El 15 y el 16 de octubre, los líderes de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica se reunirán en Goa, India, para la 8ª Cumbre BRICS con el fin de avanzar en la integración y el desarrollo sostenible entre los BRICS. Sin embargo, un año después del lanzamiento del Nuevo Banco de Desarrollo BRICS, la pregunta central sigue siendo ¿el NDB está preparado para ser un verdadero motor del desarrollo sostenible?
El NDB ya se encuentra en marcha y en pleno funcionamiento – habiendo aprobado en su primer año $ 911 millones de dólares en proyectos de infraestructura y energía dentro de los países BRICS. Este primer tramo de proyectos incluye diversas inversiones en energía, con un gesto alentador para las energías renovables, incluyendo paneles solares, y energía eólica. Otro factor distintivo del NDB es que se ha comenzado a dar créditos a los países en sus monedas nacionales, en lugar de realizar una vinculación de los préstamos a través del dólar, una práctica que ha generado en estos países una mayor carga de deuda. Ahora, el NDB tiene su mirada puesta en la ampliación – en la suma de países miembros adicionales, lo que permitiría la financiación fuera de los cinco países BRICS, y la expansión de las operaciones y así, incluir en los créditos al sector privado.
Pero a medida que el Banco BRICS trabaja para posicionarse como un jugador importante para el desarrollo sostenible, varios grandes obstáculos se interponen en su camino.
En primer lugar, el NDB aún no ha definido su visión sobre el desarrollo sostenible ni ha establecido criterios de sostenibilidad para sus inversiones. Mientras el Banco cuenta con una lista de exclusión, que identifica ciertas inversiones como no elegibles para la financiación del NDB, esa lista no incluye, por ejemplo, las fuentes de energía no sostenibles, como el carbón. Si el NDB va a convertirse en algo nuevo, tendrá que romper con el modelo de desarrollo orientado a la exportación extractivista que ha demostrado ser un fracaso. Y esta ruptura generará una hoja de ruta clara.
En segundo lugar, mientras el Banco ha dado un guiño a la sostenibilidad del medio ambiente, se han ignorado tenazmente los principios básicos de la sostenibilidad social – transparencia y participación. El Banco no involucra a la sociedad civil en la formación de su marco de política social y ambiental, a pesar de las reiteradas peticiones de consulta. Mientras el Banco dio a conocer una política provisional sobre disponibilidad de información, no ha puesto en marcha las medidas o los mecanismos necesarios para garantizar que las comunidades que podrían verse afectadas por las inversiones NDB tengan la información que necesitan, la oportunidad de influir en las decisiones del proyecto, y el acceso a remediarlo en caso de verse perjudicadas.
Por último, es cuestionable si el nuevo marco de políticas del NDB es lo suficientemente fuerte como para garantizar la sostenibilidad o para evitar los daños. En su marco social y ambiental, el NDB optó por principios aspiracionales en lugar de poner en marcha requisitos concretos para el desempeño ambiental y social. Por otra parte, este marco le permite al NDB privilegiar el uso de los sistemas internos de los países, sin criterios ni procesos claros mediante los cuales se evalúan dichas normas. Mientras que los funcionarios del Banco han declarado que van a trabajar para garantizar el cumplimiento de las leyes y los reglamentos locales, este vacío es una preocupación importante, ya que muchos países están desmantelando sistemáticamente sus protecciones ambientales y sociales nacionales, como es el caso de Brasil.
Como los líderes se reunirán para la cumbre del BRICS en Goa este mes, grupos de la sociedad civil en los países BRICS y más allá, están pidiendo al NDB y a sus países miembros que adopten compromisos claros, incluyendo el establecimiento de criterios de sostenibilidad, el compromiso significativo con las comunidades afectadas y la sociedad civil en el proyecto y la implementación de un nivel de las políticas y desarrollo con un marco político fuerte que cumpla con las normas internacionales y refleje las mejores prácticas.
Con una reorganización firme, el NDB podría posicionarse como un motor para el desarrollo sostenible. De lo contrario, el NDB solo seguirá haciendo pequeños ajustes al mismo y desgastado modelo de desarrollo.
Juana Kweitel is Programs Director of Conectas Human Rights in Sao Paulo, Brasil. Srinivas Krishnaswamy is CEO of Vasudha Foundation in New Delhi, India.