desafío, ya que se están aprobando nuevas plantas a un ritmo mayor que el año pasado. Muchas reemplazarán a otras plantas a carbón más antiguas, pero incluso las instalaciones tecnológicamente más avanzadas emiten partículas nocivas y son una importante fuente de emisiones de carbono.
Un informe publicado por Greenpeace el 11 de noviembre, titulado ¿China redobla su burbuja de carbón?, señala que si bien el gobierno desea ver un uso más limpio con menores emisiones de carbono en la generación eléctrica, China aún continúa con el desarrollo eléctrico basado en carbón del “Gran salto adelante”. Cada semana las autoridades provinciales aprueban cuatro nuevas plantas eléctricas a carbón después de que el Ministerio de Protección Ambiental les transfiriera el control sobre esas decisiones a principios de este año, aunque probablemente la cantidad que se construya será muy inferior a la aprobada.
Efectos sobre la salud
Según el informe, se aprobaron 155 plantas eléctricas a carbón entre enero y septiembre de este año, más que durante todo 2014. La construcción de esas plantas implicará la liberación de 96 000 toneladas adicionales de dióxido de azufre, 124 000 toneladas de óxidos de nitrógeno y 29 000 toneladas de ceniza.
El informe agrega que el aumento resultante en la contaminación de PM2.5 producirá 6100 muertes prematuras, 7600 casos adicionales de asma infantil, 9800 casos de bronquitis crónica y 8100 internaciones hospitalarias por problemas respiratorios y cardiovasculares al año. Y, agrega el informe, esto supone que todas las plantas se construyan siguiendo las normas de bajas emisiones.
Los funcionarios y las ONG coinciden en que la calidad del aire mejoró en China durante el primer semestre de este año, pero los meses más fríos implicarán más contaminación. Las autoridades ambientales han dicho que la quema de carbón para calefacción durante los meses fríos representa el 30 % de la contaminación por PM2.5 anual. Para los residentes de las ciudades del norte chino, el uso del carbón y el smog resultante serán nuevamente, una causa de descontento este invierno.
Ese artículo se publico primero en chinadialogue.net